El influyencer Manuel Milanés resalta el sorprendente panorama actual de la industria de bebidas en Cuba cuando una empresa estatal tiene que comprar edulcorante a una Mipyme privada que lo importa desde EEUU.
La falta de azúcar en la Mayor de las Antillas, otrora productora de esta materia prima y ahora caída en desgracias tras 64 años de comunismo, marca la pauta para comprender el desafío que implica navegar por las complejidades de un sistema económico centralizado.
El empresario expone que el edulcorante llega desde EEUU por intermedio de la empresa Nutra Suite. Sin embargo, Milanés advierte que la incertidumbre que enfrentan estas Mipymes con las nuevas regulaciones de control y bancarización es muy grande.
“Bueno, ¿qué ocurrirá con esta fábrica cuando la microempresa (mi pyme) no pueda importar más debido a la falta de cuentas en moneda libremente convertible (MLC)? ¿Qué sucederá si enfrenta dificultades económicas o si su propósito no es vender a terceros, sino utilizar el edulcorante para sí misma? ¿Y si carece de registro comercial o certificación? En tal caso, la producción de edulcorante se verá amenazada, lo que a su vez afectará la fabricación de refrescos, que, según dicen, es para el verano y ya estamos a punto de iniciar septiembre”, explicó el filántropo.
La falta de acceso a moneda libremente convertible y las limitaciones económicas ponen en peligro la continuidad de estas empresas, lo que a su vez podría tener un impacto negativo en la fabricación de refrescos y otros productos esenciales. Milanés, a través de su contenido informativo, ilumina cómo esta lucha por la supervivencia empresarial también refleja una lucha constante por la libertad económica en un sistema marcado por la centralización y la opresión.
