Por Sala de Redacción Canal Manuel Milanés
Elián González, considerado por exiliados cubanos en Miami como “una de las pruebas más fehacientes del lavado de cerebro y, por ende, de conciencia, que el gobierno comunista de Cuba ejerce sobre niños y adolescentes en la isla”, está a punto de convertirse en legislador y ser uno de los encargados de debatir y establecer leyes que obedecen a los intereses del gobierno comunista. Cuando tenía seis años, su rostro aterrorizado -fotografiado durante una redada de funcionarios de inmigración armados en la casa de su familia en Miami- se convirtió en una de las imágenes más memorables de las tensiones de la guerra fría entre Estados Unidos y Cuba.
Después de una larga batalla política y judicial que comenzó en 1999, el Tribunal Supremo de La Florida ordenó regresar a Cuba al menor quien ahora, a sus 29 años, fue nominado para un escaño en la Asamblea Nacional de 470 miembros, anunciada este martes en el diario Granma de la isla caribeña.
Tras años de adoctrinamiento del menor, y de convertirlo en un crítico contra las políticas de Estados Unidos, hoy es aclamado por el diario cubano como «representante de lo mas digno de la juventud cubana».
Consultado por nuestra sala de redacción sobre este hecho, Manuel Milanés, líder opositor en el exilio, expresó: “En mi opinión fue un trofeo de Fidel, negando la memoria de su madre balsera quien murió tratando de llevarlo a la libertad. Quien falta a la memoria de su madre no merece respeto”.
González sobrevivió al naufragio de un barco que traía refugiados cubanos a Florida. Su madre murió, y el niño quedó al cuidado de unos parientes, entre ellos su tío abuelo Lázaro, en su casa del barrio de la Pequeña Habana de Miami. El reclamo por su custodia, pronto se convirtió en un enfrentamiento diplomático a gran escala, en el que el dictador comunista Fidel Castro amenazó con enviar escuadrones de guerrilleros para recuperar a Elián. Castro asistió, en medio de gran algarabía periodística, a la fiesta del séptimo cumpleaños de González. Y durante años su familia en Cuba estuvo rodeada de guardaespaldas del gobierno.
La casa de la que militares fuertemente armados sacaron a la fuerza al menor, se convirtió en una especie de santuario, permaneciendo como estaba el día de la redada allí en abril de 2000 y operada como museo durante varios años. Era operado por Delfín González, otro de sus tíos abuelos, fallecido en el 2016.
Nota de la redacción: La fotografía que ilustra esta nota periodística, se convirtió en un ícono, y dio la vuelta al mundo. Fue captada por el fotoperiodista de Associated Press retirado, Alan Díaz.