En una de sus directas más populares, el empresario Manuel Milanés opinó sobre la demanda que le puso a Cuba la empresa de camiones rusos Ural, situada en la ciudad de Miass, de la región rusa de Chelyabinsk, por impago de 23.4 millones de euros, correspondientes al acuerdo suscrito por la venta de camiones.
El proceso ha escalado a un tribunal, pues la Empresa Estatal Cubana Importadora y Exportadora de Productos Técnicos Tecnoimport se niega a pagar.
Según el fallo del Tribunal de Arbitraje de Moscú, la Planta de Automóviles de los Urales ha presentado una demanda de recuperación solidaria de 22 millones de euros en pérdidas y 1,4 millones de euros en intereses por el uso de fondos ajenos, lo que suma unos 23,4 millones de euros, equivalentes a 2,4 mil millones de rublos, según la tasa de cambio actual.
La demanda proviene de un convenio de cooperación internacional establecido hace varios años, en el cual la fábrica de automóviles acordó proporcionar kits y componentes para el montaje de camiones Ural NEXT 4320 en Cuba. Como parte de ese acuerdo, en 2018 se enviaron a la nación caribeña kits para 120 vehículos GAZ y 500 vehículos Ural. Los ingenieros rusos capacitaron a los socios cubanos en un área específica de la planta y se elaboró un video instructivo para guiar el montaje.
Sin embargo, a pesar del envío de los componentes, la fábrica rusa no recibió el pago acordado por los productos. “Nunca se habló de caridad. Siempre encontraban razones para no pagar. Alegaban problemas con los vehículos, pero las fotos de un desfile militar mostraban que estaban operativos”, señaló una fuente al medio digital Ura News.
Sobre el tema, Milanés dice que “los rusos ya no aguantan más. Ni siquiera los chinos, a quienes les deben miles de millones, y ahora se encuentran en el tribunal de Londres. Ahora los rusos también reclaman porque es una empresa privada. Aunque Putin les diga ‘Haz negocio con Cuba’, ya no es como antes. No es como con China, Argentina, Brasil, España o incluso la misma Rusia, donde el estado creaba un fondo con dinero de los contribuyentes para ayudar a países en desarrollo y este fondo pagaba a la compañía local”.
Antes era una deuda estatal, pero eso dejó de hacerse porque la tiranía cubana no paga y el Estado ruso no puede seguir dando dinero sin cobrar. Ahora es por cuenta y riesgo del empresario privado ruso”.
