Milanés explica por qué los países que piden visa para entrar no están violando los derechos a la libertad de movimiento

El empresario Manuel Milanés abordó recientemente un tema que ha generado un debate histórico y es las perrogativas de un Estado de pedir visado para permitir la entrada de extranjeros a sus fronteras.

Sobre el tema, el luchador incansable por la libertad de Cuba recurre a una analogía para explicar a su audiencia. “Para entrar a un país, debes pedir permiso, es un visado. En mi casa dejo entrar a quien yo quiera. Tu derecho termina cuando empieza el mío. Yo tengo el derecho de proteger mi casa y mi propiedad”.

La libertad de movimiento, reconoce el creador del Consejo para la Guerra Anticomunista, es un derecho humano fundamental, pero tiene matices y limitaciones. Internamente, las personas deberían moverse libremente, mientras que para salir y entrar, hay regulaciones. Estas regulaciones, especialmente en lo que respecta a los visados, no son una infracción, sino un equilibrio.

Las razones detrás de estos requerimientos de visa se fundamentan en diferentes aspectos como la seguridad, el control económico, la salud pública y las relaciones diplomáticas entre países. Estos factores demuestran la necesidad de un sistema equilibrado que proteja tanto el derecho individual a la movilidad como la soberanía y el bienestar de una nación.

Milanés indica la existencia de diferencias culturales, hábitos y comportamientos que justifican la necesidad de regulaciones. Afirma: «Ojalá no hubiera fronteras. Pero existen diferencias culturales, hábitos, comportamientos, idiomas y costumbres. Por ello, hay regulaciones sobre quién entra o no a tu casa, a tu espacio, o a tu país.»

La opinión de Manuel Milanés refuerza la idea de que, mientras la libertad de movimiento es un derecho humano, también lo es la capacidad de un Estado para controlar sus fronteras de manera justa y equitativa.

La libertad de movimiento es un derecho humano fundamental, pero, como muchos derechos, tiene matices y limitaciones. La libertad de movimiento, como está formulada en instrumentos internacionales de derechos humanos, a menudo se refiere a dos dimensiones:

  1. Dentro de un país: Todas las personas tienen el derecho de moverse libremente dentro de un país en el que se encuentren. Este es un derecho ampliamente reconocido y protegido.
  2. Entrar y salir de un país: Las personas tienen el derecho de salir de cualquier país, incluido el suyo propio, y de regresar a su país. Sin embargo, el derecho a entrar en un país extranjero no está garantizado de la misma manera.

Las visas y otros requisitos de entrada son herramientas que utilizan los Estados para regular quién entra a su territorio y por qué. Las razones detrás de estas regulaciones pueden incluir:

  • Seguridad: Limitar la entrada de personas que puedan ser una amenaza.
  • Control económico: Regular el flujo de trabajadores y proteger el mercado laboral nacional.
  • Salud pública: Prevenir la propagación de enfermedades.
  • Relaciones diplomáticas: Las políticas de visado pueden estar influenciadas por las relaciones entre estados.

Para el caso de los cubanos existen al menos una treintena de países que no solicitan visa en mayor o menor medida y en dependencia de la intención migratoria.

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