La falta de base y credibilidad del régimen comunista en Cuba ha sido tema que refleja a diario cuando se comparan los discursos oficialistas con la vida real de los dirigentes comunistas. Para el influencer cubano Manuel Milanés, resulta evidente que cada vez menos personas creen en la propaganda que intenta vender un relevo en el poder de la tiranía.
Como ejemplo está el caso de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) una organización de chivatos y criminales que cada día tiene más falta de relevancia y apoyo.
En el video, Milanés expone cómo las reuniones para el décimo congreso de los CDR en la provincia de Matanzas están lejos de lograr una asistencia significativa. A pesar de los esfuerzos por mantener una estructura aparente, la realidad es que la gente ya no desea participar ni tener nada que ver con los CDR, que han sido históricamente considerados como «chivatones» del régimen.
El empresario youtuber destaca cómo el CDR, que alguna vez fue una herramienta de control y vigilancia del régimen, ahora carece de apoyo y ha perdido toda credibilidad. Milanés resalta que los jóvenes ya no se sienten atraídos por esta institución y que incluso algunos dirigentes políticos y gubernamentales han reconocido su desaparición en los barrios.
Uno de ellos es el actual dirigente nacional, el espía Gerardo Hernández, que llegó a decir que en su cuadra no funciona. Pero al dirigente las cosas le salen mal en todos los sentidos, pues en esa reunión se paró un funcionario (Yasiel López) a arengar en favor de los CDR, pero por detrás le pide ropa de cuadros a su padre que está en el extranjero para parecer un dirigente.
El anticomunista Milanés sostiene que la desesperanza y la ineficacia del régimen en abordar los problemas del país han llevado a una desconexión masiva de los CDR. Además, la gente sabe que el fin del régimen está cerca, y ya no quiere ser parte de un sistema que los ha sometido a la escasez, el hambre y la miseria.
En este contexto, Milanés invita a la población cubana a cuestionarse si realmente desean tener un CDR en sus barrios. Insiste en que los CDR ya no representan los intereses del pueblo, y que su existencia solo sirve para perpetuar el control y la represión.
