El régimen castrista gastó 20.475.934 dólares en marzo de 2023 para importar alimentos procedentes de Estados Unidos, una cifra que representa una caída del 21% con respecto a igual mes del año pasado. La caída se suma al retroceso del 17.5% que también se observó en el balance interanual de febrero.
De acuerdo con las cifras oficiales del Departamento de Agricultura de EEUU en marzo de 2022 el dinero gastado en alimentos estadounidenses fue de 25.929.536 dólares y un año antes la cifra ascendió a 28.442.805 dólares. Por lo tanto, el retroceso actual es una muestra evidente de la falta de liquidez en las cuentas públicas.
El principal producto que acaparó la mayor cantidad de dinero fue el pollo, pues EEUU es el garante primordial de esa carne avícola para Cuba. Otros productos fueron la carne de cerdo, galletas, condimentos, papel higiénico, bebidas no alcohólicas, waffles y wafers. Por otra parte, se compraron productos médicos por 400.157 dólares en marzo.
Sin embargo, destaque principal fue para el café, un producto al que se destinó casi un millón de dólares durante el primer trimestre del año 2023. Cuba era autosustentable en la producción de café; sin embargo, actualmente la producción anual está en torno a las 10 mil toneladas, que no cubren la demanda estimada de 24 mil que es necesaria para la distribución mediante la tarjeta de racionamiento.
El Departamento de Agricultura también refleja las cifras de donaciones recibidas por Cuba desde EEUU que con su aumento ha compensado la disminución del gasto en las compras de alimentos. De acuerdo con el reporte, las donaciones humanitarias fueron de 3.966.288 dólares.
Las cifras correspondientes a las compras de enero a marzo de 2023 suman 77.462.731 dólares, prácticamente la misma cantidad que en el mismo período de 2022, cuando las exportaciones de EEUU fueron de 77.525.154 dólares.
Desde que se aprobaron las excepciones al embargo de Washington contra La Habana, las exportaciones totales de EEUU a Cuba han alcanzado los 6.981.189.097 dólares desde diciembre de 2001, cuando se realizaron las primeras entregas.
Todas estas exportaciones están autorizadas bajo la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de Exportaciones (TSREEA, por sus siglas en inglés) de 2000, aprobada por la Administración de George W. Bush bajo licencias especiales que en la práctica erosionan el embargo.
