Sala de Redacción
La crisis que enfrenta Cuba ante la escasez de combustible diesel y por el deterioro de los autobuses de transporte público ha llevado al gobierno comunista a advertir a los conductores de vehículos estatales que recojan a la gente en paradas de autobuses. El no hacerlo significa enfrentar acciones judiciales. Pero irónicamente, no existe una autoridad que haga cumplir la orden que los mismos ciudadanos llaman “solución de parche”.
La incapacidad del gobierno para encontrar soluciones al problema, ha convertido el transporte público en un verdadero calvario para la población. Las aglomeraciones y eternas demoras para abordar un autobús son factor común en toda la isla, especialmente en la capital, La Habana, donde la demora puede ser de horas para ir a la escuela o al trabajo.
Un funcionario del ministerio de Transporte dijo a reporteros de una agencia francesa de noticias que “casi el 50% de los autobuses están fuera de servicio por falta de neumáticos y baterías».
El gasóleo, que se emplea como combustible en calefacción y en motores pesados y diesel, escasea desde que fue desviado en Marzo del año pasado para hacer funcionar centrales eléctricas alimentadas con petróleo. La mayoría de los vehículos de transporte público en Cuba utilizan gasóleo, a diferencia de la mayoría de los vehículos más pequeños. El gasóleo se obtiene por destilación fraccionada del petróleo bruto.
Según cifras oficiales, la isla de 11,2 millones de habitantes cuenta con unos 600.000 automóviles, muchos de ellos estatales o en poder del gobierno comunista.
Preciosmundi, empresa independiente internacional que muestra y compara precios de productos y servicios en más de 100 países, acaba de publicar un cuadro con los costos de transporte público en Cuba, actualizado a Febrero del 2023. “Los cubanos tenemos que gastar entre la cuarta y quinta parte de los ingresos para pagar un servicio mensual de transporte público que no funciona. La crisis repercute en otros renglones de la economía al perderse miles de horas laborales como consecuencia de esta situación”, comentó a Canal Manuel Milanés una residente de La Habana quien prefirió omitir su nombre por temor a represalias.
