El influencer Manuel Milanés desentraña una contradicción del comunismo que está basada en la supuesta capacidad del sistema para satisfacer las necesidades siempre crecientes de las personas.
“Las necesidades son infinitas”, explica Milanés, haciendo referencia a las promesas comunista de satisfacer las demandas siempre en aumento de la población. Citando la sabiduría de su difunta madre, América, Milanés subraya cómo el ser humano nunca se encuentra completamente satisfecho, siempre buscando más. Sin embargo, resalta un conflicto fundamental: ¿cómo se pueden satisfacer estas demandas infinitas con recursos finitos?
Para Milanés, el Estado juega un papel engañoso aquí, prometiendo distribuir equitativamente y satisfacer a todos. No obstante, se oculta una verdad: “Nada se da sin que se quite a alguien”. Esta idea, según el filántropo, desmorona los pilares del socialismo, afirmando que carece de una base teórica sólida y es simplemente una falacia.
Además, el influencer cubano menciona el concepto de la «fatal arrogancia», presentado por Friedrich Hayek, quien fue un economista y filósofo austriaco. En su obra, Hayek argumenta que es imposible para cualquier individuo o grupo centralizado de individuos poseer toda la información y el conocimiento necesarios para dirigir con éxito una economía o una sociedad.
Según él, la pretensión de que una entidad centralizada podría manejar y planificar todos los aspectos de una economía es una forma de «fatal arrogancia». Hayek sugiere que las economías funcionan mejor cuando se dejan a mecanismos descentralizados, como el mercado, que pueden adaptarse y reaccionar a la información local y a los cambios de una manera que ningún planificador central podría.
Por lo tanto, la «fatal arrogancia» también hace referencia a la idea de que las intervenciones bien intencionadas en sistemas complejos, sin una comprensión adecuada de cómo funcionan estos sistemas, pueden tener consecuencias no deseadas y a menudo perjudiciales.
En ese sentido, Milanés refiere que el socialismo falla en considerar los millones de decisiones individuales que se toman en el mercado. Para el empresario, confiar en el Estado como la solución es un error monumental.
Haciendo un llamado a la acción, Milanés enfatiza que se sabe lo que hay que hacer para lograr una sociedad libre y próspera, pero que el reto está en coordinar y ejecutar esas acciones. El creador del Consejo para la Guerra Anticomunista finaliza con una nota esperanzadora, afirmando que, aunque el camino es arduo, la dirección es clara.
“Somos nosotros los que tenemos todo, absolutamente todo, para hacerlo. Pero tenemos que hacerlo. No basta con tener los recursos o las condiciones; hay que coordinarlo, acoplarlo y ejecutarlo. Estamos en ello. Ojalá lo logremos. Al menos sabemos lo que hay que hacer”, sostuvo.