¿Cómo funciona la soberanía en CUBA y cómo debe funcionar?
– ¿Cuán soberanos somos en materia arancelaria? ¿Cuánto nos beneficiaría? ¿Hacia dónde vamos?
– Soberanos somos porque estamos haciendo valer nuestro derecho a proteger nuestras importaciones. Ahora, cuando se habla de soberanía, uno de los principios de los aranceles es proteger al país de ciertas mercancías que tienen un origen peligroso o un fin peligroso. No creo que este sea el caso del que estamos hablando, pero es uno de los principios. Pero soberanía sí, por supuesto que la tenemos, porque estamos ejerciendo nuestro derecho y respetando, por supuesto, todo lo pactado. Vuelvo y repito: con todo el gremio o el ecosistema comercial.
– También protege a productos sensibles para la población, como las materias primas de la producción agropecuaria y de alimentos. Y bueno, impulsa el desarrollo de la economía del país. Todas estas medidas que ahora se han adoptado impulsan el desarrollo económico del país.
Soberanía: porque protege de lo que va a entrar. No, lo que va a entrar es defensa. ¿Y en qué está la contradicción? Está en que ellos están diciendo que estas medidas benefician las producciones más vulnerables. Si las medidas son bajar aranceles, aceptan que los aranceles perjudican la producción nacional. Y si los aranceles perjudican la producción nacional, ¿por qué no los quitan? Porque si quitan los aranceles, ¿quién paga al PCC? ¿Quién paga al DTI? ¿Quién paga la seguridad del Estado? ¿Quién paga la FMC? ¿Quién paga la UJC? ¿Quién paga la CTC? ¿Quién paga la organización de Pioneros? ¿Quién paga los jóvenes del Club? Lo pagan también los aranceles.
Así que es más importante mantener en el poder a la tiranía que garantizar que el cubano coma. Seamos claros: no vengan con vueltas. Lo acaban de decir: bajar aranceles, dar bonificaciones, reducir a la mitad los aranceles de una materia prima para producir alimentos. Según la propia funcionaria, reconocen que es una medida para que haya más movimiento económico, más producción nacional, más oferta, para que baje la inflación y se beneficie el consumidor final. Y si la medida que va a lograr eso es bajar aranceles, ¿por qué no lo quitan? Más en esta época tan extrema en la que no hay nada. ¡Quiten los aranceles! No estás loco. ¿Y cómo compramos armas? ¿Quién viste a los policías, o las botas, las gomas, las patrullas y la gasolina para las patrullas? No, no, deja los aranceles ahí y di que vas a bajarlos. Avísale a la guara para que sepa cómo hacerlo y deja votado a todo el mundo, porque ni el Ministerio de Finanzas ni el Ministerio de Comercio Exterior sabe cómo dar esa bonificación.
Hablando de soberanía, muchísima gente dice que, desde que Cuba sea libre, hay que pedir y reclamar a los Estados Unidos que aplique la Ley Libertad y que ponga a disposición de ese gobierno que se instale en una Cuba libre, los miles de millones de dólares aprobados por el Congreso para la reconstrucción de Cuba, basándose en las condiciones que establece la propia Ley Libertad. Bueno, esto se lo escuché a Mas Canosa y me parece brillante.
Antes de contraer otro compromiso con una nación que tanto ha ayudado y a la que tanto se le debe, como a los Estados Unidos por su caridad y hospitalidad, habría que hablar de un tratado de libre comercio donde ni los productos americanos ni los productos cubanos tengan aranceles. Cero aranceles. Made in Cuba entra en Estados Unidos sin aranceles y que made in USA entre en Cuba sin aranceles. Eso va a generar más dinero, será más permanente, más inmediato, generará menos corrupción, se robará menos dinero, habrá menos intervención del Estado, menos políticos y menos ladrones vendrá un impacto inmediato porque eso es un decreto presidencial; es ejecutivo.
Lo dice el presidente y lo ejecuta el Departamento de Agricultura en Estados Unidos, que se encarga de la aduana o de los aranceles. Y lo dice el presidente que esté en funciones en Cuba, e inmediatamente la aduana lo aplica con dos decretos, con una reunión, con un papelito y una pluma. Cuba revienta en mercancías y revienta en billetes porque los cubanos van a empezar a producir de todo para vender en Estados Unidos. Y los cubanos de aquí vamos a comprar de todo: desde turrones de maní hasta pastelitos de guayaba. Lo que te dé la gana lo compras en Cuba, porque va a ser sin aranceles.
Si a mí me preguntan si puedo proponer algo antes de reclamar ninguna ayuda en dinero, yo diría que sí. No estoy diciendo que no se haga; estoy diciendo que es más inmediato o inmediato sin involucrar instituciones estatales ni manejo de dinero que se pueden desviar, que siempre hay quien araña el dinero; siempre hay alguien que sucumbe a la tentación. Somos débiles los humanos.
Antes de aplicar eso, antes de reclamar, antes de hacer cosas para que Estados Unidos valore si realmente se han tomado todas las medidas y si ya están todas las condiciones como para desembolsar, como han hecho en Ucrania con lo que han dado para la guerra, Cuba podría estar libre en dos días. Hay una ley que lo dice y la plantea: la Ley Libertad propone desfondar o emitir o enviar fondos para la reconstrucción de Cuba con unas condiciones que tiene que cumplir el gobierno que esté en el poder.
Y no dice que sea sin comunismo; ahí no dice eso. Habla de pluripartidismo, dice desmantelar los órganos represivos, liberar a los presos políticos y renegociar todo lo que se les quitó a los empresarios norteamericanos. También menciona llamar a elecciones libres. En ningún momento prohíbe el comunismo; eso lo puede hacer Díaz-Canel. Él puede apelar a esos cambios y, si es el gobierno actual, le va a dar el billete. Con cuatro o cinco opositores lo hacen; están ahí locos porque los llamen.
Ahorita veo a uno diciendo que cuando fuimos a no sé dónde vimos comiendo al otro. El que fue a esa cumbre comió, se restregó y se tiró fotos con todos los que estaban ahí. Y si la cumbre la hizo el Departamento de Estado, donde están todos los que conocemos y que son cómplices de la tiranía, ¿cómo va a salir ahora fulano diciendo que comieron? Comieron todos y se tiraron fotos todos, igualitos.
Unos más, otros menos, pero todos en el mismo potaje, no vengan ahora a salirse. Ah, que se calentó, que te dejaron fuera, que ya no te llaman, etc. Bueno, tú te metiste con la banda equivocada y ahora duele, así que aguántate y échate crema.
Hago un paréntesis; no quiero ser polémico, pero lo que dice la ley se puede hacer. Quitan a Díaz-Canel y ponen a otro, y lo hace. Y llaman a elecciones libres, inventan cuatro opositores que van para allá corriendo, que están locos por ir, que tienen la maleta hecha para cuando los llamen. Que cada vez que les dicen «¿tú crees?», responden «sí, yo voy». No, no; fírmame un papel que tiene que ver contigo y con la ley de Cuba, la Constitución prevé eso. Están locos por ir para allá; tienen la maleta hecha y lo hacen. Y les dan el billete.
¿Vamos a ser libres Con esa salida?, yo creo que no. Pero la ley está en los Estados Unidos y ellos saben que lo pueden hacer. Ah, que no lo van a hacer porque significaría que los Castro ya no estarían en el poder. Los Castro están muriendo; eso es una realidad. Los viejos que están cumpliendo 90 y pico de años y los otros dos o tres que quedan se están muriendo. Y los nietos están locos por seguir cogiendo billetes; no les importa quién esté mientras tengan el poder económico, que es lo que han concentrado entre ellos.
Así que antes de apelar a una ley como la Ley Libertad, yo creo que sería mucho más efectivo y rápido proponer un tratado de libre comercio. Que Estados Unidos acepte toda la producción cubana sin aranceles y que Cuba acepte toda la producción norteamericana sin aranceles. Abrir el turismo y todo lo demás para que ustedes vean lo que es billete. Para que vean lo que es billetaje.
A todo eso que están hablando de anexión: sigan soñando con amor, sigan soñando. El día que los Estados Unidos deseen que Cuba sea parte de ellos, lo habrían hecho hace rato. Desde el Tratado de París con España, les dijeron: «No, no, yo me quedo cuidando, pero eso va a ser independiente», y la soltaron en los años 30, no quieren que Cuba sea de Estados Unidos. Dense cuenta: Estados Unidos no quiere a Cuba. ¿Qué les importa?
A ellos no les interesa. No somos objetivos para ellos; tienen otros problemas: Ucrania, la guerra de China queriendo entrar en Taiwán, la deuda pública inmensa, emitiendo más billetes, se roban las elecciones, Texas pidiendo guerra para separarse.
¿Qué entra Cuba en eso? ¿Tendría usted un mínimo de atención para ver si se hace cargo del vecino pobre del barrio si en su casa están fajados? Te pregunto: ¿eso tiene sentido común? Usted vive en una mansión y están fajados tres primos; hay otros que quieren sentarse en la mesa con usted. Viene una elección este año y hay tremenda bronca; el barrio al lado te quiere atacar y tiene armas. Otro por allá metiendo lío se mete en la casa de otro. Y tú eres policía del mundo y quieres estar en todo, o tienes que estar en todo porque el dólar se sustenta con los cañones. Si Estados Unidos no está en todos los problemas del mundo, se desploma el dólar y si el dólar se desploma, aquí nos vamos a comer nosotros mismos. Entonces, ¿usted cree que con esa cantidad de problemas va a fijarse en el pobre del barrio?
No, mi hermano, el pobre del barrio. Tú le mandas un cheque o le envías uno cada rato para que lo visite, o recoges a todos los que vienen de esa casa, los metes en el patio y les dices: «Trabajen ahí tranquilos, no se preocupen, que yo les doy un permiso para que estén aquí, a los demás les cuesta trabajo entrar; a ustedes los considero, porque ese que vive en esa casa es malo, los maltrata y les da golpes”. Ese es el escenario de Cuba con Estados Unidos. El que lo vea diferente, que se compre espejuelos; yo se lo presto. El que lo vea diferente lo está viendo mal.
Déjense de engañar a la gente; es una forma de mantenerlos tranquilos. Vamos a anexarnos: ya no hay que hacer nada, lo que hay que hacer es anexarse. Bueno, ¿van a hacer una huelga de hambre frente a la Casa Blanca: anexión o nos morimos? Eso le quita brillo a lo que hay que hacer. Lo que hay que hacer no es reclamarle a nadie; lo que hay que hacer es sacar a los Castro de ahí, como mismo entraron. Eso es lo que hay que hacer. ¿Quién lo va a hacer? Bueno, Dios sabrá. Yo no tengo la menor duda de que va a pasar cuando Dios quiera y quien lo va a hacer es quien Dios quiera. No tengo la menor duda.
Antes de reclamar a otros, hay que ver qué podemos hacer y quitar los aranceles. Y a las naciones que también nos quiten los aranceles sería súper efectivo. República Dominicana está ahí: «Quíta, siéntate conmigo». Ven, vamos a firmar los dos: «Te quito los aranceles de Cuba y tú me quitas los aranceles dominicanos». Ustedes van a ver lo que es comer arroz, como nos gusta a nosotros. Ustedes van a ver lo que es comer frijoles. Ustedes van a ver lo que es un barco lleno de comida ahí mismo, pegado.
Y Estados Unidos: «Espérate, Dominicana y yo también vamos a competir». No traigas tu arroz y que la gente le guste el arroz más largo, el americano, el dominicano, el bolito, el plátano, y va a haber de todo. Y también el cubano va a vender porque el cubano no es tonto; el cubano va a producir y los dominicanos van a comprar y los americanos van a comprar. Y vamos a tener dólares para comprar. ¿Y quién se va a beneficiar? El que diga: «A mí no me interesa de dónde venga el arroz; yo lo compro». No, que lo mío primero. ¿Lo mío primero de qué? Lo mío primero es mi bolsillo. A mí no me interesa si el arroz viene de Dominicana, de la Florida o de Pinar del Río. A mí me interesa que el arroz sea bonito, se abra, se desgrane, venga con grasa, esté vitaminado y me cueste poco. Eso es lo que a mí me interesa: que le guste a todo el mundo en mi casa.
Y esa es la realidad que yo compro; yo ni miro la marca. Yo no miro de dónde vino; este me gusta y me lo llevé. Ese es el consumidor final; ese es el poder en el individuo, eso es lo justo, lo balanceado, lo inclusivo que es el mercado; donde no hay politiquería y son decisiones personales. Tú me tienes que convencer para yo compensarte.
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA