Cronología del desastre económico en CUBA | Congreso del Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo.
Buenos días. Quisiera agradecer al Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo por esta oportunidad, y gracias a todos los que están aquí. Veo caras muy queridas.
Hablar de economía, o más bien del desastre de la economía cubana como resultado de 65 años de totalitarismo, en 15 minutos me lleva a hacer gala de una categoría económica: ser racional y austero. Es difícil citar cifras económicas teniendo como fuente a la tiranía cubana. Así que he tratado de buscar las fuentes más confiables posibles. Estuve estudiando un libro que tiene mucho material sobre el tema de la economía, se llama «cubanos: Un viaje épico» de San Verdeja y Guillermo Martínez. Tengo cifras del Departamento de Estado de los Estados Unidos y del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Solo como referencia, aunque para nada son confiables, también he utilizado cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas de la tiranía castrista.
Con apenas un poco más de 50 años de libertad, la República de Cuba en 1959, gracias al talento de los cubanos, al trabajo, a la iniciativa privada, al respeto por la propiedad privada, a la inversión extranjera y al auge en tecnología, maquinaria y ciencia —principalmente en la agricultura y en la zafra azucarera— ya era una República próspera, alcanzando incluso índices de primer nivel en América Latina y en el mundo. Aquí vamos a presentar algunos indicadores económicos o datos que puedan ilustrar esto.
Lamentablemente, la falta de transparencia en el manejo de los fondos públicos, la corrupción política y el afán de poder han impedido que se forme una sociedad civil que entienda que, sin recurrir a un estado totalitario ni confiar en un líder carismático, podríamos avanzar e incluso lograr mucho más de lo que se tenía en ese año. Esa fue la oportunidad que aprovechó el tirano Fidel Castro, quien, aprovechando su popularidad y su discurso populista, anunció reformas agrarias: “La tierra es de quien la trabaja”, quitándole a los ricos para dárselo a los pobres, así como la seguridad social y reformas urbanas. Lamentablemente, estamos pagando el precio de haber creído en ese discurso y hoy nos encontramos en una situación tan desfavorable en materia económica en Cuba.
Como todo estado totalitario, lo primero que hizo fue quitarle el poder económico al individuo y limitar las libertades individuales. Ahora estamos hablando específicamente de economía y mencionaremos algunos pasos que se dieron —no necesariamente en orden cronológico, pero sí en importancia— para consolidar el poder en ese estado que ya se perfilaba como totalitario.
Comenzamos con la expropiación de los medios de comunicación. En 1957, Cuba contaba con 23 canales de televisión, el mayor número en América Latina; hoy solo tiene seis canales y todos son estatales. De 160 emisoras de radio —que ocupaban el octavo lugar a nivel mundial— hoy solo quedan 28 emisoras estatales. De 58 periódicos diarios, Cuba solo tiene 12 periódicos estatales. Esto ha llevado a un monopolio en la comunicación y en la doctrina, así como a la incapacidad de defender cualquier opinión diferente a la del estado, al menos públicamente, sin el temor de ser encarcelado por expresarla.
La expropiación de tierras ha dejado a Cuba con más de un millón de hectáreas cultivables sin cultivar, lo que ha contribuido a la escasez generalizada de alimentos que hoy sufre el pueblo cubano.
Algunos ejemplos de esas brillantes ideas que, en discurso, se hacían muy populares e incluso se vitoreaban y se pedía que se implementaran. Podemos citar, por ejemplo, el cordón de La Habana, donde se planteaba que en 1968 se planificó sembrar 19,000 hectáreas de café y frutales alrededor de La Habana. Sin embargo, se dieron cuenta de que el gandul que se plantó para darle sombra al café absorbía todo el oxígeno del suelo e impedía el crecimiento del café sembrado. El resultado de esto es que, de las 60,000 toneladas de café que se producían en 1960, hoy se producen poco más de 11,000 toneladas, las cuales incluso tienen que mezclarse con chícharo para tratar de satisfacer las 24,000 toneladas de café que es lo que venden por la cartilla de racionamiento, que le llaman la libreta de abastecimiento.
La zafra de los 10 millones es otra idea populista que llevó al desastre a la industria azucarera en Cuba. Se buscaba producir 10 millones de toneladas de azúcar movilizando a miles hacia los campos de caña. A pesar de una intensa campaña propagandística y de un exceso de gastos y recursos estatales, solo lograron producir 7.5 millones de toneladas, afectando severamente la economía en casi todos los sectores agropecuarios. El resultado palpable hoy de ideas como estas —aparte del cierre de todos los centrales y de todo lo que hemos visto con la industria azucarera— es que en la temporada o zafra del 2022 y 2023, Cuba solo produjo 816,000 toneladas de azúcar. Imagínense que, en 1903, apenas un año después de la independencia, Cuba ya estaba produciendo 1.1 millones de toneladas de azúcar; es decir, en 1903 se producía más azúcar en Cuba que en 2023. En 1959, la producción fue de 5.6 millones de toneladas métricas, incluso cuando la población era la mitad de la actual.
Esto ha llevado a que lo que antes se criticaba como la cuota azucarera —que se decía que era una dependencia económica a los Estados Unidos— hoy resulte en que Cuba le compra azúcar a los Estados Unidos. En cuanto al plan citrícola de la Isla de la Juventud, el tirano Fidel Castro aspiraba a convertir a Cuba en el principal exportador de cítricos. El resultado fue desbastar cultivos y tierras dedicadas a otros cultivos en la zona de Isla de Pinos. Hoy hay miles de hectáreas que en su momento se sembraron de cítricos y que ahora están completamente cubiertas por marabú.
En temas de ganadería, se trajeron búfalos de agua a Cuba y, en ese programa de cría en zonas costeras, se introdujeron más de 2,900 animales, alcanzando una población de 40,000 cabezas de búfalos en toda la región costera. Estos búfalos llegaron a ser salvajes, destruyendo cultivos incluso de tabaco. Otra brillante idea del tirano Fidel Castro fue la Cuenca Lechera, que con el apoyo de la FAO buscó incrementar la producción de leche en Camagüey. A pesar de las inversiones iniciales y bajo su supervisión directa, el proyecto se deterioró rápidamente, especialmente después del periodo especial, resultando en una dramática reducción del ganado vacuno. Los cruces genéticos prometían convertir a Cuba en un líder exportador del llamado oro rojo, pero dejaron un saldo negativo: de 5.7 millones de cabezas de ganado vacuno que tenía Cuba en 1959, hoy apenas quedan 3.7 millones según cifras de su Oficina Nacional de Estadística en el año 2021. Esto, por supuesto, no satisface para nada la demanda nacional; ya sabemos que hoy en Cuba comer carne de res es prácticamente un lujo para la mayoría.
Otro de los proyectos fue la Revolución Energética, donde se gastaron millones de dólares sustituyendo electrodomésticos y proponiendo estrategias para racionalizar la energía en los hogares.
Desde 1959, Cuba producía toda la energía necesaria para su consumo interno. Hoy, en cambio, tiene un déficit energético de más de un tercio, lo que provoca que gran parte del país sufra apagones diarios. En 2007, tras un golpe de estado blando, Raúl Castro, hermano del tirano Fidel Castro, tomó el poder y prometió reformas económicas. Aquello parecía indicar que habría una apertura; incluso hizo un discurso ridículo en el que afirmaba que la leche no debía ser solo para los niños, sino que cualquiera podía tomarse un vaso de leche. Sin embargo, hoy en Cuba ni siquiera los niños pueden acceder a leche, lo que evidencia el fracaso en la atracción de inversión extranjera.
A pesar de contar con cientos de millones de dólares invertidos en la Zona Especial de Mariel, controlada por los militares y la empresa criminal conjunta que preside Raúl Castro, no han logrado alcanzar ni el 20% de sus aspiraciones. Esto se debe precisamente a lo lento del proceso y a las trabas que se imponen a los inversionistas extranjeros, así como a la evidente falta de voluntad política para respetar la propiedad privada en Cuba.
Para dar algunas cifras, el presupuesto estatal para 2023-2024 tiene un déficit estimado del 18.5% de su Producto Interno Bruto (PIB), lo que está muy por encima del resto de los países del mundo. Solo es superado por Ucrania, que está en plena guerra y tiene un 30% de déficit. Así, Cuba se posiciona como el segundo país con mayor déficit fiscal del mundo en este año 2023.
En 1957-58, los ingresos del presupuesto estatal eran de 387.044.000 dólares y el gasto público era de 385.554.000 dólares, lo que daba un superávit de 1.490.000 dólares. Hoy somos el país con mayor déficit fiscal o, al menos, el segundo en el mundo. La balanza de pagos, que refleja la relación entre importaciones y exportaciones, también ha cambiado drásticamente: en 1959, Cuba exportaba 763 millones de dólares e importaba 800 millones, resultando en un déficit de solo 45 millones de dólares. En 2021, según cifras del Ministerio de Economía y Planificación, las exportaciones fueron de 1.548 millones de dólares y las importaciones alcanzaron los 8.962 millones de dólares (de los cuales 309 millones fueron importados desde Estados Unidos). Esto deja en evidencia la cifra tan cacareada del «bloqueo asesino y cruel» impuesto por Estados Unidos a Cuba. El déficit actual es de 7.414 millones de dólares, es decir, 165 veces más que en 1959.
La deuda externa de Cuba en 1959 era de 52 millones de dólares, aunque contaba con más de 500 millones en reservas internacionales, lo que hacía que esa deuda fuera totalmente manejable. Sin embargo, ya en 1960, tras las expropiaciones, la tiranía había contraído una deuda que ha declarado varias veces como impagable, ascendiendo a 2.000 millones de dólares. Nunca se pagó. Entre 2011 y 2015, luego de acumular más deuda externa, Cuba llegó a deber 54.200 millones de dólares. Se le condonó el 82% de esa deuda con la esperanza de que pagara algo, pero eso nunca ocurrió; ya sabemos que una característica de la tiranía es ser mala paga. En 2016, la deuda externa ascendía a 29.291 millones de dólares y para 2022 ya superaba los 30.000 millones. En este momento, la tiranía se encuentra en un default generalizado; no tiene capacidad de crédito y no hay confianza en el mundo para otorgarle créditos institucionales. Además, está demandada en un tribunal del Reino Unido por un fondo de inversiones que ha comprado deudas a acreedores desde los años 80.
En cuanto al salario mínimo mensual en Cuba para 2024, se fijó en 2.100 pesos cubanos y el salario medio en 4.555 pesos cubanos. Esto equivale a aproximadamente 15,10 dólares al cambio del mercado negro, donde el dólar ya supera los 300 pesos cubanos; es decir, unos 180 dólares al año.
De algo de lo que tampoco puede escapar la tiranía es que nosotros, los mismos cubanos, en un ambiente de libertad y respeto a la propiedad privada, como se respira en este gran país, podemos ser un referente de la diferencia entre un gobierno totalitario, como la tiranía castrista, y un país que respete la iniciativa privada y el desempeño individual.
En 1959, el ingreso anual per cápita era de 356 pesos, el tercero más alto en América Latina. Hoy, por la inflación, eso equivaldría a unos 3,560 dólares anuales; es decir, estamos hablando de 20 veces más que el ingreso promedio que tiene un cubano hoy. El ingreso medio de los cubanos mayores de 16 años en Estados Unidos en 2009 fue de 40,000 dólares anuales, 140 veces más que el salario medio de un cubano en la actualidad.
Cuba contaba en el año 2023 con 375,267 empresas; en Estados Unidos, solo en ese país, había 251,070 empresas en 2007 que eran propiedad de cubanos, lo que representaba el 11.1% del total de firmas y propiedades hispanas de ese año. El PIB de Cuba fue en 2022 de 633,440 millones de dólares solo las empresas cubanas. En 2007, las empresas cubanas en Estados Unidos producían bienes y servicios por un valor de 51,252,333 dólares, lo que representaba un 14% del total de ventas e ingresos de todas las empresas de propiedad hispana en ese año.
Los empresarios cubanos en Estados Unidos producen 80 veces más que toda la economía de la tiranía castrista en 2022. Mientras tanto, el prominente empresario cubano Ralf de la Torre anunciaba en 2021 que compraba cinco hospitales por un valor de 1,000 millones de dólares; ya había llegado a esa fecha con su fondo de inversiones a 45 hospitales y más de 5,000 médicos. Mientras que, según las cifras del Ministerio de Salud Pública de la tiranía castrista, en toda la isla solo hay 152 hospitales con 3,671 camas, habiendo heredado ya 72 hospitales y aproximadamente 35,000 camas en 1959, con la mitad de la población actual.
El 88% de la población cubana vive en pobreza extrema, lo que representa un aumento del 13% desde 2022. Estos son datos según el Observatorio Cubano de Derechos Humanos. Solo el 15% de los cubanos que viven en Estados Unidos son considerados pobres por su nivel de ingresos.
Para concluir, si queremos que nunca más en Cuba nos oprima un gobierno totalitario, debemos primero erradicar de raíz esa criminal ideología del comunismo y luego disminuir al mínimo la capacidad y el poderío político y económico del Estado. Mientras mayor es un Estado, menos libertad tiene el individuo; y mientras menos libre es el individuo, menos próspera será la sociedad. Asimismo, mientras menos se respete la propiedad privada, menos desarrollo económico habrá en nuestro país.
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA