La Federación Cubana de Béisbol (FCB) ha admitido públicamente los problemas surgidos con las pelotas suministradas por la marca Teammate durante los play-off de la Serie Nacional de Béisbol. En una conferencia de prensa, Luis Daniel del Risco, tesorero de la FCB, confirmó que algunas de las bolas presentaron defectos que afectaron el desempeño de los jugadores.
Según Del Risco, desde La Habana se ordenó cortar las pelotas del lote suministrado por Teammate, modelo 190, para verificar su calidad. Se descubrió que el núcleo de estas pelotas estaba compuesto por una goma que se desmoronaba, lo que limitaba su alcance y afectaba el promedio de jonrones y batazos de extrabases en los juegos donde fueron utilizadas.
Los mayores inconvenientes se observaron en las pelotas enviadas a Ciego de Ávila y las que se quedaron en La Habana. Ante esta situación, se ha notificado a los proveedores de Teammate y estos han respondido alegando que nunca antes habían experimentado un problema similar.
El periodista Boris Luis Cabrera, del diario oficialista Tribuna de La Habana, ha expresado su descontento con la marca Teammate y la falta de seriedad y respeto hacia el deporte nacional. Cabrera incluso sugirió detener los play-off y destinar las pelotas defectuosas a las áreas deportivas para el entrenamiento de categorías infantiles, mientras se busca adquirir pelotas de mejor calidad.
Cabe recordar que en mayo pasado, los directivos del béisbol en Cuba anunciaron que la edición 62 de la Serie Nacional de Béisbol había enfrentado dificultades debido a los retrasos en la entrega de pelotas contratadas a Teammate. Ante la falta de suministro, la Comisión Nacional de Béisbol decidió utilizar pelotas de producción nacional de la marca Batos, destinadas originalmente a otras competencias de categorías inferiores.
La marca Teammate se especializa en la producción de indumentaria deportiva para béisbol y softbol, incluyendo pelotas, bates de madera, guantes, ropa deportiva, accesorios y equipamiento de campo.
No sería la primera vez que los funcionarios del deporte castrista firman contratos con proveedores extranjeros de dudosa prestigio a cambio de una coima por la facturación.
