Ante la escasez y miseria total a la que tiene sumida Cuba la junta militar de La Habana, el régimen promociona la yuca como forma de desarrollar un “helado” al cual nombran como catibía.
Cuando salimos a la calle en busca de un refrescante helado, normalmente nos topamos con variados sabores. En consecuencia, entre los más comunes suelen estar los de chocolate, fresa, vainilla, coco, café, y con el tiempo se han introducido nuevas alternativas.
En Cuba, la catibía es una masa que se obtiene al rallar yuca y posteriormente prensarla. Seguidamente, esta mezcla se amasa y se le da consistencia y a partir de ella se elaboran comidas como el casabe, y desde ahora el helado de catibía.
En primer lugar, la idea de este helado de catibía surgió a través de un evento denominado “Casabacha” realizado en Cuba por la empresa Yucasabí. Mediante este, instan a niños y jóvenes a idear alternativas gastronómicas a través del uso del casabe, para así promover este producto tradicional cubano.
Como resultado, varios productores y creadores presentaron diversas opciones de nuevos platillos hechos con casabe, destacando un postre en particular. Es así, como la idea del helado de catibía sobresalió entre tantas otras propuestas, despertando la curiosidad de muchos en el país.
Por lo tanto, se busca promover la elaboración de comidas a base de yuca, un producto que al parecer es más asequible para los cubanos.
Los aborígenes cubanos consumían el casabe, un alimento artesanal obtenido de la raíz de la yuca, que se rallaba y exprimía en una manga de fibra para formar tortas que se cocían sobre discos de barro colocados al fuego sobre tres piedras.
Dentro del argot popular y tradicional de la Isla, la frase de “comer catibía”, se le asigna a las personas que están “haciendo tonterías”, ya que se hace una comparación con un alimento que los aborígenes cubanos solían consumir, pero que los conquistadores despreciaban al considerarlo sin valor.