Destapando empresa en Cuba que cobra desde Estados Unidos.
Con pruebas y recibos en mano, puedo decir que a la tiranía no se le puede dar chance. Me costó, pero logré demostrar el engaño de los Castro. Hablan de un bloqueo criminal por todos lados, pero en realidad no hay tal embargo cruel y asesino. Es solo un discurso. Mientras tanto, el negocio sigue: hoy un “pico”, mañana un arañazo, pasado una puñalada. Así nos mantienen en una herida constante.
Todo lo que venden en Cuba y en plataformas como Diplomarket se maneja con pasarelas de pago en dólares o euros. Me comuniqué con ellos porque quería saber cómo funcionaba su sistema. Al final, puedes pagar con una tarjeta Visa desde Estados Unidos. Nada más “conveniente” para quienes estamos fuera de Cuba. Es más rápido y seguro mandar dinero o realizar compras directamente desde aquí.
Me dieron un correo para enviar mis datos: cuspinera.srl@gmail.com. Según ellos, así se procesan los pagos. Después, el familiar en Cuba va a la tienda, muestra el recibo y recoge el pedido. Todo suena fácil, pero la experiencia con la página web es un desastre. No funciona bien, no deja entrar, y todo es un enredo.
Lo curioso es que estas operaciones no las maneja el “estado bloqueado”. No. Estas empresas como Diplomarket y la tienda en Berroa, La Habana, están conectadas con corporaciones en Miami. Por ejemplo, la compañía Americas TCC Corporation, que tiene como vicepresidente al señor Frankk Cuspinera, maneja los cobros en Estados Unidos por productos que se entregan en Cuba. ¿Bloqueo? Por favor.
Entonces, ¿qué estamos haciendo? Le enviamos dólares a una empresa con sede en Miami, que tiene todas las licencias necesarias para operar en Cuba. Es decir, el “embargo” no afecta estos negocios. Tú mandas tu dinero, ellos lo cobran aquí, y los productos se entregan allá. Todo perfectamente legal.
Mientras tanto, al cubano de a pie le siguen vendiendo papel sanitario, pollo congelado y productos básicos en dólares. Si te atreves a denunciar esto, quedará solo en palabras. Aquí lo que importa es que la denuncia haga ruido, porque, mientras sigan estas prácticas, lo único que queda claro es que este “bloqueo criminal” de más de 65 años no es más que una excusa. Los verdaderos culpables no son otros que los de siempre: la cúpula castrista y sus aliados.
Tan férreo, brutal, asesino y criminal es el famoso embargo que ahora tú puedes llegar a un negocio en Cuba, hacer una compra, y pagar desde fuera. Esto, por cierto, no existía ni siquiera antes del 59, cuando no había tal embargo. Entonces, ¿cómo es que ahora sí se puede?
El proceso es sencillo: llegas a una MIPYME en Cuba, haces tú compra, y te dan un recibo con el monto pendiente. Avisas a tu familiar fuera del país, quien envía el dinero, y listo: el pago le llega al dueño de la MIPYME, al socio, o a quien sea que tenga la relación. Así funciona, por ejemplo, con Diplomarket en Berroa, La Habana.
No sé cuál será exactamente la relación del señor Frank Cuspinera con estas operaciones, pero lo que importa es esto: tú compras en Cuba y pagas en Miami. ¿Qué clase de embargo es ese? Como dice el meme: ¿Pero qué difícil? ¡Qué difícil!
Es difícil de creer que después salgan en el noticiero a repetir que hay un embargo cruel, asesino y brutal. ¿Cómo sostienen ese discurso cuando algo tan evidente como este sistema de pagos lo contradice? Este tipo de transacciones no son la excepción, son la norma.
Esto que describo es apenas «calentar el brazo», como decimos. Una pequeña muestra de lo obvio: no hay tal embargo brutal cuando puedes comprar en Cuba y pagar en Miami. Yo tengo las pruebas y los recibos que lo demuestran. No hay excusas.
Señor Frank, guárdeme ese dólar, no se preocupe, no necesito que me lo devuelva. Lo que necesitaba era demostrar algo que me costó entender: el engaño de los Castro. Porque, una vez más, queda claro que no existe ese “embargo criminal” que tanto nos venden. Como decía mi hermano: LQQD
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA