Testimonio muy fuerte de cubano en España.
En la Avenida del Puerto, donde está el Malecón habanero, hay una terminal desde donde sale la lanchita hacia Regla. Tú cruzabas en la lanchita con tu bicicleta y llegabas a Regla, que es un pueblito muy pintoresco con una iglesia lindísima, una envasadora de aceite y su propia cultura. Aparentemente, por lo que dice el video, la lancha se quedó sin combustible. Ellos llevan años con este problema; en los 90, empezaron a robarse la lanchita casi todos los días. Tengo un amigo que vive aquí, gracias a Dios, y él solía tomar la lancha de Regla a La Habana. Lo único que quería era que no se la robaran cuando él estaba arriba. Hubo muchos intentos de salida llevándose la lanchita desde ese tiempo. Ellos comenzaron a limitar el combustible y, lamentablemente, ayer la lancha se quedó sin él y se quedó a la deriva. Para los pasajeros fue un problema, ya que entró en la Bahía y no salió de ella.
La parte jocosa era que la gente decía: “Bueno, si se hubiera ido, le hubiera cogido la corriente y hubiera llegado al sur de Florida, a los Cayos, en vez de quedarse en la Bahía”. Pero esto también indica la desgracia y la inseguridad de montarse en un bus del que no sabes si le han cambiado las gomas, si tiene freno, si el chófer está borracho o si le hicieron una inspección técnica. A ese nivel de indefensión vive el cubano hoy, pero todo esto es consecuencia de la fatal arrogancia; todo esto es por el socialismo.
Estamos viendo en España cómo hubo 600 muertos por una inundación. Más de 500 litros de agua cayeron en pocas horas y no hubo una respuesta rápida. Todo esto ocurre porque al no haber empresas de propiedad privada que pudieran actuar rápidamente, o hace unos meses desmantelaron toda la defensa civil en esa zona de Valencia. Ahí están viendo los desastres.
Así que esto no es algo exclusivo de Cuba; tiene que ver con un estado grande que se roba el dinero, lo desvía y hay corrupción. Cosas tan elementales como lo que ocurrió en Valencia son una desgracia. Esto va a trascender; llegaron el rey y la reina y los recibieron tirándoles fango. Es algo tan respetado como la institución de la monarquía en España. Muchos españoles se sienten orgullosos de tener reyes; puede parecer simbólico, pero en realidad es un equilibrio en el estado, ya que el rey es jefe de las fuerzas armadas y puede vetar.
Pero ocurrió esto: el rey llega después y la gente le tira fango y lo insulta. Es una cosa tan respetada y querida en España como la monarquía. Pero eso es una desgracia: 600 muertos, gente todavía desaparecida, personas que se ahogaron en sus casas porque no avisaron. Yo conozco esa región; es agrícola y produce mucho arroz. Bueno, pero de pronto se desbordó la presa. El río se desbordó y toda la gente se ahogó en su casa; aquellos que no vivían en un segundo piso y estaban en el primero se ahogaron porque no tenían cómo salir. El agua venía con una fuerza y una corriente impresionantes. Esto ocurre en España, que no es una tiranía, pero donde el socialismo está en el poder, hacen trampas, son corruptos, hay clientelismo y compran votos. Todo el mundo sabe lo que pasa en España. Sin embargo, algo tan grave como esto, o algo que puede parecer sencillo porque no hay muertos, es la inseguridad de montarse en un barco que debería llegar en 15 minutos de travesía. Eso no es más que 15 o 20 minutos cruzando la bahía. Bueno, pues nada, te vas a la deriva porque no hay combustible.
– Hola, buenas tardes, Manuel.
– Sí, ¿qué tal, Alex? ¡Qué bueno que nos vas a colaborar! Cuéntanos de primera mano si puedes decirnos hasta del origen de lo que pasó y lo que sabes que está ocurriendo.
– Sí, claro. Mira, días atrás se pronosticó que iba a entrar una Dana, que es un fenómeno meteorológico similar a un huracán o tormenta. Entonces, el gobierno no le dio mucha importancia; no tuvieron la precaución de informar adecuadamente. Al segundo día, después de que las aguas empezaron a subir, Valencia, como ciudad portuaria que vivimos en la costa, tiene un parque que se llama La Albufera, que tiene 25,000 metros cuadrados (25 km²) donde se siembra arroz. Eso es un gran almacenamiento de agua. Los niveles de las presas y embalses estaban demasiado bajos; faltaban casi 13 metros para alcanzar un nivel normal. No se planificó que al centro del país venía la Dana dirigiéndose hacia la costa y empezó a llover increíblemente en el interior. Las presas se desbordaron y, al hacerlo, recogieron el caudal de los ríos anteriores que estaban secos: el río Turia y el río Júcar, que son los dos que desembocan en el mar. Esos ríos tienen un cauce amplísimo. ¿Qué pasa? Ya en el año 1957 hubo una riada terrible en Valencia. En respuesta a eso, Valencia desvió el cauce que pasaba por el centro para evitar que sucediera lo mismo que ocurrió en 1957. Se hizo una obra maestra: un río artificial llevado al mar para cuando surgiera una situación similar. Pero no dio abasto; el caudal y el agua que venía de los embalses del centro del país eran tales que no pudo aguantar. El agua se desbordó hacia los pueblos de la periferia de Valencia: Sedaví, Alfafar, Catarroja y el barrio de Balsa de la ciudad donde yo vivo. Entonces el agua arrastró todos esos barrancos y se desbordó en las primeras plantas; casi 7 metros de altura. Los centros comerciales se llenaron de agua. Todavía hay más de 2,000 desaparecidos y casi 300 muertos hasta hoy. Además, el problema fue que el gobierno se demoró en ayudar.
Entonces esos pueblos, cuando llegó el agua, tampoco estaban preparados para recibir toda esa cantidad de agua con lodo y palos. Los mismos coches también fueron arrastrados; todo fue arrasado.
– Cuando los barrancos se desbordaron y alcanzaron esos 7 metros, imagínate: arrasaron todas las calles paralelas a los barrancos y todo lo que se interceptaba. La autopista internacional pasa por esos pueblos y está bien preparada; tiene cuatro carriles en cada dirección. Aun así, todos esos carriles estaban colapsados; los coches venían uno encima del otro, parecía una guerra.
Las imágenes son terribles. He estado viendo la noticia de que el gobierno de Valencia había desmantelado todo el sistema de defensa civil hace un tiempo. ¿Es cierto eso?
– Lo que pasa es que ellos tenían las obras tan bien preparadas, pensando que La Albufera, que es el parque natural del que te hablé y que puede acumular mucha agua, podría manejarlo todo. Nunca pensaron que esto podría suceder.
Aquí hay 17 puestos de bomberos, con los cuales he trabajado y he prestado servicio, especialmente durante la pandemia del COVID. Sin embargo, hay muy pocos cuerpos de bomberos; aquí apenas hay dos o tres camiones. La planificación no es adecuada y, aunque en cada pueblito hay un puesto de bomberos, decidieron reducir recursos. Este es un lugar agrícola, como tú decías, donde se siembran naranjas.
Todos esos campos son preciosos; he pasado por ahí y las fincas están rodeadas de naranjales. La naranja valenciana es la mejor…
– También hay kiwis, kakis, aguacates, limones y plátanos. Es como estar en Cuba, en el Caribe, porque aquí la humedad relativa es muy alta.
Pero el desastre no es solo de pérdidas humanas, sino también económicas; arrasó con todos esos pueblos, su infraestructura, las tiendas, los mercados…
– Entones al desactivar lo que mencionaste sobre el apoyo del gobierno y la UME (Unidad Militar de Emergencias), les cogió por sorpresa. Aquí hay 35,000 soldados, pero solo mandaron a 4,000. La gente se sintió un poco desilusionada al ver que nadie estaba ayudando. Nosotros tuvimos que salir a sacar el lodo y limpiar las calles, empujando coches, pasamos casi 24 horas así.
Mira cómo dice el profesor Miguel Anxo Bastos, mira la dinámica diabólica del gobierno del Estado. Cobra impuestos porque dice que te tiene que proteger, pero pronto hay una reducción en vez de bajarse ellos los salarios o los gastos. Reducen infraestructura y dicen:
«Ya hicimos un río desviado con eso es suficiente». Bueno, ahora la gente puede cuestionar si era necesario o no, pero la realidad es que sí lo era. Ahora veo a la gente del centro de Valencia yendo a la periferia llevando comida, aceite y agua. Al final, quienes pagaron los impuestos y creyeron que el «papá Estado» los protegería se dieron cuenta de que no fue así. Esa es la indignación de la gente cuando llega el presidente o los reyes.
– Exactamente, lo que pasa es que políticamente, sabes que en Valencia el Partido Popular ha dominado en los últimos 20 años.
Pero ya no se puede decir que el Partido Popular es de derecha; no se sabe si es PSOE o PP. He visto leyes de ambos lados y al final todo lo que se está haciendo tiene un tinte más de izquierda.
– El que ahora dirige Valencia es del PP y Pedro Sánchez representa al PSOE. Valencia ha sido un bastión del PP, pero no sé cómo explicarte bien políticamente; Pedro Sánchez tiene un aire egocentrista y a Valencia no le gusta mucho. Aquí hay una fuerte oposición al PSOE.
La cosa está en que la gente se siente molesta; hasta donde yo he respirado en mis visitas a España, he notado un gran respeto por las instituciones, pero también una creciente frustración con la situación actual. Aunque haya gente que está hablando de quitar la monarquía, no sé qué pensar. Pero hay un respeto hacia el rey y la reina. Cuando vi la imagen de alguien gritándole al rey y tirándole lodo a la reina, me sorprendió. Claro, la postura de ellos fue quedarse, esperar a hablar y recibir un poco de frustración, pero la forma en que lo recibieron no fue muy amable.
– Mira, yo te puedo hablar de la monarquía. Si alguien puede hacerlo, soy yo, con todo respeto. Trabajé 15 años en la Casa Real de Suecia en protocolo internacional y cinco años aquí en la de España. Ahora estoy semi-retirado. Sin embargo, aquí nunca he visto en mis 20 años de servicio una falta de respeto hacia el rey así, tan directa. Ni al antiguo rey ni al actual. Al antiguo se le pueden decir muchas cosas, pero creo que el actual ha cumplido bien su papel. Él es un representante del país; vino a dar la cara porque el presidente salió corriendo como un cobarde. Y entonces, al salir corriendo, les dieron…
Bueno, yo dije que las cifras son alarmantes; ahora se habla de 300 muertos y casi 2000 desaparecidos. Ellos aparecieron en el quinto día.
– Manuel, imagínate: es un poco burlesco venir al quinto día cuando ya tenemos alerta roja desde el segundo día.
Además, el rey también es jefe del ejército en España; es la Armada Real. Entonces, él podría haber mandado al ejército también. No sé, España tampoco está en una crisis económica tan grave; no está cayendo a pedazos. Hay dinero y recursos; tienen la Armada. A veces es un problema de seguridad nacional, una emergencia como pasa aquí en los Estados Unidos con la Guardia Nacional.
– Yo eso no lo vi bien. La gente, los primeros días con todo el dolor, no fuimos a embarrarnos humanitariamente. Yo sí te puedo decir que los pueblos alrededor dieron oportunidad a ayudar a esa gente para compramos comida; y mandamos ayuda con nuestros propios recursos. Ayer, al sexto día, llegaron los camiones con agua y leche. Fue una muy mala planificación, y mientras tanto, la gente se muere.
Mira, a seis días desde la desgracia y hay 2,500 desaparecidos. Hay que hablar claro: no se puede esperar que aparezcan muchos vivos. La cifra va a ser enorme cuando esto termine, no solo cuando termine la búsqueda y encuentren a las personas. En esos coches tiene que haber gente dentro; esos carros tenían choferes. Yo vi montones de coches debajo de un puente, arrastrados por el río.
– Ese río que tú viste, grande, no dio abasto en 25 años. Yo estoy aquí porque mi padre es español y mi madre es cubana. Llevo aquí desde los 16 años y tengo 56. Nunca había visto ese río con tanta agua.
Bueno, sí, estaba hecho para esto, pero no sé si pasará en España o en República Dominicana. Cuando hacen construcciones muy cerca de la ribera de un río, pasan estas cosas. Cuando hay crecidas, la gente pierde sus casas o se ahoga. Pero oye, muchísimas gracias por tu llamada. Al menos tuvimos esto y lo vamos a incluir en el resumen, si tú autorizas, para que no haya problema. Yo soy seguidor de que tengamos este testimonio de alguien que estuvo ahí. Tú viste el aguacero, viste cómo subió el agua y además participaste en ayudar a los que la pasaron mal. Así que gracias por eso.
– Aquí, cerca del pueblo, yo saqué como a siete personas porque hay unas pistas de tenis donde yo practico. Estaba saliendo y de repente venían coches; un amigo y yo cogimos por la mano a como a siete personas que venían en el techo de los coches. Después, el agua estaba muy fría; la gente tenía hipotermia y no había mantas. Fue todo tan repentino que no dio tiempo a respirar; fue terrible, no dio tiempo a respirar y había mucho aire. Casi 200 y pico kilómetros por hora de viento; no te podías parar en pie. Yo me arrastraba, terrible, para aguantar a las personas. Fue una situación horrible. Es triste ver que la gente todavía está en shock. Es que parece mentira, incluso todas esas zonas de polígonos, donde hay gente trabajadora. Todos esos polígonos, todas esas empresas y centros comerciales… El mayor centro comercial de uno de los más grandes de España es el Bonaire. Todavía no se han sacado los coches; debe haber mil y pico coches atrapados. Hoy estaban achicando agua, y la situación sigue siendo terrible. Hay muchos muertos abajo; me imagino que la gente se quedó atrapada de repente y no tenía cómo salir.
Es una muerte terrible, una gran desgracia. Siempre pasa así cuando hay una tragedia: al principio no se sabe, hay quienes dicen que están exagerando, y después, cuando salen las cifras finales, la gente queda boquiabierta.
– Sé que hay más, y se están ocultando cosas. Eso es lo que dice todo el mundo porque yo vivo aquí. En cada casa hay un muerto; en cada casa casi hay una abuelita de 92 años, un señor de 55 y un niño de tres años. Todos esos bajos son casi 8 km de daños en la primera planta, y todos los coches… hay más de 2,500, eso es normal. Además, hay muchos problemas para recoger los muertos. Ya el cuarto día estaban oliendo. Como no tenían acceso para sacarlos ni para entrar porque no se puede conducir, no hay entrada a las calles; cuesta trabajo sacar los cuerpos. Hay que tener cuidado con una epidemia o algo así. Por eso es lo que se está combatiendo. La empresa donde yo trabajo mandó un equipo con hipoclorito de sodio y máquinas para empezar a fumigar, porque se ve que todas esas naves han tenido mucha pudrición, alcantarillado, aguas residuales… todo eso está tirado por todos lados. Yo, por lo menos, tengo luz y agua, pero ellos no tienen ni agua ni luz. A los cinco días empezaron a comer; venían a los restaurantes. Yo tengo un restaurante y le dije a los camareros que fueran y les dieran comida, que esa gente necesitaba ayuda terrible.
Bueno, pues nada, ya tenemos contacto directo. Me puedes escribir por ahí, por favor, si sale algo nuevo o lo que sea. Y si puedes tener imágenes de lo que tú estés haciendo…
– Estoy suscrito desde que empezaste. Cuando necesites cualquier ayuda, aquí estoy.
Bueno, pues ahí lo tuvieron, señores: un cubano, Alexis, directo desde Valencia, nos estuvo explicando todo lo que pasó con cifras y testimonios que él vivió, hasta personas que él pudo salvar directamente.
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA