Las protestas contra las regulaciones Covid prolongadas y restrictivas de China se extendieron por todo el país durante el fin de semana. Las manifestaciones contra el presidente chino Xi Jinping y su costosa política de cero Covid son un caso extremadamente raro de desobediencia civil generalizada en la China comunista.
Si bien las protestas representan un desafío sin precedentes para Xi, también tienen implicaciones económicas y de mercado. El petróleo se desplomó y alcanzó mínimos de 2022 el lunes, mientras que las acciones de las empresas que dependen de China para la producción sintieron el calor. Apple cayó un 2,6% tras los informes de que los disturbios en una de sus fábricas podrían resultar en 6 millones de iPhone Pro menos este año.
Qué está pasando: la controvertida política de cero Covid de China ha afectado la vida cotidiana y ha pesado mucho en la economía. Cuando los brotes empeoran lo suficiente, se cierran ciudades enteras: Shanghái se cerró durante unos dos meses esta primavera y Chengdu, una ciudad de 21 millones de habitantes, se cerró en otoño.
A principios de este mes, Beijing alivió algunas restricciones relacionadas con el covid, lo que generó esperanzas de que la economía pronto pudiera reabrirse por completo, pero los gobiernos locales volvieron a endurecer los controles a medida que aumentaban los casos.
La política no parece estar funcionando, ya que los casos alcanzan niveles récord, pero la baja tasa de vacunación de China, las vacunas relativamente ineficaces y la alta población de ancianos significan que la alternativa podría ser muy mortal.
La creciente tensión política también ha sido difícil de interpretar. Al principio, las protestas parecían centrarse en las restricciones de covid, pero ahora parecen tener demandas más amplias de reforma política: las hojas de papel en blanco que sostienen los manifestantes en Shanghái, el centro financiero del país, ya se han convertido en símbolos icónicos de desafío contra un gobierno que limita libertad de expresión.
Impacto económico: las personas encerradas dicen que tienen dificultades para encontrar alimentos y otras necesidades. El crecimiento económico se ha desplomado y el desempleo ha aumentado como consecuencia de los cierres.
La política también ha llevado a importantes restricciones de producción global que están sosteniendo la inflación. Las presiones de la cadena de suministro global aumentaron moderadamente en octubre después de cinco meses consecutivos de relajación, en gran parte debido a aumentos en los tiempos de entrega en Asia, según el Índice de Presión de la Cadena de Suministro Global del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Sin embargo, las materias primas cayeron por las preocupaciones sobre China el lunes. Los precios del petróleo cayeron bruscamente, y los inversionistas estaban preocupados de que el aumento de los casos de Covid y las protestas en China pudieran socavar la demanda de uno de los mayores consumidores de petróleo del mundo.
Lo que sigue: los funcionarios del gobierno chino se encuentran en un lugar extraño. No quieren poner fin a su política de Covid, pero también quieren asegurarse de que el malestar político no crezca. Las empresas que hacen negocios en China están observando de cerca cualquier pista sobre lo que puede deparar el futuro. También están considerando trasladar la producción fuera del país a largo plazo: Apple ya ha trasladado parte de su fabricación a la India.
Goldman Sachs, en un informe de investigación publicado el domingo por la noche, predijo que las protestas podrían llevar a China a desechar su política de cero covid antes de lo esperado, con «alguna posibilidad de una salida forzada y desordenada».
Pero los próximos días podrían ser cruciales. Si las protestas vuelven a estallar, es probable que el gobierno chino se vea obligado a reaccionar de alguna manera. El martes, anunció un «plan de acción» para aumentar las tasas de vacunación entre los ancianos.
Pero «con una rápida propagación de nuevos casos de Covid, es difícil imaginar un levantamiento general de las restricciones que impulsaría significativamente las perspectivas económicas del país para el próximo año», dijo Christopher Smart, estratega jefe global de Baring.
«En cualquier caso, la continua incertidumbre de la política pandémica generará más presiones sobre las cadenas de suministro globales y mantendrá los precios más altos de lo que serían de otro modo».
