«Estamos al BORDE del COLAPSO TOTAL»
Resumen:
La situación energética en Cuba no ha cambiado en 65 años, y no va a mejorar porque nunca han invertido en infraestructura, ni siquiera con los recursos que han recibido durante décadas; entonces, ¿por qué alguien les daría dinero ahora? Me resulta irónico que intento explicar los apagones con la teoría económica de oferta y demanda, como si el clima fuera la única causa, cuando todos sabemos que el problema es la incapacidad del sistema para generar suficiente energía. Ellos hablan de mantener un equilibrio entre oferta y demanda, pero ese equilibrio no existe porque no tienen la capacidad de ofrecer más, lo que lleva a más apagones y caos. La solución que ofrecen es repartir la miseria de forma ordenada, apagando unos circuitos para que otros puedan funcionar, y así se aseguran de mantener el mínimo de caos. Ante esta situación, los barrios que generan más problemas reciben prioridad, porque nadie quiere enfrentarse a una población que se rebela, quema cosas o sabotea las instalaciones. Yo he visto cómo funciona la rebeldía en Cuba; en los 90, en Carraguao, cuando la gente rompía cristales del Minimax, la luz volvía en minutos. Si quieres que te pongan la luz, tienes que hacer ruido, generar caos, porque la luz no se consigue aguantando en silencio. Ellos saben que la solución a los apagones no la tienen y, aunque traigan generadores, los recursos se desvían o se priorizan para los suyos, así que la única forma de asegurar la electricidad en tu barrio está protestando. Si te quedas tranquilo, te apagarán por siempre; pero si muestras tu descontento, si te rebelas, entonces te pondrán la luz, porque lo que más temen es que el descontento crezca y se les vaya de las manos.
Detalles:
Hay apagones en Cuba y, lo peor, es que no va a mejorar. Ni los apagones, ni la generación de energía; nada ha cambiado en 65 años. La crisis energética es de siempre. Aunque hayan recibido cientos de miles o billones de dólares en todo este tiempo, nunca los han invertido en infraestructura para generar energía. ¿Qué va a cambiar ahora, cuando ya nadie les cree y nadie les da un peso? ¿Por qué habrían de darles ahora, si antes no lo hicieron? Así que la situación no va a mejorar; solo queda que empeore. Como decía el apóstol: “Solo contamos con el disgusto del pueblo”.
Tenemos un video donde esta gente trata de explicar por qué hay apagones en Cuba. Me encantó la forma en que lo hicieron: se fueron por la teoría económica real, la libertaria, de oferta y demanda, y el respeto al mercado sin intervención. Miren esto:
Dicen que las demandas de energía están en línea con el clima. Los expertos destacan las temperaturas records reportadas en días recientes en varias regiones del país. Al hacer esta afirmación, intentan dar la esperanza de que la demanda está directamente relacionada con el clima, argumentando que el sol está emitiendo más calor en los últimos días. Y ahí mismo dicen: “es la misma historia de siempre”. Claro, cuando hay más calor en un país tropical, se consume más energía. Pero ¿quién no sabe eso? ¿Quién no sabe que, en verano, en todos los países del mundo, es cuando más se demanda energía, al igual que en invierno cuando hace frío?
¿Hace falta hacer un programa de televisión para explicarle al cubano que, mientras más calor, más se consume energía? No, claro que no. Pero ellos se agarran de eso porque la culpa nunca es de ellos. Aquí comienza toda una narrativa al estilo de este canal: oferta y demanda y sus resultados. Cuando la demanda es mayor que la oferta en el mercado, el precio sube y se regula cuando la gente produce más porque el precio es bueno y, entonces, baja porque se estabiliza la oferta con la demanda.
Pero en su caso, como no tienen cómo ofrecer más, lo que dan son apagones. Elemental, Watson. Pero lo explican de esta forma para ver si engañan a alguien. En el video hablan de la afectación al servicio que están teniendo, y de que cuando se repone un circuito, hay una alta coincidencia de las cargas que coinciden en el tiempo. Esos dos efectos combinados hacen que la demanda tienda a incrementarse. Cuando se combina el incremento de la demanda con la disminución de la disponibilidad de generación, las afectaciones al servicio llegan a 1474 MW, lo cual es una afectación.
Cuando la demanda aumenta y la oferta no puede subir, tienen que apagarse. No hay otra opción, porque no pueden producir más, no pueden generar, y la gente necesita más. Ahora vamos a ver cómo dicen que resuelven esto, es decir, cómo reparten la miseria. Aquí viene cómo gestionarán la desgracia.
Dicen que deben servir de forma ordenada la energía al país, garantizando la operación segura del sistema. Estos ingenieros, expertos y técnicos tienen como prioridad mantener en todo momento el equilibrio entre oferta de energía y demanda. A medida que se va demandando energía, hay que tener generación para cubrirla. Existe un parámetro de equilibrio, técnicamente hablando, que se llama la frecuencia del sistema. Cuando la frecuencia está en 60 Hz, quiere decir que hay un equilibrio entre oferta y demanda, y ese parámetro hay que mantener lo más cerca posible de ese valor. ¿Qué pasa cuando la disponibilidad de generación es menor y la demanda se mantiene? Pues hay un desequilibrio entre oferta y demanda: hay más demanda que oferta y, coloquialmente, las unidades tienden a desacelerarse y la frecuencia tiende a disminuir. Y eso no puede seguir ocurriendo, porque podría colapsar.
Ahora, traduciendo esto tan elemental, ¿cómo es posible que un ministro de Economía no lo entienda, pero sí se lo hagan decir a un ingeniero eléctrico? Lo razonable, lo lógico, es que en el comunismo el ministro de Economía no te habla de oferta y demanda, pero el ingeniero eléctrico sí lo hace. Dado que, como hay más demanda, pero no hay capacidad para ofertar, entonces se desequilibra el parámetro que, según los ingenieros eléctricos, debe estar en 60 Hz. Y cuando ocurre ese desequilibrio, se desfasa y puede colapsar por la falta de oferta y el exceso de demanda.
¿Cómo se planifica eso? ¿Cómo pueden hablar de distribución ordenada si parten de la escasez? La miseria no se reparte. No porque tú tengas hambre y me des a mí vas a tener menos. No, el hambre y la miseria se multiplican. Como la riqueza. La riqueza sí se reparte, la miseria se comparte, se esparce. Así que, como no van a poder solucionarlo, ni calcularlo, ni preverlo, la decisión de si apagan o no la toma un ingeniero en una computadora: “Apaga a fulano, que se nos va este generador”, “Apaga a mengano, que se nos va este otro”. “No, pero este no le tocaba hasta las tres… ¡Apágalo ahora, que se cae todo! Y si se cae todo se cayó el comunismo porque ahí la gente no va a aguantar un apagón general.
Ahora viene el verano, y me encanta que digan que la generación y la demanda también tienen que ver con ese montón de electrodomésticos —ollas arroceras, freidoras, todo— que vendió Fidel Castro en su “Revolución Energética”. Les dio electrodomésticos a todos, que además gastan más energía. ¡Qué clase de ironía! La revolución cambió para peor, como siempre. Y ahora están atrapados, porque ¿cómo calcula eso? ¿Cómo pretende engañar a alguien diciendo que ellos saben lo que va a cuando pasar, en cuanto enciendan la electricidad en Cerro, todo el mundo va a salir corriendo a prender el motor de agua para subir el agua, a congelar agua para tener hielo, a arrancar cinco arroceras a la vez para tener arroz hecho, a metro diez freidoras para hacer todo lo que se pueda? Porque en dos horas te van a cortar la luz. Eso multiplica y cataliza la demanda.
Ahora viene cuando nos dan algunos consejos de cómo se puede resolver el problema local. El problema general no se va a resolver, pero el problema local lo puedes resolver tú. Ellos te lo van a decir, y yo te lo voy a reforzar basado en lo que ellos mismos dicen.
En una situación como ésta, con un déficit donde la demanda supera a la oferta, todos los talentos de cualquier organización, ya sea pública o privada, en un mercado libre, estarían enfocados en aumentar la oferta, no en reducir la demanda. Y si la demanda se reduce, es temporalmente, hasta que se pueda incrementar la oferta. En el socialismo, con su naturaleza represiva que impone su ideología por la fuerza, todos los talentos de la compañía eléctrica están ahora buscando cómo apagar la luz porque no tienen cómo generar más. Todas estas fórmulas incluyen una lista de lugares que van a apagar sin previo aviso, con tal de que no colapse el sistema eléctrico nacional.
Que a ti no te quiten la luz no significa que no te la vayan a quitar. Si en este momento tienes electricidad porque en tu barrio hay un hospital y el hospital tiene un grupo electrógeno que funciona, ellos saben que pueden cortar la luz a todo el mundo, y el hospital no se va a quedar sin corriente. Pero si el hospital está en un lugar que a nadie le importa, aunque no tenga grupo electrógeno, igual se va la luz. Porque, si no te la quitan, explota su sistema. Todo su talento está enfocado en cómo reprimir, en cómo controlar, en cómo disminuir, no en cómo sumar, producir, beneficiar o servir. Ellos están pensando en cómo te quitan, porque no tienen nada para darte. Para ellos, sí; para ti, no. Su función es ver cómo te quitan y dónde te quitan para que te disguste lo menos posible.
Y ahí está la cuestión: la solución a los apagones en Cuba no la tiene el Partido Comunista. Ellos no son parte de la solución; son parte del problema. La solución a los apagones no pasa por eliminar el embargo. Cuba se benefició 40 años de un sistema económico socialista del CAME y, aun así, siempre hubo apagones. O sea, la solución no va a venir mientras esa tiranía siga en el poder. Porque, aunque les donen generadores, van a robar, a trazar, a hacer corrupción, a desviar recursos o a priorizar a otros antes que a ti, porque tú no les importas.
La solución a los apagones la tienes tú. Te pongo un ejemplo: llamé a la empresa de Mayabeque. En el pueblo de Güines, en la calle Real, hay una estación de policía. Si esa estación de policía se ve rodeada de pedradas o le prenden fuego, no van a quitar la luz en Güines, al menos en ese sector. En los 90, en mi barrio de Carraguao, en Estévez entre Barbería y Cruz del Padre, había un Minimax que era como una bodega grande. Cuando quitaban la luz a las 7 de la noche, desde que se iba el sol, a las 8 ya le habían reventado los cristales y la luz volvía a las 8:30. No sé a quién se la quitaban, pero venía. Los que van a estar apagados son los que no rompen nada. Si tú te quedas tranquilito, espantando mosquitos y aguantando fuerte sin luz, a ti no te la van a poner. Pero si quemas la esquina, tumbas un poste, le prendes fuego a una patrulla, le revientas la casa al Poder Popular, le das candela al Partido, tiras cuatro latas o bombillos dentro de la estación de policía, desde que apagan la luz, van a llamar: “Oye, ponme la luz, que esto está caliente. Ponme la luz o yo me voy de aquí.
Así que la solución la tiene la rebelión. La solución la tienen los padres, las madres. Si quieres que en tu barrio haya luz, hay una oferta limitada y una demanda excesiva. Van a darle prioridad a los barrios que más problemas den. La solución de tu apagón está en ti. Cierra la cuadra, rompe las plataformas, tírale cadena a los transformadores para que se revienten, poncha todas las gomas de los carros que pasen y verás cómo te ponen la luz. “No me apagues ese barrio, ese barrio se pone complicado cuando no hay luz. Hay gente que, cuando se ven de noche sin corriente, le dan candela a todo el barrio. No me lo apagues.” No hay policía que aguante eso. No van a entrar a un barrio oscuro, con la calle llena de clavos y con tipos tirando cosas desde la azotea. La policía va a llamar y va a decir: “O ponen la corriente, o aquí no queda nadie”.
Lo bueno de esto es que ya se sabe, por ejemplo, que en Santiago la gente está prendiendo fuego a los barrios. En La Habana, hay barrios que cogen candela todos los días. En Pinar del Río, hay zonas que se queman a diario. Esa gente va a tener prioridad para no apagarlos, para vigilarlos, para mitigar el descontento, para que no se les vaya de las manos. Pero para poder dar corriente a esos barrios, siempre van a tener que quitársela a otros. Y si los otros aguantan callados, como carneros, y no empiezan también a prender candela y romper cristales, se quedarán apagados por toda la vida, por la eternidad. Habrá una mutación en esa población y serán como murciélagos: se comunicarán por ondas sonoras, porque vivirán en la penuria, en las tinieblas.
Bueno, eso está claro. Esto es lo que dice la ley de oferta y demanda: en un Estado que interviene, si no hay oferta para satisfacer la demanda, lo que hacen es distribuir —según ellos— equitativamente. Pero en realidad lo hacen para evitar el malestar. Y si están evitando el malestar, le van a dar prioridad a donde haya más posibilidad de problemas. Entonces, tienes la solución: genera malestar, muestra descontento, protesta, cierra calles, sabotea, rebélate y verás cómo ponen la luz.
No te vayas a la calle con la corriente, no, no, no. Eso ellos saben cómo controlarlo. Rompe cosas, prende fuego; es de noche, no te van a ver. Revienta lo que puedas, pinta paredes, poncha carros, desbarata vidrieras. Verás cómo te ponen la luz. Y una vez que pruebas lo bien que se siente cuando logras tu objetivo, cuando tu estrategia funciona, no te la van a quitar más. Porque en cuanto salga en el periódico que le toca a Carraguao quedarse sin luz, todo el mundo estará buscando piedras desde la mañana y poniéndolas en el portal, listas para la batalla campal contra todos los vidrios de los comunistas. A los cinco minutos, te pondrán la corriente. Ya todos saben que la luz se consigue con piedras, fuego, palos, sabotaje, rebelión.
Esa es mi fórmula. No es que me parezca, es lo que vi en Carraguao en los 90. Les caían a piedras al Minimax y la luz volvía. ¿También hay escasez de piedras en Cuba? ¿No te gusta esto, te parece muy violento? Ven a hacerlo tú, Manuel. Yo tengo luz. Aquí, en mi casa, el aire central no se apaga, y nos vamos para la calle y la luz sigue encendida. Pero el problema lo tienes tú. Y puedes hacer algo. La solución está ahí: no hay oferta, la demanda está descontrolada, eso genera un desequilibrio. Van a distribuir. ¿Y a quién le van a distribuir? ¿Equitativamente? ¡Mentira! Ellos tienen un miedo que se cagan. Van a quitarle la luz a los carneros y dársela a los rebeldes.
convertiste en rebelde, tu barrio va a tener luz. Y si eres el único rebelde del barrio, buscarán la forma de que tengas corriente, porque lo que no quieren es que se les vaya de las manos. La gente de la compañía de electricidad, la policía, la Seguridad del Estado, los chivatos, todos saben que hay que poner la luz donde haya peligro de que la situación se complique. Así que te toca aparecer en el mapa de los que se rebelan si no hay corriente.
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA