¿Qué hay detrás de la nueva Ley de Salud en Cuba?
Hoy traemos un tema bastante polémico. Esto que ellos han sacado en los últimos días parece que aprovecha el ruido de otras noticias, el humo de la venta de aire frito y los ecos de las bocinas de allá y de aquí.
Se trata de la nueva ley de salud pública. ¿Qué incluye esta ley? ¿Qué trae detrás? ¿Qué es lo que realmente esconde? ¿Quiénes la promueven y con qué objetivo?
Por eso los invito a que vean este primer video. Porque esto no es algo que apareció de la nada hace tres días; esto tiene antecedentes. Mira este video, que ya tiene varios meses. Pónselo ahí, George:
- Atemperado a las condiciones actuales del Sistema Nacional de Salud y luego de un exhaustivo análisis de valiosas experiencias cubanas y foráneas, el texto otorga valor a conceptos como el consentimiento informado, una sola salud, los cuidados a las personas de la tercera edad y la atención a personas en situación de vulnerabilidad. Entre sus asuntos más novedosos está demostrar la responsabilidad penal ante los servicios de salud, establecer límites a la gratuidad de algunos servicios —con una mirada más específica a los procederes estéticos—, y especificar las determinaciones para el final de la vida con vistas a una muerte digna.
- Todo ser humano tiene derecho a la vida, pero no tiene el deber de morir sufriendo. También tiene derecho a una muerte digna, pero en estos momentos no vamos a aplicar la eutanasia en el país. Esto debe ser objeto de estudio y análisis por el Ministerio de Salud. La ley faculta al Ministerio para que informe al Estado cuándo están creadas las condiciones para regular este tema.
Ese mismo que aparece ahí, que es presidente de la Comisión de Derecho Constitucional de la Asamblea Nacional, recuerden que es del Comité Central. Y él mismo enunció que el partido es la fuerza dirigente y superior del país, por encima del Estado. La Constitución, según él, no puede trazarle directrices al partido.
Recuerden también el debate del Código de las Familias, cuando decían que había derechos ganados con activismo pacífico. Algunos decían que había que votar que sí porque «no todo estaba mal». ¿Recuerdan aquello? Bueno, pues esa era la caja de Pandora.
En ese momento ya se advertía sobre lo que podía venir detrás: matrimonio del mismo sexo, venta de vientres, aborto (que ya existe, pero con posibilidades de internacionalizarse), y ahora esto: la eutanasia.
Pero aquí hay algo más. Ellos están diciendo claramente que no todo va a ser gratis. Según esta ley, si consideran que algo es «estético», no será gratis. Entonces, se acomodan a los parámetros del mundo libre, pero lo hacen desde una tiranía.
Hablan de consentimiento, de muerte digna. Conceptos que parecen modernos, pero hay que preguntarse: ¿de dónde vienen? Porque a eso vamos a dedicar el programa de hoy.
Esto comenzó como un proyecto, pero ya se aprobó. Como siempre, el teatro de que «se discute», pero al final hay que aprobarlo. Y sí, ya lo aprobaron hace cuatro días.
Miren este video donde anuncian la aprobación. Pónselo ahí, George:
«El proyecto de ley de salud pública que tienen en sus manos habría que decir que se trata de un texto normativo actualizado, integral, protector, construido colectivamente, innovador, ético, comprometido con principios tan medulares como la dignidad humana, coherente, en armonía con…»
¡Páralo ahí! Porque ya con eso… imagínense ustedes. Claro, ¿quién va a votar que no? Todo está preestablecido, denunciado, alertado, preconcebido y, por supuesto, dictado. Esto no es nuevo. Así es como el Ministro de Salud en Cuba presenta las «bondades» de esta regulación: lo futurista, inclusivo, y lo «potente» de un sistema de salud que supuestamente incluye a todos.
Pero no queda ahí. También salieron los diputados a expresar su opinión. ¿Qué creen los diputados de esta ley que ya fue aprobada? Pónselo ahí, George:
Aunque esto ya lo hemos alertado antes, nos gusta dejar constancia. Estos programas no solo quedan como material de consulta, sino también como evidencia en la videoteca de esta plataforma. Porque el castrismo no hace más que girar sobre su propio eje, pero siempre con influencias externas, ayudas y financiamiento.
Ahora, cualquiera que vea estos programas podría decir: «Wow, pero en Cuba respetan los derechos humanos». Se habla de muerte digna, acceso universal a la salud, y de frenar abusos como las cirugías estéticas disfrazadas de emergencias. Se habla del consentimiento asistido, del suicidio asistido, pero evitan mencionar la palabra eutanasia, porque es demasiado polémica a nivel internacional.
¿Sabían que, en Latinoamérica, solo Colombia y ahora Cuba tienen la eutanasia como mecanismo legal? Colombia la legalizó en los años 90, y Cuba, hace apenas tres días.
Miren la reacción internacional. Este es un medio de prensa de Costa Rica y Colombia:
- «Cuba se convierte en el segundo país de la región latinoamericana en abrir paso a esta práctica, que aún deberá pasar por debates en esta nación insular. En un inicio, esto ya ha generado reacciones encontradas. El Dr. Roque, maestro en bioética, celebró la medida y aseguró que establecerá un marco jurídico necesario para que, en el futuro, se puedan regular todas las formas de eutanasia, desde la activa hasta el suicidio asistido. Por supuesto, los medios estatales cubanos apenas mencionaron la aprobación de la eutanasia, y el debate público ha sido casi inexistente. Aunque eso cambiará una vez que empiecen a implementar la norma.»
- Lo curioso es cómo evitan el término «eutanasia» en la expresión jurídica y usan eufemismos como «determinaciones». En realidad, esta norma legitima un derecho que ya se había reclamado desde el debate del Código de las Familias.
Miren quién lo dice: el Dr. Leonardo Pérez, académico cubano y presidente de la Sociedad de Derecho Civil y Constitucional.
¡Oigan esto! Perdón… ¿civil y de familia? Sí, aparentemente en Cuba existe una «sociedad civil y de familia». Pero la pregunta es: ¿cuáles son las conexiones internacionales del doctor Pérez Gallardo?
Antes de entrar a ese tema, George, sigamos el hilo que propone ese medio de Costa Rica. Ya sabemos cómo empiezan. Dicen: «Miren a Cuba, ya es el segundo país en Latinoamérica, después de un amplio debate entre profesionales y en un marco legal que regula la educación… Perdón, la salud universal y gratuita». Así es como este medio, Pura Vida, vende el sistema de salud cubano.
Inmediatamente después, claro, el presentador comenta: «Bueno, aquí (en Costa Rica) apenas empezaron a hablar del tema y el debate quedó en el aire. Pero miren en Cuba cómo se pueden obtener derechos. Los otorga, los refrenda la Asamblea Nacional».
¿Y la eutanasia? Están esperando a que el Ministerio de Salud Pública diga cómo hacerlo. Pero, por ahora, no habrá eutanasia hasta que la norma no salga, hasta que el Ministerio no lo defina.
Sí, el Ministerio de Salud Pública… Ayer mismo mostramos aquí un cadáver desde las 2:00 a.m. hasta las 9:30 a.m., tirado en una sala de emergencia de la policlínica en 10 de octubre y Vía Blanca, en el Cerro. Todo el mundo sabe dónde es: la parte trasera de la sala de emergencias da a Buenos Aires, en el Cerro. Ahí vivía Amelia, ¿se acuerdan? La que no tenía agua y gritaba hasta que le hicimos caso. Ahora está en España. Muy bien por Amelia, que pudo escapar, y esperemos que siga hablando.
Pero volvamos al tema. ¿Qué relaciones internacionales tiene el doctor Pérez Gallardo para ostentar tanta autoridad en el orden jurídico? ¿De dónde saca su conocimiento, su bagaje, su materia en derechos de la familia, de la niñez, de los derechos humanos, o del «derecho a una muerte digna»?
Ahí lo tienen: el doctor Pérez Gallardo pertenece a la Red Internacional de Derecho Constitucional Familiar.
Es doctor en Ciencias Jurídicas por la Universidad de La Habana, máster en Derecho Privado por la Universidad de Valencia, España, profesor titular de Derecho Civil y Notarial en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, y notario. Además:
- Presidente del Tribunal Nacional Permanente de Grado Científico para las Ciencias Jurídicas.
- Presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia.
- Vicepresidente de la Sociedad de Notariado Cubano.
- Académico honorario de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia de España.
- Miembro correspondiente de la Academia de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, Argentina.
- Catedrático de la Academia Notarial Americana.
- Presidente del Consejo Editorial de la Revista Cubana de Derecho.
Un intelectual, un jurista de categoría. Formado no solo en Cuba, sino también en Latinoamérica y Europa. Una eminencia para los cubanos… o para la tiranía.
Defensor de los derechos a la determinación, de la niñez, de la familia, de la mujer. Pero no de ningún preso político. No de la libertad de expresión, ni de reunión, ni de afiliación, ni de pensamiento. Esos derechos, en la tiranía, están vetados.
Y parece que esos derechos tampoco los enseñan en España, Valencia, Córdoba (Argentina), ni México, donde pertenece a esta Red Internacional de Derecho Constitucional Familiar.
Ahora bien, ¿qué es exactamente esta Red Internacional de Derecho Constitucional Familiar?
Vamos a ver. Aquí dice que la Red Familiar es una agrupación de académicos y profesionales dedicada al estudio y promoción de debates sobre jurisprudencia y legislación en el campo del derecho constitucional y las relaciones familiares.
¡Oigan esto! Este hombre está conectado internacionalmente con una red de abogados, profesionales y académicos que discuten, sopesan y proponen estructuras legales, herramientas jurídicas para la defensa de ciertos derechos: derechos de la familia y derechos constitucionales. Pero, ¿cómo se defiende una constitución que, en su Artículo 5, establece que el Partido Comunista de Cuba, el único partido, es la fuerza superior del Estado y la sociedad?
El principio básico del derecho constitucional es que la Constitución debe proteger al pueblo del Estado, no al Estado del pueblo. Entonces, ¿qué valor, qué seriedad, qué gratitud puede tener un académico que defiende esta constitución? Una constitución que legitima a un partido que nadie elige, cuyas decisiones rigen todo el país.
- …el primer y único Código de las Familias en el mundo que será sometido a referéndum popular. Esto ha llamado la atención de juristas y profesores de prestigiosas universidades del continente y Europa. Resulta que este estatuto jurídico no solo se construye desde el Parlamento, como ocurrió el 22 de julio cuando se aprobó el Código de las Familias, sino que su entrada en vigor depende de su ratificación por el pueblo. Es algo trascendental, sí. Pero también curioso. Se decía que ejercer el derecho al voto es un derecho, pero también un deber cívico. Y claro, un «deber cívico» con un «plus» para todos los cubanos, porque se trata de un referéndum legislativo sobre una norma que regula matrimonio, unión de hecho, adopción, tutela y otros apoyos familiares.
Entonces, ¿quiénes están detrás de esto? Ahora empezamos a ver quiénes orquestan todo y sus vínculos con la oposición en Cuba. Porque, claro, esto no empieza solo con libros ni con correos electrónicos: también empieza con billete.
¿Quién financia al doctor Pérez Gallardo? ¿Quién financia a la oposición zurda y a la izquierda radical que pedían votar «sí» en ese referéndum? ¿Recuerdan cómo nos llamaban ultraderechistas, fascistas, extremistas? Y ahora, ¿ven cómo todo está conectado? Déjenme mostrarles.
El 27 de mayo, apenas 45 días antes de la explosión social del 11 de julio de 2021, la ONU decía que Cuba reforzaba sus técnicas legislativas en el marco de su nueva constitución. ¿De dónde parte todo esto? Hemos escuchado del acuerdo de colaboración económica entre la Unión Europea y Cuba. Ese «acompañamiento legal» en su normativa y constitución.
¿Y qué hicieron los tiranos? Vieron dos cabezones, dos dólares, y dijeron que sí a todo. Porque, claro, «la ley es una cosa, pero nosotros hacemos lo que nos da la gana».
Y ahí lo tienen. La misma ONU, a través de la Corte Internacional de Derechos Humanos, financia cursos informativos. Por ejemplo, derechos de niñas, niños y adolescentes. Todo eso, con el dinero de los contribuyentes, se convierte en programas para legitimar lo que el régimen quiera. Clase uno: teoría de los derechos de niños y niñas. Clase dos: la Convención de los Derechos del Niño. Clase tres: derecho de la niñez y emancipación. ¿Y en Cuba qué? Pues en Cuba un niño podrá denunciar a su padre si no es socialista, y lo meterán preso. En Cuba se podrá adoptar niños, y vendrán extranjeros a comprar vientres, a comprar recién nacidos, y abrirán esa Caja de Pandora que es el Código de las Familias. ¡Cuánto alertamos! ¡Cuánto denunciamos! Pero ahí está.
¿Y quién dará estos cursos? El doctor Nicolás Espejo-Yaksic, investigador del Centro de Estudios Constitucionales del SCJN. También pertenece al Colegio de la Universidad de Oxford hasta 2028, es profesor invitado y miembro del directorio académico del Observatorio de Derecho de la Niñez y la Universidad de los Países Bajos. Además, es profesor adjunto de la Facultad de Derecho de University College Cork en Irlanda, miembro correspondiente del Centro de Derecho de Familia de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, y del Centro Nórdico de Derecho de la Familia en Dinamarca.
¡Ah! Y también es presidente de la Red Internacional de Derecho Constitucional Familiar. ¿Les suena ese nombre? A mí me suena.
¡Exacto! El mismo doctor Nicolás Espejo, presidente de la red internacional a la que pertenece nuestro conocido defensor, el doctor Pérez Gallardo. Sí, el mismo que defiende «los derechos que la tiranía refrenda y reconoce al pueblo de Cuba», lavando la cara del régimen.
Todo esto es un espectáculo. Un show para engañar al mundo —o al menos a los intelectuales y juristas— haciéndoles creer que en Cuba se respetan los derechos. Pero no se equivoquen, este doctor Espejo, asesor de la ONU, también da cursos para la ONU, cobra de varias universidades y sigue la misma fórmula: dinero de contribuyentes para leer libros y dar conferencias.
Así es como se mueve este sistema. Y mientras tanto, la tiranía, rauda y veloz, cobra su premio. ¿Cuál premio? ¡Ahí está! ¡Póntelo, George! Cuba electa al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
¿Te parece extraño? Sabiendo las atrocidades del régimen cubano, los asesinatos, los crímenes de los Castro, ¿te sorprende que pertenezcan al Consejo de Derechos Humanos?
Y ahora pregunto: ¿podemos seguir pidiendo ayuda a la ONU? ¿Gastando dinero participando en foros internacionales que apoyan y financian a la tiranía castrista? ¿Tiene sentido seguir celebrando que alguien de la oposición se presente en la ONU? ¿A quién le hablan y de qué?
Claro que los escuchan, claro que los reciben. ¿Y qué pasa? Nada. Recibieron a Coco Fariñas en el Parlamento Europeo, incluso la presidenta recién electa le agradeció su trabajo. ¿Resultado? Más presos, más crímenes, más hambre, más miseria. Y la Unión Europea sigue enviando dinero.
El Parlamento Europeo no puede hacer nada, la ONU tampoco. Agradezco a quienes intentan algo, pero llevamos 65 años dándonos la cabeza contra la pared. Por ahí no va a salir nada.
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA