Embajada de EEUU en La Habana suspende todos los trámites consulares hasta nuevo aviso

La Embajada de los Estados Unidos en La Habana ha sorprendido a muchos ciudadanos cubanos con el anuncio de la cancelación de todos los trámites consulares programados para este jueves 13 de julio. Según una nota publicada en las redes sociales de la representación diplomática, esta medida se debe a una «avería eléctrica» de la cual no se tiene un tiempo estimado de solución.

La breve nota emitida por la Embajada de EE. UU. en La Habana expresa: «Hoy, jueves 13 de julio, la Embajada de EE. UU. en La Habana permanecerá cerrada y se suspenderán los servicios consulares debido a una avería eléctrica. Informaremos al público cuando la embajada pueda restablecer sus operaciones normales. Por favor, siga nuestra página para obtener las noticias más actualizadas». Aquellos que tenían citas programadas para este día han sido tomados por sorpresa.

Hasta el momento, se desconoce si la avería eléctrica afecta la zona del malecón habanero, donde se encuentra la embajada, o si es un problema interno en las instalaciones eléctricas del edificio. En caso de ser una cuestión externa, las brigadas de la Empresa Eléctrica de La Habana estarían a cargo de solucionarlo. Por otro lado, si la problemática es interna, relacionada con el contador de electricidad de la embajada, solo el propietario del inmueble podría resolverla.

Hace exactamente un mes, Benjamin Ziff, el principal diplomático estadounidense en Cuba, reveló en una entrevista a la agencia Reuters que el edificio de la embajada estaba sometido a un proceso de mantenimiento. Después de permanecer cerrado durante casi cinco años debido a los supuestos ataques sónicos contra el personal diplomático de EE. UU. en Cuba, la sede sufrió los impactos de la corrosión del mar. El gobierno estadounidense decidió reducir su presencia al mínimo y suspender los trámites consulares hasta que reabrió en 2022.

Según Ziff, el mantenimiento del edificio tiene un presupuesto de 28 millones de dólares. Construido en la década de 1950, el edificio presenta problemas en su fachada y valla perimetral. Sin embargo, el proceso de restauración ha enfrentado numerosos desafíos, como la escasez de suministros básicos, incluyendo cemento y varillas de acero, así como la baja calidad del combustible necesario para las maquinarias importadas de EE. UU.

El diplomático denunció que el régimen castrista ha demorado la emisión de visas para los trabajadores y técnicos contratados para la restauración, quienes provienen de Estados Unidos. Esta situación ha generado retrasos en el proceso de mantenimiento y ha dificultado la pronta solución de los problemas estructurales del edificio.

 

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