Lo que la TIRANÍA en CUBA No Quiere que SEPAS! PROPIEDAD PRIVADA en CUBA.

Lo que la TIRANÍA en CUBA No Quiere que SEPAS.

Resumen:

Hoy quiero reflexionar sobre la proclamación del socialismo en Cuba, que fue anunciada públicamente por Fidel Castro el 16 de abril de 1961, justo después de los ataques a aeropuertos y zonas residenciales. Durante las honras fúnebres de las víctimas, los cubanos, con fusiles en mano, sellaron su apoyo a las palabras de Fidel, y así se consolidó el carácter socialista de la Revolución. A lo largo del tiempo, esa euforia inicial llevó a una radicalización, hasta el punto de que hoy, ni siquiera es socialismo lo que impera, sino un sistema aún más cerrado. El artículo 5 de la constitución de 2019 establece al Partido Comunista como la única fuerza dirigente en la isla, lo que demuestra cómo el control se ha afianzado en la política y en la sociedad cubana. Lo que comenzó con la expropiación de propiedades y la eliminación de cualquier oposición se ha transformado en un sistema profundamente excluyente, donde la disidencia no tiene cabida. A pesar de que inicialmente hubo apoyo popular, hoy la pobreza y la miseria son el resultado de décadas de un sistema que no permitió desarrollo ni prosperidad. Los logros que el gobierno destaca, como la educación y la salud, en realidad no son más que espejismos, ya que ambos sectores están en ruinas. Quienes defienden el socialismo como el camino elegido por el pueblo ignoran el sufrimiento y las privaciones que ha causado. Yo, como contrarrevolucionario, no creo en las revoluciones, porque lo que comenzó con ideales de justicia terminó en tiranía. Los cubanos siguen atrapados en un ciclo de pobreza y represión, y lo único que ha cambiado es el nombre de los que están en el poder, pero no las condiciones de vida del pueblo.

Detalles:

Nosotros queremos dedicar el programa de hoy a la desgracia del socialismo, cuando fue proclamado públicamente por Fidel Castro el 16 de abril de 1961, en la esquina de 23 y 12. Pónselo ahí, George, el video cuando lo dicen.

“Ahora, con sincronismo de operación militar, bombardearon y ametrallaron el aeropuerto civil de Santiago de Cuba, la base de San Antonio de los Baños, así como zonas aledañas en uno de los barrios populares de Marianao, donde residen numerosas familias. -En las honras fúnebres de las víctimas del bombardeo, los cubanos allí reunidos ese día, con fusiles en alto, sellaron su apoyo a las palabras de Fidel. El jefe de la Revolución presentó al pueblo las pruebas de las burdas patrañas del imperialismo, que pretendía con un cinismo inaudito negar su responsabilidad. El pueblo, con su voz poderosa, subrayó la acusación de Fidel y la decisión de aplastar las agresiones imperialistas, respondiendo al reto del imperialismo yanqui. Fidel terminó con una frase histórica: «Lo que les duele es que hemos hecho una Revolución socialista en sus mismas narices». -La Revolución Cubana rubricó su carácter socialista el 16 de abril de 1961”.

Es bueno que lo veamos 63 años después. Después de tanto tiempo, aún persiste en el ideario popular la aceptación de la voluntad de la mayoría. El pueblo decidió en ese entonces, y eso fue tan potente que terminó reflejado en una constitución y se refrendó en otra. Se radicalizó hasta el punto de que ya no es ni socialismo. El artículo 5 del último mamotreto de 2019 dice que el Partido Comunista de Cuba es la fuerza superior y dirigente del Estado y la sociedad.

En medio de una euforia, aprovechando el dolor de un hecho bélico y recuperando un territorio ocupado por mafiosos, se defendieron los cubanos que no querían, o no estaban de acuerdo, con que les expropiaran sus propiedades. Fuera cual fuera el motivo, fue un intercambio bélico. Y los que estaban pisoteando la isla de la libertad se llamaban «rebeldes», los revolucionarios. Por eso sigo diciendo que soy contrarrevolucionario. Soy conservador, contrarrevolucionario, y lo digo de todas las revoluciones, hasta de la Francesa. No creo en revoluciones, porque mira lo que pasa: la bandera termina en tiranía.

Así, en medio de la euforia, como se quitó todo lo que decía «Cuban Fruit Company», y la gente gritaba «¡Se llamaba!», expropiaron, nacionalizaron, robaron y vulneraron la propiedad privada en Cuba. El resultado: la pobreza actual. Pero también lo hicieron con la política. Claro, eso no era democracia. Y la mayoría de los cubanos no se creyeron eso, empezaron a gritar socialismo. Muchos cubanos no quitaron el cuadro de Jesús que decía «Jesús, esta es tu casa», y pusieron el cuadro de Fidel que decía «Fidel, esta es tu casa». Y eso no era democracia, era democracia radical.

Puedes decir que estaban engañados, que creyeron en él, puedes dar la justificación que quieras, pero era democracia para esos partidos y organizaciones que utilizan la palabra sin que antes se usen las palabras «ley», «orden», «propiedad privada» o «respeto a lo individual». Ahí lo tienen, el resultado del dios de la democracia. Eso es democracia también. La gente no estaba disgustada con Fidel, estaban de acuerdo con él y aplaudieron el socialismo. ¿Cuántos de ese grupo después vieron cómo les quitaron la bodega? ¿Cuántos perdieron las clínicas, los hospitales, la tiendecita, la cafetería, el carro, el negocio, la exportadora, la tierra? A muchos les quitaron todo. Porque ahí apenas estaba empezando a robar. En 1961 se estaba afilando los dientes para seguir robando. Se metieron 10 años robando, bueno, ya llevan 65, pero arrasaron y masacraron el erario público y la propiedad privada en Cuba en los primeros 7 u 8 años. Pero en ese entonces tenía apoyo popular, y eso era democracia.

Fíjense cómo lo dice el video: «El pueblo de Cuba decidió su destino socialista». No dice que Fidel manipuló a todos con un discurso. La gente, dolida por un intercambio bélico con muertos y disparos, dijo: «Si esos que atacan se llaman socialismo, pues seremos socialistas».

Y ahí está. Estás sufriendo tú ese discurso, lo estoy sufriendo yo, y lo han sufrido millones de cubanos durante 65 años, por un discurso, por una euforia, por una voluntad popular. Sigan creyendo en la democracia y en respetar lo que dice la mayoría. No. Yo respeto lo que está bien, aunque estén 100 en desacuerdo y sea yo solo. Sigo diciendo que está mal, y no me subordino. Y gracias a Dios vivo en un país donde aún se respeta eso. Gracias a Dios, cada vez menos, pero en Estados Unidos aún se respeta.

Es importante que lo sepamos, porque desde ahí debemos partir. Todo el que esté en la oposición y te hable de democracia, voluntad popular y lo que la gente decida, que mire lo que pasó en Cuba Primero, si en Cuba dicen «seguimos socialistas», seguimos socialistas, porque Cuba va primero. Cuba Decide en un referendo, seguir igual, pues seguiremos con la libreta, pero que pongan a alguien que lo haga mejor, que quiten a Díaz-Canel y pongan a otro. Esa es mi decisión: al capitalismo le tengo miedo. Me van a quitar la casa, la salud será privada, la educación también, y vendrá un explotador, un capitalista, a pagarme menos. La explotación del hombre por el hombre. No, no, no. Sigamos igual, pero que lo haga mejor otro. Y si eso lo decide Cuba, según el eslogan, en un referendo, pues seguirá igual, será voluntad popular, será socialismo y seguirá la miseria. Habrá otro dueño con otro nombre, pero el cubano seguirá revolcándose en la pobreza, porque no ha cambiado. Es el mismo perro con diferente collar.

Por eso hay que poner estos videos, y por eso hay que hacer énfasis en esta fecha, para que mires a los lados y veas en el mercado político quién te está diciendo lo que te convence, y quién te está adornando la píldora para llevarte por el mismo camino. ¿Cuáles son los pichones de Fidel, que aprovechan tu sentimiento, tu debilidad, tu angustia, tu tristeza, tu añoranza, para manipularte y metértela así, en frío, sin lubricante?

Bueno, esto también lo anunció Juventud Rebelde hace 63 años, en la histórica esquina de 23 y 12. El pueblo cubano se reunió con Fidel y eligió el socialismo como sistema. ¿Cuántas personas habrían estado ahí? ¿100, 200,000? ¿Eso era el pueblo cubano? ¿Esa fue una elección? Lo mismo que quiere «Cuba Decide», lo mismo que quiere «Cuba Primero». Los que se acaban de fajar, pero es lo mismo. ¿Ves cómo está tan presente el socialismo hoy, siendo el poder en la isla, como en la oposición? Truncando todo lo que no sea socialismo, atacando todo lo que no sea socialismo, abarcando todos los espacios posibles para evitar que otros que piensan diferente tengan oportunidad. Son muy excluyentes. Los socialistas son muy excluyentes, y los demócratas también.

El demócrata es tan soberbio que ataca al que no lo sea. Un demócrata ataca al que no es demócrata, porque «la democracia es lo mejor». Pues viva tu democracia, pero deja a los que no creen en eso. Si es democracia, acepta a todo el mundo. No, ese no, ese «es un mentiroso», ese «quiere con plomo». Porque la democracia es así, solo son conscientes entre ellos, solo son demócratas entre ellos. Al que piense diferente lo aíslan, lo atacan, lo censuran, lo difaman, porque así son los demócratas. Ese es el pensamiento demócrata, te guste o no. Ese es el pensamiento demócrata.

Y si la mayoría decide que no vamos a hablar de este o que vamos a hablar mal de aquel, lo sienten que está bien porque la mayoría lo decidió, aunque esté mal, aunque sea injusto, aunque sea inmoral, aunque vaya en contra de lo que ellos mismos dicen. Según el pensamiento demócrata, se acepta toda corriente, todo libre pensamiento, pero también se acepta la voluntad de la mayoría. Si la mayoría dice que tú no puedes pensar así, se acabó el principio demócrata, porque el principio demócrata dice que hay que aceptar la mayoría. Es una contradicción intrínseca. Lo mismo pasa con la tiranía.

Si no eres socialista en Cuba, no eres ni cubano. Eres un traidor, un mercenario, un terrorista, y todo lo que venga, porque no estás de acuerdo. Aunque seas uno, fíjate en la «justicia» de la democracia. Si la mayoría decide matar a uno, pues lo matan. Y ya, no importa por qué, porque ya lo decidieron. Ni siquiera se preguntan por qué lo están matando. Es una decisión de la mayoría.

Esa es la enfermedad de la democracia, y hay mucha gente en la oposición hablando de eso. El otro día me escribió alguien —no voy a decir el nombre porque ya está liquidada— pero me da pena. Pues si ya tú ves cómo yo pienso, ¿para qué me estás escribiendo? Que la gente me «cuquea». Por allá saltó uno: «No, que te voy a invitar para debatir.» ¿Debatir de qué? ¿Y con quién? Sigan con su tontería haciendo videítos y monetizando. ¿A mí qué me importa debatir contigo? Yo lo tengo claro, y aunque la mayoría diga que estoy equivocado, voy a seguir. Si no, ya fuéramos libres, porque la mayoría lo está haciendo mal. Mientras yo crea que estoy bien, y que mi objetivo es sincero, lo voy a seguir haciendo, aunque esté solo gritando en una esquina. No me interesa, porque yo tengo que sentirme bien con Dios para sentirme bien conmigo mismo.

Entonces, claro, cuando llevas esto a esa dimensión, ya es más difícil. Luego de discursos como este, de quitar la propiedad privada… Recuerden que lo dijimos: volvamos a los cimientos. ¿Qué te hace el comunismo? ¿Qué te hace el totalitarismo? Primero, el comunismo, para que funcione, se tiene que imponer por la fuerza, porque no funciona. El socialismo no funciona, no hay cálculo económico. Eso ya está demostrado, no hace falta hacer más videos. Ya lo vimos en los videos. No existe. Es la fatal arrogancia, creer que un burócrata puede decidir tu vida desde su escritorio. No existe. No puede acumular tanta experiencia, habilidad y conocimiento como para tomar las millones de decisiones que se dan en un libre mercado. Imposible. Solo Dios puede hacer eso, en su omnipresencia y omnipotencia. No hay ser humano capaz de tener la habilidad, experiencia, conocimiento, fuerza y recursos para tomar buenas decisiones en los millones de situaciones que se dan en un libre mercado. Eso ya está claro.

Si alguien no lo ha visto así, por favor, este no es tu canal. Sigue andando, vete. Hay un CDR ahí loco por verte. Sigue para allá. Sigue derecho. Ahora, los que lo tenemos claro, sabemos que el

comunismo y el socialismo se imponen por la fuerza, ya sea militar, económica o política, pero se imponen. No se sostienen porque la gente se da cuenta.

Bueno, ¿y cómo lo hicieron en Cuba? Vamos a buscar los pilares. ¿Qué hizo Fidel para que la tiranía se mantuviera? Después de atacar a la familia y la propiedad, para que no tuvieras ni por qué luchar ni con qué luchar, después de quitarte todas tus propiedades, después de dividir la familia entre gusanos, revolucionarios, traidores, contrarrevolucionarios… «No los queremos, no los necesitamos.» Ya tiene el ambiente listo para afianzarse, y puso estos pilares:

El primero: la propiedad estatal de los medios de producción. Te quito con qué contraatacarme, con qué defenderte de mí. Te lo quito todo. ¿Hablas mal de mí? Te quito el negocio. Eso es comunismo. Comunismo uno, comunismo dos, los dos son comunistas.

Después, un sistema de partido único. No hay posibilidad de disenso. Estamos hablando de arriba, de imposición económica. No hay propiedad privada, todo es del Estado. Y el Estado son ellos, porque la revolución son Raúl y Fidel. Esa es la revolución. De ahí para allá no hay más nadie, los demás son subordinados.

Te quitan tu capacidad política. No te puedes movilizar, no puedes disentir. Ilegal. Todos los demás: o eres comunista, o eres comunista. No se puede ser otra cosa, eres obligado. Si no, no eres ni cubano. En vez de darte un certificado de nacimiento, lo que quieren es darte un carnet del partido desde que naces. «Manuel Milanés, -sí, -origen -carnet.» No puse apellido de carnet, porque esta gente se agarra de cualquier cosita. Después dicen que yo lo dije.

Planificación centralizada de la economía. El Estado lo hace todo, y todo sale de ahí. Así que te tienen atrapado con estos tres pilares. Estos tres pilares: eliminar la propiedad privada, centralizar la economía y un solo partido.

Bueno, pues los logros de ellos, según ellos: la educación, la salud y el deporte. Oigan esto. Y ellos, sí, lo tienen así, te muestran un «logro».

Bueno, pues en estos tres «logros» que ellos mencionan —educación, salud, deporte— no voy a poner videos de cómo están los hospitales. No voy a poner videos de cómo están las escuelas. No voy a mostrarte cómo están las instalaciones deportivas, la Ciudad Deportiva o el Cerro, donde el pontón ya ni sirve para sembrar. El último que se mató fue un muchacho que se tiró sin agua en la piscina. No voy a decir eso, todo el que está en Cuba solo tiene que abrir la ventana y mirar para saber lo que está pasando con esos supuestos tres logros.

No, yo voy a hablarte a ti, que acabas de salir de Cuba y tienes la obligación de llamar a tu casa y decir: «En Cuba tenía un problema si me enfermaba porque no sabía si el médico iba a estar o no, si iba a haber cama o no, si el hospital estaría abierto o no, si habría medicinas o no. Si me partía la cabeza, no sabía si habría hilo, anestesia, agujas, guantes, o enfermera.» En Cuba, tenías esa desgracia. Eso que ellos llaman logros era una desgracia para ti en Cuba.

¿Cómo iba tu hijo a la escuela? ¿Qué pasaba con la merienda? ¿Si lo atracaban o no? ¿Si la maestra decía malas palabras o si el techo se caía en la escuela? ¿Si la abrían o no? ¿Tenías que llevar dinero? ¿Teníamos que sobornar a la maestra? ¿Había corrupción? ¿Dónde estaban los tenis, el uniforme, los lápices, las libretas, la mochila? Todas esas eran desgracias. La educación y la salud en Cuba eran deportes de supervivencia. Desde cuándo… ¿Ponte una gráfica ahí? Desde el 64 hasta el 2020. ¿Dónde está el pico? El pico está en el 92, cuando le robaron todo el dinero a los rusos. Claro que el Estado puede regalar lo que le regalan. Claro que puede hacer escuelas si la gente paga impuestos o si otro país se lo regala.

 

Como está haciendo Bukele en El Salvador, construyendo bibliotecas y escuelas con dinero chino, y la gente dice que es de derecha. Pues Cuba, con dinero de los rusos, mira todo lo que hizo hasta los 90. Y cuando se acabó el billete, mira cómo terminó en el 2020, con las peores cifras. Ahí están, números, no palabras. Ahí están las tablas, las medallas de oro, plata y bronce en los eventos olímpicos. Mira cómo en el 2020, 2022, 2023, todo está peor, lamentablemente.

Si la salud, la educación y el deporte en el capitalismo tienen problemas, busca que el Estado está detrás. Hay una resolución, una regulación, un financiamiento, una medida populista de hacer una cancha o un parque. Ahí vienen los problemas, porque después ese parquecito tiene la foto del político, y si no piensas como él, te da pena ir. O tienes que ir al privado, que te cobra más. Pero ¿en cuántos países libres hay canchas porque la gente las construye? En los residenciales, no hay uno que se venda a buen precio sin piscina, sauna o gimnasio. Ese es el libre mercado.

Desde que saliste de Cuba, se te olvidó el problema de la educación, la salud y el deporte. Ahora tienes otros problemas, problemas que te creas tú mismo, como los que estamos viendo con los que están fuera. Pero yo quiero que me digan los que están dentro: el que tiene buena salud en Cuba hoy, es porque se la paga con su dinero. No es con salud estatal, no es con salud pública. El que tiene buena salud en Cuba hoy, tiene medicinas que se las mandan de afuera. El que tiene buena salud en Cuba hoy, tiene insumos que le mandan de fuera. Tiene vitaminas, suero, alimentación, todo mandado desde fuera. No es el Estado quien garantiza la buena salud al cubano que vive en Cuba hoy.

Desmiénteme. Desmiénteme alguien desde dentro, que diga que en Cuba hoy hay una persona con buena salud o buena educación sin la ayuda de la propiedad privada. No existe, no existe. Y antes de hablar de una operación catastrófica, de un cáncer terminal o una enfermedad de la que puedas morir y no tengas recursos, háblame de la comida. ¿Cómo se financia la comida? El pobre trabajando. ¿Y la ropa? El pobre trabajando. ¿Y el buen peso, la salud, el ejercicio, la vida saludable?

¿Cómo se financia el pobre trabajando? Así es, la propiedad privada resuelve todos los problemas. El libre mercado resuelve todos los problemas, y mientras menos intervención del Estado, más barato es todo. Tú, que acabas de irte de Cuba, tú que eres parte de los mil cubanos dándole la vuelta al mundo en el último año, tienes la obligación moral de decirle al que está dentro: esos comunistas son unos delincuentes. En el libre mercado, no quiero libreta de abastecimiento, no quiero tarjeta para comprar cosas en la tienda, ni quiero un tarjetón de médico de familia. No quiero nada de eso. Yo me lo busco trabajando, porque la propiedad privada me lo resuelve. El libre mercado, que también incluye el mercado laboral, me lo resuelve. Yo me vendo al mejor postor, y si no me pagan lo que valgo como trabajador o como obrero, me voy para la competencia. Y ahí, me tendrán que pagar más, buscarme alquiler, ponerme un seguro, y darme todo lo necesario, porque si no, no trabajo para ellos. Ese es el libre mercado, ese es el capitalismo.

Pero, ¿con qué lo pueden desmentir? ¿Con qué?

Ahora, si nos fijamos en lo que ellos dicen, fíjense solo en los deportistas, el último tema que tocamos. Miren, no soy un experto. Nací al lado del estadio, pero yo iba al estadio a vender pizzas, refrescos o malta, no a ver pelota. No soy el mejor aficionado. Veo un equipo, veo un campeonato, pero no soy el mejor. No me hablen de estadísticas de peloteros, estoy perdido en eso, no es lo mío. Tengo otras habilidades, esa no.

Bueno, pero los números no mienten. Miren este que me pasó una página, que se llama Cuba 360, que ha publicado una lista de los deportistas más exitosos fuera de Cuba en 2023. Ahora, ustedes, que sí saben de deporte, de estadísticas y de historia deportiva, pueden decirme a mí o compartir aquí en el chat cómo vivían estos deportistas dentro de Cuba. ¿Hubieran llegado a estos logros en el socialismo?

Melissa Vargas, la mejor jugadora de voleibol del mundo, no jugó por Cuba, no jugó en el socialismo. No brilló en el socialismo. Entonces, ¿nos van a decir que el socialismo le brindó ser una deportista de élite? ¡Eso es mentira! Si algo demuestra que la constancia, la disciplina, el esfuerzo y el sacrificio dan frutos, son los deportistas de alto rendimiento. No es que el socialismo les haya puesto un banquito ahí.

Otro ejemplo: Leinier Domínguez, maestro de ajedrez, ahora representa a la selección de Estados Unidos. Gran maestro de ajedrez, ¿pero fue el socialismo lo que lo llevó allí? No, y no me vengan con que porque estudió en Cuba llegó a ese nivel. Mentira. Si él no se quema en las academias, si no juega contra los rusos y los mejores del mundo, no llega allí.

Miren a Trujillo, un campeón que salió de Cuba escondido, tirándose de un tercer piso, casi se mata. Terminó en la ciudad olímpica de República Dominicana, escapándose, durmiendo en la calle, y hoy es un campeón. Cobra cada vez que pelea y tiene récord de nocauts en el primer round, nadie quiere enfrentarse a él. Va a disputar un título mundial. ¿Le debemos eso a la revolución? ¡Claro que no! Agradezcámoslo a su madre, a su padre, a su genética. Agradezcamos su constancia, su disciplina, sus principios, sus valores.

Y no me olvido de Yandy Núñez, el escalador. ¿No fue él al que le compramos las botas aquí? Algunos de los más veteranos en el canal recordarán un proyecto que teníamos, que se acabó también por la frustración y la envidia de los zurdos, llamado «La Ponina». Con eso ayudamos a familias en Cuba, a opositores, y también a Yandy Núñez, que necesitaba unas botas para subir el Everest. En esta plataforma se recogió dinero, se le mandó, y él mandó un video mostrando que había comprado las botas. Pues felicidades, Yandy. Quizás fue con otras botas, pero nosotros te ayudamos con las primeras. Espero que lo recuerdes, y si no, no importa. El video está ahí.

Felicidades, ahí tienen otro cubano más. Díganme ustedes, un tipo que no se hubiera puesto a decirle a Fidel: «¿Tú eres mi amigo”, o “Díaz Canel, te quiero con la vida”, le hubieran pagado un pasaje, un entrenamiento o un guía para subir el Everest? ¡Díganme ustedes!

Y si no le hubieran obligado a poner la bandera del Partido Comunista de Cuba en la cima cuando llegara. El socialismo no existe ya. Ahora, vamos a revisar esta lista de deportistas, pero también hay una lista de empresarios. ¿Cuántas clínicas solo en Florida existen? ¡Hay más que en La Habana! Vamos a hablar de los empresarios. ¿Cuántas escuelas, cuántas universidades hay en el exilio? ¿Cuántas becas dan los empresarios cubanoamericanos o exiliados en cualquier lugar del mundo a los que no tienen? ¿Cuántas donaciones, cuánta caridad se ofrece? Y eso no es socialismo, porque el socialismo solo reparte pobreza. El socialismo te puede hacer igual, pero igualmente pobre, nunca rico. Los únicos ricos son los dos o tres que alcanzan el poder. Ese es el Estado.

El libre mercado resuelve salud, educación y deporte. Te lo ofrece mejor y a un mejor precio, y decides tú, porque tú eres el que manda. Porque tú eres el que tiene el billete. Y «cash is king»: el que manda es el que paga. Cuando tú le das tu dinero al Estado y el que te paga es el Estado, es el Estado el que te manda. Tan sencillo como eso. ¿Todavía no lo ves? Matemática de bodega.

 

MANUEL MILANES  Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA

https://www.cpgalegal.org/

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