Los cubanos que llegan a Estados Unidos beneficiados con el nuevo parole de la administración demócrata de Joe Biden pueden optar por dos programas de ayuda federal, a pesar de ser patrocinados por un residente en Estados Unidos que se comprometió ante el gobierno a cubrir sus gastos de manutención vivienda y emergencias médicas.
La supuesta razón es que estos planes de ayuda ya existían con anterioridad al surgimiento del nuevo parole y los nacionales de Cuba y Haití son elegibles como parte de la vigencia del “Cuban Haitian Program”.
Ante esta situación muchos se preguntan ¿cuáles son las incongruencias o faltas a la ley en las que se incurren, si el recién llegado llega a ser beneficiado con estos programas de ayuda que contemplan entrega de dinero en efectivo, bonos de comida y acceso a seguro médico (Medicare)?
Lo primero que hay que aclarar es que estos programas están enfocados desde hace más de 30 años para ayudar a cubano y haitianos que llegan a EEUU con un parole o con asilo político.
Por un lugar está el Children and Family que ofrece bonos de comida, dinero en efectivo y Medicare. La segunda opción es el Matching Grant al cual se puede acceder a través de iglesias, que además de los beneficios antes mencionados se ocupa de integrar a la sociedad estadounidense a los recién llegados con cursos de aprendizaje del idioma inglés.
Matching Grant está activo dentro de los 120 a 180 primeros días que el extranjero llega a EEUU y ya tiene un empleo para sostenerse, por lo cual se trata de incentivos para ayudarlo a encaminarse en esos difíciles momentos iniciales de un cambio de vida.
La aplicación de los beneficiados con el nuevo parole a estos programas es completamente legal y permitida, la incongruencia viene en el momento en que la persona que llegó a EEUU gracias a los recursos económicos presentados por su patrocinador le está diciendo al gobierno estadounidense que ahora requiere ayuda.
Al momento de llenar el formulario I-134A, el patrocinador declaró que tenía suficiente solvencia económica para proveer al extranjero de una casa, alimentación, algo de dinero y cubrir sus emergencias médicas. Además, al beneficiado con el parole se le otorga la posibilidad de conseguir un permiso de trabajo y un número de seguro social.
Según especialistas en derecho, en este caso existe una la “laguna legal y moral” al momento de pedir ayuda de programa federales que se nutren del dinero de los impuestos que se le cobran a todos los contribuyentes en EEUU para cubrir los gastos de esa persona que llega al país habiendo dicho que no iba a ser una carga pública.
Está documentado en el pasado reciente que el gobierno federal puede en un momento revisar los casos de aquellas personas que pidieron ayuda federal y si consideran que fue incorrecto y trataron de aprovecharse del sistema, pueden obligarlos a devolver todo el dinero del cual se beneficiaron.
Es importante recordar que el patrocinador al momento de ponerle la reclamación a su familiar o amigo en Cuba se hace responsable de su actuación por los años que dure el programa, “firmando” un contrato de compromiso con el gobierno de EEUU a través del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), quien examina el formulario I-134A.