¿Qué ESCONDE Díaz CANEL detrás de esta CONFESIÓN Pública? JUGANDO a GANAR Tiempo.
Días Canel nos sorprende con esta confesión, y a nosotros nos sirve. Les voy a explicar por qué. Pongan el video de Díaz-Canel:
– El primer secretario del Comité Central del Partido y presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Destacó que la mejor respuesta del sector de la salud al pueblo, en tiempos de recrudecido bloqueo e intoxicación mediática, es incrementar la calidad de los servicios, basándose en la exigencia, la sensibilidad y la ética que siempre han caracterizado a la medicina cubana.
– Existen tendencias negativas en el sector de la salud, y debemos identificarlas, combatirlas, enfrentarlas y superarlas. Se habló aquí de una de ellas, que es una expresión de corrupción en los sistemas de salud: la venta de servicios en una sociedad como la nuestra. Eso hay que combatirlo enérgicamente, ya que la venta de servicios médicos…
En una sociedad como la nuestra es una clara manifestación de corrupción. Todos los servicios médicos que vende Cuba en el mundo y dentro de Cuba son motivo de preocupación. Aquí hicimos un llamado a una clínica que solo realiza cirugía estética; eso no es un servicio médico. Hemos denunciado cómo en Cira García tratan mal a los extranjeros, aunque les paguen. También hemos denunciado clínicas donde el director las manejaba casi como un prostíbulo, con las enfermeras. ¿Eso no es corrupción? ¿No es inmoral? No, lo realmente corrupto e inmoral es que el médico no vive de lo que trabaja y recibe una «javita» con malanga o un pollito. Pero, peor aún, es que para sacarte un diente tienes que llevar la pinza, los guantes, el tapabocas, el sombrero y hasta la anestesia. Y ni siquiera hay sillón; siempre se tiene que ver al paciente desde abajo. La culpa la tienen los médicos, y a mí qué me importa; tienen que hacerlo altruistamente. Háganlo altruistamente ustedes, que viven de las preventas y de los viajes.
Es evidente: primero, el reconocimiento en Cuba. El desgraciado que no tiene un peso, el que creyó en Fidel, en Raúl, en el partido, en el CR, en la FMC, en la UJC, ese no tiene ni para ir al médico. Porque ya hay que pagar para ir al médico: la consulta se paga, la radiografía se paga, el escáner se paga, sacarse una muela se paga, la pastilla se paga, la cirugía se paga y el ingreso a la cama se paga. Los análisis también se pagan.
Así como hay personas a las que los médicos van a ver a su casa —porque así lo hacía yo hace 20 años—, hace 20 años el médico venía a verme a mí y a mis hijos. Yo no iba al médico; llamaba a los médicos y venían a mi casa o los mandaba a buscar. Así era hace 20 años. Todo esto se hacía por el bisnero, por el que estaba en el partido, por los populares, por cualquier forma que fuera: con dinero o con poder. Siempre se ha hecho.
Así mismo se hace ahora, y está el bisnero que lo paga, y está el delincuente político corrupto que lo exige o lo tiene. Pero el que sí no ha cambiado es el mismo comunista que come cáscaras, que come tierra, que no tiene jabón, no tiene pasta, no tiene cepillo, no tiene casa, no tiene muebles y tampoco tiene médico, ni maestro, porque ya todo se paga. Que lo diga Díaz-Canel en su reunión del Consejo de Estado: con ese hermetismo, en cualquier país del mundo, el ministro de Economía estaría preso y sería titular diario de todo lo que está pasando en Cuba. Es un hermetismo, y al cubano no le interesa que el ministro de Economía esté preso. No, no es que a Cuba no le interese; es que como no hay propiedad privada, los medios publican lo que el Estado quiere. Publican lo que el Estado quiere, y el Estado ahora quiere que se hable de otra cosa. No quiere que se hable de la corrupción.
Y ahí viene el otro punto que a mí me sirve y que quiero mostrarles: la moral. Cuando usted hable con un zurdo, cuando hable con un comunista, hay dos cosas que ellos no resisten: los números, porque no hay forma de rebatirlos; y lo inmoral. En esta pelea no es de derecha contra izquierda, ni de extremo centro. No se trata de dar la vuelta al mundo y vivir de esto. No, esos son los colaterales. Esta pelea es del bien contra el mal, de lo moral contra lo inmoral. Tener hoy un negocio con la tiranía es tener un negocio con delincuentes. Eso es inmoral. Beneficiarte de algo que ellos hacen porque le vas a sacar unos pesos a ti solo, eso es inmoral.
Eres artista y vas a hacer un concierto en Cuba porque te pagan más y ganas más dinero. Eso puede ser bueno económicamente; puede entenderse que tú necesites dinero, pero eso es inmoral. Ir a una clínica en Cuba cuando ellos venden abiertamente a los médicos, a los enfermeros, a los especialistas y a los técnicos, pero después también venden los servicios médicos, la medicina, la clínica, la operación y los procedimientos quirúrgicos; y que eso no lo tenga el cubano mientras tú lo tengas porque tienes dólares, eso es inmoral. Puede ser bueno para ti; puede que en Cuba te hayan operado y te devolvieron a caminar. Pero en Bahamas nadie me reconoció, y yo le agradezco que mi rodilla funcione. Puede ser beneficioso en lo personal; puede ser más barato hacerse una operación en Cuba que en otro lugar, puede ser más barato ponerse silicona, o alimentarse con colágeno, o hacer una dieta, o quitarse el vicio de la droga en una clínica de tratamiento en el extranjero. Puede que en otro país sea más beneficioso económicamente y más ventajoso para ti hacerlo en Cuba, pero es inmoral. Porque lo que tú tienes ahí no lo tiene el cubano que, con su trabajo, su sudor y su resistencia creativa, como dice Díaz-Canel, hizo esa clínica. A ellos no les pagaron y, con lo que produjeron, se pagó para lo que tú te estás beneficiando. Y eso es inmoral.
Cuando llevas el debate de lo que está pasando en Cuba a lo moral, ahí no hay discusión; el debate se acaba. Puedes discutir si hay más médicos o menos médicos, si hay más gente, mayor mortalidad infantil o menor mortalidad infantil, más hospitales o menos hospitales. Eso es evidente: la decadencia de ellos. Pero hay gente que te sacan cifras y números que a veces no puedes ni verificar; esos números son evidentes. Pero lo moral es irrefutable: es inmoral tener algún vínculo con una tiranía de 65 años impuesta por la fuerza. Se acabó el debate; no hay nada que hablar. Es inmoral.
Es un dilema entre hacer lo conveniente o hacer lo correcto. Todo el que me hable en una conversación sobre qué vamos a hacer en Cuba, cómo vamos a hacer negocios allá, me está hablando de hacer algo inmoral. He visto esa conversación porque es inmoral. No me hables de que MYPYMES se han hecho multimillonarias; porque eso es inmoral. Hay otros negocios inmorales que dan más dinero que las MYPYMES y tienen menos riesgo de que te lo quiten todo. También hay negocios inmorales fuera de Cuba, pero siguen siendo inmorales.
Entonces, ¿qué quieres hacer tú? ¿Las cosas bien o las cosas mal? ¿Lo correcto o lo conveniente? Yo creo que hacer lo inmoral es hacer lo conveniente. Hacer lo conveniente muchas veces implica sacrificar principios porque tienes que hacer algo inmoral. Por eso no tiene discusión. Cuando hables de la desgracia de Cuba y lo lleves a lo moral, olvídate de los números; esa es la palabra: es inmoral tener alguna relación con esa tiranía, incluso diplomática.
La administración Biden, al abrir la embajada en Cuba, cometió un acto inmoral. Si la administración Trump, si Dios lo permite, regresa a ser presidente y mantiene esa embajada abierta, será también un acto inmoral. No porque tenga nombre y apellido, sino por el acto en sí. Los invito a llevarlo a ese plano porque ahí ya se acabó el debate. Está bien para ti tener algún tipo de relación con un abusador, con un asesino, con un criminal, con un ladrón, con un delincuente. Bueno, tú tienes esa capacidad; quien no la tiene se acabó la conversación. Estamos hablando de cosas diferentes. Para mí, eso que tú haces es inmoral y se acabó. Ya no hay nada que hablar; la discusión no dura mucho.
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA