Más allá de la falta de recursos económicos y malas planificaciones de mantenimientos e inversiones en el sector eléctrico cubano, hay una problemática preocupante: más de 14.000 trabajadores han abandonado sus puestos de trabajo en los últimos dos años.
El diario oficialista Trabajadores cita fuentes de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) para confirmar las estadísticas que califica de “éxodo laboral” sin precedentes en la historia.
George Batista Pérez, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Energía y Minas, reveló que al cierre del 2021 quedaron vacantes 6.612 trabajadores, en su mayoría operarios que laboraban directo con la generación de energía. Para los nueve primeros meses del 2022, la cifra contabilizada fue de 8.089, lo que da un promedio de 21 bajas diarias, por lo cual el año pudiera haber cerrado cercano a los 10.000.
El reporte de la prensa oficialista no menciona la migración masiva de la población cubana hacia varios destinos, principalmente Estados Unidos, donde han llegado más de 300.000 cubanos en igual periodo.
Para Trabajadores, la causa del abandono de los puestos de trabajo es la baja remuneración en el sector que exige muchas responsabilidades. El fenómeno se ha acentuado desde la implantación del “ordenamiento monetario”, cuya reforma salarial no sirvió de nada, pues fue precedida por una inflación galopante que destruye mensualmente el ingreso. En cualquier caso, la responsabilidad es del Estado comunista y sus fallidas políticas.
Como ejemplo del éxodo hacia el sector privado, el diario oficialista entrevista a José Manuel Hernández, que luego de 20 años de trabajo en la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes de Cienfuegos, tuvo que pedir la baja ante los bajos salarios.
“El dinero que ganaba no me alcanzaba para nada. Entonces un amigo me dijo que estaba formando una pequeña empresa privada, de esas que llaman mipymes, para producir alimentos y me fui con él. Ahora mi salario es más del doble del que ganaba en la planta”, refirió Hernández cuyo relato es utilizado por la prensa oficialista para alertar de que el sector privado le está ganando la partida al Estado.
En la propia termoeléctrica cienfueguera, única de su tipo en el centro del país, el secretario general del único buró sindical autorizado a funcionar, Carlos Rafael Quintero Cabrera, señaló que a finales de diciembre pasado había 40 plazas vacantes en la planta.
El dirigente propone que tienen que tomarse estrategias para “retener a esa fuerza laboral porque se van para las mipymes”. Según dice, “los trabajadores tienen que sentirse estimulados material y moralmente”, pero no definió como el Estado logrará tal cosa si lleva 64 años intentándolo.
En octubre pasado, la televisión cubana entrevistó a Yoandry Flores, jefe de bloque y operador de sala de control de la termoeléctrica Antonio Guiteras, de Matanzas, quien afirmó que luego de la Tarea Ordenamiento se comenzó a vivir un éxodo masivo por el bajo salario.
“Mayormente, por lo que el personal de operaciones decide irse es por la escasez de salario. En un momento, antes del reordenamiento, éramos una de las empresas que más se favorecía en el término de salarios, uno podía cubrir sus necesidades. Tras el reordenamiento caímos en un escalón muy bajo”.
Anterior a la reforma salarial del 2021 que vino junto a la eliminación del CUC, los trabajadores eléctricos era uno de los sectores mejor pagados del país. Además de su salario en pesos cubanos (CUP) recibían una estimulación en CUC. Todo ello desapareció al mismo tiempo que el régimen castrista dolarizó la economía, creando tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) para acceder a los productos básicos, algo que prometió que no haría.
En la actualidad, el salario promedio de Cuba es de alrededor de 4.200 CUP y en el sector eléctrico algunos pueden llegar a 8.000. En cualquier caso, eso significa entre 25 y 45 dólares al mes.
El déficit de trabajadores y la suplencia de los puestos de trabajo con personal inexperto bien podría estar directamente relacionado con el “error humano” que acuso la Unión Eléctrica para justificar uno de los cuatro apagones masivos que ocurrieron recientemente en un lapso de 16 días.