El mandatario designado de Cuba, Miguel Díaz-Canel, participó en una subasta con acaudalados empresarios extranjeros y recaudó 11.2 millones de euros por la venta de tabacos, cifra que prometió sería destinada al Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Se trata de la tradicional jornada de cierre del Festival del Habano que el pasado viernes en la noche tuvo lugar para vender lujosos objetos relacionados con el sector del tabaco mientras se ofrecía una fastuosa cena en el recinto ferial Pabexpo de La Habana.
Anoche participamos en la clausura del Festival del Habano. 11.2 millones de euros se recaudaron en su mundialmente conocida Subasta. Todo se destinará a la Salud Pública cubana. #Cuba 🇨🇺 pic.twitter.com/hRLkqGUMXU
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) March 4, 2023
El segundo mejor pagado, un millón 800 mil euros, correspondió a un humidor de la marca H. Upmann. Otro de Romeo y Julieta cerró la puja en un millón 200 mil euros y uno de Monterrey también estuvo próximo al millón (980 mil euros).
Todos los años se realiza este tipo de fastuosos eventos en la capital cubana, donde a escasos kilómetros, en los barrios más pobres de La Habana Vieja, los cubanos viven en condiciones de pobreza, con falta de alimentación y viviendas en precarias condiciones. Igualmente, el discurso oficial destina los fondos de la subasta para el sistema de salud.
Sin embargo, los hechos recientes demuestran que el dinero no llega al Minsap y se pierde en los bolsillos de los dirigentes o familiares de la cúpula militar cubana, de la familia Castro o cercana a ella.
No es posible que con millones de dólares recaudados cada año solo por el concepto de la de las subastas no sea suficiente para asegurar las condiciones de higiene y salubridad en los hospitales cubanos. En enero pasado murieron 10 recién nacidos en el hospital materno Hijas de Galicia en La Habana, debido a un brote de infección en el cubículo de recién nacidos con bajo peso.
Una investigación del Minsap concluyó que hubo falta de aseguramiento de recursos para mantener un ambiente aséptico, aunque se terminó sancionado a directivos de bajo rango.