¿Por qué este video es más de lo que tú te imaginas?
Resumen:
El tema que planteo gira en torno a la manipulación del Estado bajo el régimen comunista. Yo veo cómo nos han engañado con la ilusión de una prosperidad basada en la entrega de bienes materiales, como esos refrigeradores, cuando en realidad esto solo nos quita libertad. Tras décadas de promesas vacías, la población sigue atrapada en una falsa gratitud hacia el gobierno que dice «proveer», mientras nuestras necesidades básicas no están cubiertas. Recuerdo la «batalla de ideas» que prometió cambiar nuestras vidas, pero que terminó siendo una excusa para mantenernos esclavizados bajo un sistema corrupto que controla cada aspecto de nuestra existencia. Nos están convenciendo con dinero, dividiendo nuestras familias y alejándonos de nuestras raíces culturales, todo para perpetuar el poder de un Estado que no produce nada, pero que sigue gastando. Nos venden una mentira disfrazada de socialdemocracia, cuando en realidad es el mismo comunismo que nos ha quitado todo. La propiedad privada es esencial para la libertad, y mientras el Estado tenga control absoluto, no tendremos ni prosperidad ni futuro. Nos enfrentamos a una nueva tiranía si no abrimos los ojos y rechazamos las promesas vacías que siempre terminan quitándonos lo que supuestamente nos dan.
Detalles:
¿Recuerdan la batalla de ideas, que luego se transformó en una batalla energética? Recuerdan esos refrigeradores lloviznados, que llevan 30 años en uso, gastando dinero, desperdiciando recursos. Han pasado 65 años en total, pero en los últimos 30, la muela ha sido que estos electrodomésticos supuestamente mejorarían la vida de la gente y ahorren energía.
Esto no es solo de los tiempos en que Fidel hacía el papelazo en el Carlos Marx, echando a andar un ventilador. No, esto es de ahora, es reciente. El video que nos muestra refleja una economía donde la gente no llega a fin de mes, donde una madre con una niña enferma dice que, aunque recibe asistencia, no le alcanza. Pero, aun así, emocionada, agradece a la revolución y al gobierno por haberle dado un refrigerador. Lo considera un gran logro, especialmente por la ayuda a los niños necesitados. En el proceso de evaluación y distribución de estos electrodomésticos participan delegados.
Y se habla de esto como si fuera una victoria. Pero claro, todo es una mentira. Un engaño. Reparten dos refrigeradores y le dicen a la gente que hable bien de la Revolución. Esa es la historia que nos quieren vender, pero debemos profundizar porque estamos en las puertas de una Cuba libre, pero esa puerta no se abre sola; hay que empujarla. Hay una decadencia, un desgaste en el liderazgo de la tiranía, y en algún momento algo sucederá. Puede que venga de dentro, o de fuera, pero el cambio está cerca. Cuando vemos un video como este, no podemos quedarnos en la risa superficial.
El Estado cree que tú no debes tener los medios para comprarte tu propio refrigerador, para llenar tu nevera de comida, o para tener una casa con las comodidades que desees. Ellos creen que el Estado te debe proveer todo, y por eso necesitan mantener el poder y arrebatártelo a ti.
Este tipo de vídeos, que parecen triviales, esconden algo más profundo. Si nos quedamos en la mentira de que todo es manipulación y que solo regalan tres refrigeradores, le dejamos la puerta abierta a tecnócratas que creen que el socialismo puede funcionar en Cuba, como lo hace en Suiza, Suecia o Noruega. Nos enfrentaríamos al mismo perro con diferente collar: un comunismo disfrazado de socialdemocracia que se enquistar.
Con la falta de producción y prosperidad, producto de la negación de la propiedad privada, se generaría otra tiranía. Volveríamos a lo mismo: un Estado grande que controla todo, y dependeríamos del poder de quien esté al mando. No sería cuestión de elecciones, sino de quién pongan los que tienen dinero o poder. Si nos quedamos solo en el análisis superficial del video del noticiero, que es claramente una mentira, le estamos dejando espacio a esos izquierdistas que tienen el apoyo político y económico en este país, para que, cuando Cuba sea libre, tomen el poder y perpetúen.
Bueno, llegarán millones, regalarán millones, arreglarán casas, construirán edificios, pero será la cuna de una nueva tiranía. Porque, cuando eso se acabe, como se acabó después de los regalos de la Unión Soviética, del CAME, del crédito de Brasil, Argentina, Inglaterra, China, Venezuela… se acabará como siempre pasará donde no hay propiedad privada y el Estado, incapaz de producir, solo gasta. Eso generará otra tiranía, y nosotros, desde el cementerio, nos revolcaremos pensando: «¿Para qué tantos muertos si al final llegamos a lo mismo?». Aunque tengamos 20 años de una supuesta prosperidad y libertad efímeras, si no ponemos el dedo en la llaga y decimos «no, no, no».
La denuncia no se queda en la mentira de que reparten tres refrigeradores chinos; no se queda en la corrupción del que vende esos refrigeradores porque está vinculado a un militar; ni en el que compra los refrigeradores, que se lleva su comisión, compra un apartamento en Miami o se trae un carro. No. La denuncia no se queda ahí. En eso se quedan los youtubers, los influencers, los «come grant» de Miami. Los libertarios, los que realmente queremos libertad, denunciamos que ese comunismo debe ser erradicado. Nadie merece que le traigan un refrigerador a su casa, ¡es una vergüenza! Si alguien llega a mi casa con un camión a regalarme un refrigerador y yo no tengo los medios para comprárselo a mis hijos con mi sudor y mi habilidad, es una vergüenza para mí, como hombre, como mujer.
Esto es una clara muestra de cómo te quitan la propiedad privada para que no seas libre, cómo destruyen a la familia. Y eso es lo que vamos a discutir: cómo te quitan tu libertad. El ejemplo está ahí, repartiendo refrigeradores y la gente dando las gracias, mientras anuncian que la distribución del mes de abril será, según los proveedores, de 7 libras de arroz por consumidor, de forma fraccionada (¡no te emociones, que no son las ¡siete juntas!), más un kilogramo adicional de forma gratuita. También prometen 10 onzas de granos, y claro, hay que tener valor para poner ese anuncio en un país libre.
En Cuba, una isla donde puedes poner agua salada al sol y obtener sal, la gente lleva desde enero sin tener sal. En diciembre, el que no se chupó los dedos no comió nada con sabor. Las personas tendrán la presión baja, porque no hay forma de que les suba sin sal. El aceite: medio litro para dos meses, anotado para abril. El café, te lo darán «en el mes», pero no preguntes por la compota, porque faltan 13 unidades para recuperar. Todo esto lo ponen en la prensa.
Entonces, ¿para qué quieres un refrigerador? ¿Cómo se va a parar una muchacha a agradecer por un refrigerador si no tiene ni corriente ni comida para poner dentro? ¿Con qué lo va a encender? Claro, mientras la gente sigue pensando que hay que quedarse en casa y que el Estado es responsable de traerles un refrigerador, la comida, la ropa, seguirán en esa mentalidad de dependencia. Pero no, hay que decir «no me des nada, déjame vivir, yo me lo busco». ¡No quiero que me des nada!
¿Por qué? Porque cuando una sociedad tiene un estado tan poderoso, este se mantendrá en el poder, ya sea comprando votos o forzando su permanencia. Esa es la ‘democracia’ que nos venden: hacer lo que dice la mayoría, aunque sea por la fuerza. Y aunque cada vez sean menos, aunque los números reales no lo reflejan, esa mayoría aún se somete, ya sea por coacción o conveniencia. Eso es lo que ocurre cuando un sistema radical impone su tiranía, incluso cuando parece que hay una mayoría detrás. Esta es la realidad: te mostramos una Cuba de fantasía en la televisión, pero la realidad es que hay familias que apenas tienen para sobrevivir.
Mira la foto de esa nevera con un pomo de agua y un pedazo de jamonada, ¿de qué estamos hablando? El hecho de tener una nevera ya es un lujo para muchos. Así que cuando te hablen de un estado protector, que te darán carreteras, casas y comida, recuerda que ya has visto esa película antes, y sabes cómo terminar.
En el populismo, con la ayuda de alguna institución, gobierno o poder económico, te van a convencer con dinero. Te van a dividir la familia, te van a arrancar de tu cultura, de tu nación. Esa transculturización de ‘abrirte al mundo’, cuando pase, será un cambio de regalarte cosas, dividiendo a la familia. Para alcanzar esa ‘prosperidad’, te pedirán que olvides tus raíces; ‘no te preocupes por lo nacional, por la cultura cubana, por el campesino, por el acento cubano, por las peleas de gallos, por la guayabera, por el traje… todo eso está viejo. Usa esto, quítate lo nacional, quítate la tradición y ábrete al mundo’. Eso es lo que buscan: quitarte las raíces, romperte la familia. Al final, no tendrás por quién luchar. Y si encima de eso te quitan la propiedad, ¿para qué querrás un negocio si el Estado te lo da todo? ‘Déjame tus negocios a mí, yo los manejo mejor’. Ese es el Estado. Te regalarán refrigeradores, comida, casas… pero al final, te lo quitarán y te someterán como esclavo, como han hecho con nosotros.
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA