El 12 de agosto del 2022, Gustavo Martinez Pandiani, coordinador nacional para la cumbre de la Celac y Subsecretario para Latinoamérica de cancillería, anunciaba al mundo que: “Todos los países de la Celac son democráticos, es justamente democrático aceptar todos los sistemas de gobierno. No hay aquí una mirada ideológica, sino unidad en la diversidad”, dijo Pandiani al diario argentino, La Nación.
El clima de “aperturismo” que promueven las administraciones de Biden y Fernández hacia Cuba, con la administración estadounidense regularizando el flujo de emigrantes cubanos para sacar presión a la olla castrista, promoviendo el diálogo con La Habana, financiando ayuda para el desarrollo a través de la USAID, y recolocando dólares de remesas por Western Unión, está en sintonía con el nuevo proyecto argentino de empoderamiento del régimen comunista cubano.
Digamos que las antípodas se han puesto de acuerdo para relanzar la marca “Cuba democrática” según el manual de Barack Obama y Federica Morgherini, quién aseguró esta última cuando estuvo al frente de la Comisión de Exteriores de la Unión Europea, que Cuba era una democracia de partido único.
Otros beneficiarios de la democracia del Siglo XXI son Nicaragua y Venezuela, incluidas también en la próxima junta de la Celac a celebrarse en Buenos Aires el 24 de enero del 2023, cuando dignatarios de 33 naciones latinoamericanas, incluyendo el presidente Biden pisen suelo austral.
Para esta ocasión no importa que Cuba, Nicaragua y Venezuela sean aliados estratégicos de Rusia ante la invasión de Ucrania, y que Nicolás Maduro haya asegurado que habló con Petro, Lula y Fernanández de la importancia de acoger el pensamiento de Xi Jinping y Vladimir Putín, e impulsar una nueva agenda global.
En política exterior, el presidente Alberto Fernández defiende el principio de equilibrio político, lo que coloca a un embajador como Sabino Vaca Narvaja, embajador argentino en China, casi de portavoz de Pekín, o a Evo Morales asilado en Argentina poco tiempo, haciendo proselitismo político durante las elecciones en Bolivia.
O al propio Gustavo Martínez Pandiani que aseguró a La Nación en agostó del 2022:”que todos los países tienen derecho a elegir su sistema político pues es mala idea excluir”, quién agregó, “el vínculo con Venezuela está normalizado, tomamos la decisión de elevar la relación a nivel de embajadores”..
Argentina promueve una agenda global de democracia del Siglo XXI, o democracia extraña
El 24 de enero del 2023 tendrá lugar la VII Cumbre de Jefes de Estados y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeño (CELAC), El Coordinador Nacional de la Celac, Gustavo Martínez Pandiani, Subsecretario de América Latina de la cancillería argentina, recibirá con alegría a los nuevos “hijos pródigos” que regresan al redil sin dejar sus malos hábitos, ellos son, Maduro, Diaz-Canel, y Ortega, quiénes serán portavoces de mensajes de aliento de Putin y Xi Jinping.
A tales efectos Martinez Pandiani expresó:”Nuestro país emprendió la tarea con profunda convicción de trabajar de manera mancomunada sin excluir a nadie, esto robustece la voz de América Latina y el Caribe en el escenario global”, dijo Pandiani.
En medio de un clima de pandemia y hermetismo chino sobre el nuevo brote de covid 19 con sus miles de muertos diarios, la guerra en Ucrania, las amenazas a Taiwán, y la economía de guerra que demanda definiciones,no cabe un discurso que termine con la conocida frase de “fueron felices y comieron perdices”.
Estamos en medio de la expansión de Moscú y Pekín, y esto tiene que ver con la región, donde el eje Caracas, La Habana y Managua ofician como punta de lanza de las alianzas con Moscú y China, trabajando como Caballo de Troya para hacer labor de zapa antidemocrática e imponer una democracia extraña en la región.