En un reciente video compartido por el anticomunista Manuel Milanés se pone de manifiesto la importancia cultural del café en la sociedad cubana y la incapacidad de la dictadura castrista para resolver el abasto 64 años después.
Para el creador del Consejo para la Guerra Anticomunista los últimos 64 años de dictadura revelan la carencia en la producción del grano y escuchar a estos “hijos de su madre” diciendo que hay que tomar medidas.
Después de tantos años, un viceministro aún tenga que proclamar la necesidad de «acercarse al campo». Esta observación, subraya Milanés, demuestra el desinterés por resolver problemas básicos. Las montañas, antaño productoras del preciado grano, se encuentran en abandono, y el café cubano, que podría estar en las mesas del mundo, sigue siendo una promesa.
“¿Cuántos recuerdan a sus madres buscando un poco de café para hacer una coladita? Esa tradición era común en el lugar donde nací y crecí. En la dieta cubana, el café es esencial. Y después de 64 años, un viceministro dice que es necesario acercarse al campo. Pero, ¿cómo puede haber gente que aún cree que de ahí saldrá una solución, cuando algo tan básico como tomar café en Cuba es un problema?”, sostuvo el influencer.
“Esto es importante porque no podemos pasar por alto ningún detalle. El café que muchos están tomando ahora mientras escuchan este programa no es cubano. Las montañas cubanas, antaño llenas de cafetales, están descuidadas. Para muchos, si no toman su café por la mañana, se sienten perdidos el resto del día”, explicó.
Según Milanés, si no quieres tumbar al gobierno, al menos lucha por tu café del día, ya que si no lo tienes hoy en Cuba se debe al régimen castrista.
El influencer, desde su experiencia en Miami, recuerda las largas filas para degustar una «coladita», una manifestación del arraigo cultural del café entre la comunidad cubana del exilio. Aunque Milanés ha reducido su consumo de café, es consciente de su valor: un símbolo de reunión y nostalgia que lleva a muchos a rememorar tiempos en los que un paquete de café era tesoro familiar.
El empresario contrasta la situación con el caso de Italia, un país sin producción propia de café, pero que ha sabido combinar granos de distintos orígenes para crear una mezcla mundialmente aclamada. Una muestra de lo que podría lograrse si se atendiera adecuadamente a los cafetales cubanos.