La Tiranía se desespera cada día más
Resumen:
En el programa de hoy abordamos cómo el régimen cubano emplea todos sus recursos para reprimir al pueblo, en lugar de beneficiarlo. Desde hace tiempo venimos alertando sobre cómo interrumpen servicios esenciales, como electricidad, agua y la recogida de basura, para desalojar zonas estratégicas como Brisas del Mar. Ya hemos visto cómo destruyen infraestructura, como en Guanabo, para que las personas abandonen sus hogares. Esta táctica de desalojo indirecto, disfrazada de ineficiencia, no es nueva, y las personas que se resisten terminan enfrentando represalias. En Brisas del Mar, llevan más de 20 días sin agua, sin respuestas de las autoridades. Mientras tanto, el régimen asegura el acceso a estos servicios solo cuando les conviene, como en actos oficiales, evidenciando su verdadero interés. La represión también se ve reflejada en la imposición de trabajo forzado, bajo la amenaza de ser vigilados o incluso sancionados por «comportamiento antisocial». Además, el régimen ha institucionalizado la chivatería, fomentando la traición entre vecinos, lo que perpetúa el control. Sin embargo, seguimos resistiendo, mientras el régimen intenta quebrar a los cubanos a través de estas medidas.
Desarrollo:
Miren cómo la tiranía utiliza todos sus recursos, y ese será el tema principal del programa de hoy: cómo la tiranía cubana emplea todo lo que tiene a su disposición para reprimir al pueblo, no para beneficiarlo en absoluto. ¿Desde cuándo estamos alertando que la manera más eficiente de desalojar a los cubanos de un territorio que le interesa al régimen, sea por su posición geográfica, condición climática o recursos naturales, es interrumpiendo los servicios? Dejan que las carreteras se llenen de huecos, interrumpen el servicio eléctrico, el agua potable, la recogida de basura. Lo hemos visto en las playas de Holguín, en las playas de Matanzas, y ahora lo estamos viendo en Brisas del Mar. Sabemos desde hace tiempo que quieren acabar con esa zona. Lo vimos en Guanabo cuando dejaron que se destruyera el puente peatonal sobre el río, que al final tuvieron que dragar y modificar por completo. Quitaron la vigilancia en la frontera, y hemos visto el fondo del mar en Guanabo lleno de latas de cerveza porque nadie va a recogerlas. El agua potable en Guanabo no llega a muchos lugares, porque lo que quieren es que la gente se vaya de allí, que se muden o que abandonen el país. No permiten que los familiares hereden las casas, y si tienes algún problema con el alquiler, te quitan la propiedad porque desean esa zona.
Esa es la estrategia que siempre han utilizado: una forma indirecta de desalojo, pero la más eficaz porque es lenta y parece que la gente se va por decisión propia. Es lo mismo que hicieron en Cojímar, en varios barrios que les interesan, y en Tarará. Las pocas personas que todavía tenían casas ahí, y que nunca se fueron, terminaron enfrentando lo mismo. Y ahora, en Brisas del Mar, esta familia está decidida a pelear y no entregar su casa. Miren cómo tratan a los cubanos en las zonas que les interesan.
“Aquí en la comunidad de Brisas del Mar llevamos más de 20 días sin agua. Ya no sabemos qué hacer, hemos llamado al consejo, al intendente, al delegado, a los funcionarios del agua municipal, y no tenemos respuesta”.
Imagínense, ¡si el país entero está sin agua! Mientras tanto, ponen a la vicepresidenta hablando sobre la importancia de la recuperación de los recursos hidráulicos. No nos engañemos: cuando un funcionario del partido o del MININT se muda a la zona o hay algún acto oficial de las FAR, de inmediato aparece el agua, la pipa, la gasolina, el pozo, la planta, el molino, lo que sea. Y, por supuesto, también tendrán energía eléctrica. Así funciona la tiranía.
Estos son ejemplos comunes para nosotros, pero por eso existen programas como este, para recalcarlo. Porque, increíblemente, todavía hay personas que creen que la forma de acabar con la tiranía es negociando o dialogando con ellos. Miren el ejemplo de Brisas del Mar, un polo turístico que desean controlar. No dan permisos de construcción ni de reparación; no proporcionan materiales, esperando que las casas se derrumben para apropiárselas. Así es como operan, como ladrones.
Sin embargo, la gente resiste. Reciben dinero del exterior, aguantan, trabajan, inventan, sobreviven. Entonces, ¿qué hacen? Les quitan el agua. Si alguien se hace un pozo, lo meten preso por hacerlo. Así es como funciona la tiranía. Pero ellos hablan de «sociedad civil» y de «buen comportamiento cívico», incluso mencionan el trabajo. En televisión ponen fragmentos, como los que George nos ayudó a reunir, que muestran cómo quien se sienta a dialogar con la tiranía, lo único que hace es legitimar a una mafia criminal.
Fíjense en este ejemplo: un coronel de la policía hablando sobre el trabajo, diciendo que es un delito no trabajar. En Cuba, nadie vive de su salario, y si no eres un esclavo del sistema, entonces estás cometiendo un delito. Es obligatorio ser esclavo.
“El coronel dice que no trabajar no es una obligación, pero sí un deber, un «valor». Y si además de no trabajar no estudias, ya te conviertes en objeto de vigilancia por parte de la policía y otros órganos del régimen. Y yo pregunto: ¿el tribunal puede sancionar a alguien por no estudiar y no trabajar? El magistrado responde: No, realmente el tribunal no puede sancionar a nadie por no trabajar ni estudiar. Sencillamente, si esa persona, además de no trabajar ni estudiar, tiene una conducta desajustada, nociva o irrespetuosa hacia la sociedad, entonces sí puede estar sujeta a la actuación del grupo de prevención y atención social de manera sistemática, profunda y reiterada, para adoptar una serie de medidas y advertencias. Estas están orientadas a que esa persona revierta su comportamiento y se preocupe por obtener ingresos lícitos a través de un trabajo honrado para satisfacer las necesidades propias y de su familia. Ahora, si esa persona no cumple con esas medidas o advertencias de manera reiterada, puede estar proclive a cometer un delito de desobediencia, que está estipulado en nuestro código penal en el artículo 189, apartado 3”.
Recuerden que antes había una ley de peligrosidad: si no trabajabas o estudiabas, te llevaban preso en Cuba, no importaba cómo te comportaras. Llegaban a tu casa, te tocaban la puerta y te decían: «Hace seis meses que no se reporta, ¿dónde trabaja? Traiga una carta de su centro de trabajo.» Los CDR te pedían esa información. Pero claro, tuvieron que modificar eso. Se dieron cuenta de que existe una constitución, que recibían dinero de la Unión Europea, y el presidente Biden hablaba de propiedad privada, así que tenían que disimular un poco.
Para la tiranía cubana, «comportarse mal» no es dar una puñalada o vender drogas, ni ser un antisocial es robarle al vecino. No, no, esos son delitos menores. Para ellos, «comportarse mal» es poner un cartel diciendo «pongan agua», escribir un post en Facebook o hacer un video denunciando las atrocidades del régimen. Incluso participar en una transmisión en vivo con Manuel Milanés es visto como algo terrible, merecedor de cárcel. Y si además no trabajas, te preguntan: «¿De qué vives? ¿Cómo te mantienes?» Se aferran a ese concepto para justificar lo que hacen y hacen que parezca que está bien.
George, pon el otro video. “¿Qué necesitan ustedes, como policía y como los que intervienen en esto? Ya mencionaron que hay un grupo de prevención, que se está reactivando, y un acuerdo del gobierno en ese sentido. Pero, ¿qué es lo primero que necesitan del pueblo para que esto funcione? Porque ustedes solos no van a poder manejar a tanta gente, no son dos ni tres. Lo que necesitamos es información. ¿Qué tipo de información? Información sobre las personas que se dedican a estas conductas, las que perturban el orden. Estamos claros: hay que darle información a cualquiera de los integrantes del grupo de prevención, ya sea al jefe de sector, al representante del partido, a los CDR o a la Federación. ¿Y qué se les debe decir?”
Oye, detrás hay mucho dinero. Este guion, cada vez más, apunta a que la complicidad internacional está preparando el terreno para una salida que les conviene a muchos.
¿En qué momento de la comunicación en la tiranía cubana un simple periodista, o alguien que lo parezca, puede sentarse con un oficial del MININT y cuestionarlo de esta manera? Esa arrogancia es lo que revela lo que el Departamento de Estado de los Estados Unidos pretende negar cuando afirma que se puede dialogar con ciertos sectores privados, siempre y cuando no pertenezcan al Partido Comunista de Cuba.
Fíjense bien, todo esto es terror, una cacería de brujas, una forma de institucionalizar la chivatería. Saben que los chivatos van a enfrentar consecuencias, pero les aseguran que no les pasará nada porque nadie se enterará. ¿Qué tipo de sociedad es la que defienden y pretenden seguir subyugando? La sociedad de la chivatería.
Pero, ¿cómo se enteran de quién no trabaja o estudia, o del antisocial? Ustedes solos no pueden. No, se enteran porque la gente informa a la policía, a los CDR, a la Federación. El propio coronel de la policía lo dice: sus órganos represivos buscan nutrirse de información para reprimir, y estos órganos incluyen los CDR, la FMC y el PCC.
Ahora, cuando un congresista estadounidense se reúne en Cuba con esa supuesta «sociedad civil» que la policía menciona como órganos represivos, ¿qué están legitimando realmente? El periodista lo deja claro: este tipo de colaboración con la autoridad está mal vista, pero ahí está, presente y funcionando.
Sigue el vídeo…
“¿Qué dicen ustedes? ¿Van a preservar la identidad de quien brinde esa información? -En primer lugar, hay que trasladar confianza a nuestro pueblo, y como principio, se preserva la identidad de las personas que colaboran con información para denunciar estas conductas. Eso es un principio en el trabajo policial. -Pero también corresponde al jefe de sector conocer a la gente que anda en esas actividades en los barrios. No es solo esperar a que alguien venga a decirle quién es”.
Oye, en el cuestionamiento de Humberto, está mandado diciéndole a un jefe de policía: «Sí, pero eso es cosa de ustedes también, no pueden confiar solo en los chivatos». Y yo me pregunto, si es un trabajo moral, cívico, para el bien de la sociedad, ¿por qué ocultar quién denuncia en una sociedad libre? Lo primero que una persona debería cuestionarse es su reputación, y esta está dada por lo que los demás piensan de sus acciones. En una sociedad libre, de lo que uno debe sentirse más orgulloso es de su reputación, que no tiene que ver con estatus, dinero ni posesiones, sino con una conducta moral. Entonces, ¿por qué ocultar cuando se señala que alguien está actuando mal? Lo que está mal es generar conflicto entre cubanos, promover la chivatería, la traición, la deslealtad. Detrás de eso siempre habrá razones como que alguien le quitó la novia a otro, que uno le tiene envidia al vecino, o que alguien quiere que otro pierda su trabajo para ocupar su lugar. Eso genera frustración, división, chismes. Por eso les gusta tanto y lo promueven.
Dime tú que estás en Cuba, ¿cuántos delincuentes hay en tu barrio? Sale un opositor y lo meten preso, aparece la patrulla, el investigador, el del DTI, la moto, la cámara frente a su casa, el internet para vigilarlo, el teléfono… Todo aparece para un opositor, pero no para quien vende químico, atraca en las esquinas o pone la música a todo volumen sin dejar dormir a los vecinos. Para eso no hay policía, no hay gasolina, no hay gomas, no hay guardias, no hay uniformes. Pero para el opositor, sí. Dime tú, que estás en Cuba, si es o no así.
Sigue Humberto…
“Puede que existan personas que no trabajan y que tengan ingresos legales, como remesas, alguien que les provee de dinero o ahorros considerables. Eso es posible. Pero esa no es la generalidad. La mayoría de los que no estudian ni trabajan tienen tiempo de sobra, y son quienes en muchas ocasiones invierten ese tiempo en ser los desagradables de la comunidad, los que alteran el orden hasta altas horas de la noche. Claro, no tienen apuro en descansar. Mientras quienes trabajan quieren dormir, deben soportar la fiesta, la música y el grupo habitual de la esquina hasta las dos, tres, o cinco de la mañana. Muchos de los que no trabajan ni estudian son quienes alteran el orden público, portan armas blancas y realizan actividades económicas ilícitas, casi siempre utilizando recursos del Estado, esos recursos tan escasos que hay que cuidar cada día más”.
Así que si escuchaste esto y te vas a alinear con lo que te vende la tiranía, de que tu enemigo es tu vecino, ese que se crió contigo y que le va mejor que a ti, y que tu herramienta contra él es la frustración, la delación, la deslealtad y la traición, quiero decirte cuál es la realidad. Esa es la mentira. Tu enemigo no es tu vecino, tu enemigo es el Partido Comunista de Cuba, es la familia Castro, es toda la cúpula de esa tiranía que hace fiestas cuando le da la gana, siempre con el presupuesto del Estado y sin pedirte permiso. Alteran el orden público cuando quieren. ¿Qué es una manifestación del Primero de Mayo? Cierran las capitales del país sin pedir permiso a nadie. Ese día nadie trabaja, no hay hospitales, no hay electricidad, no hay empresas de servicios, no hay enfermería, no hay tribunales, nada. Todo cerrado para celebrar su revolución. Y todo eso lo hacen con dinero del Estado, con tu dinero, sin preguntarte.
Ellos tienen mansiones en el barrio, con recursos que nadie sabe de dónde salen, pero ahí están. Andan con cuatro carros, uno en el medio y tres a los lados, más la motorizada, cerrando la Quinta Avenida entera para pasar. Tienen gasolina, viajan en aviones privados o rentados, y dan la vuelta al mundo sin obtener ningún resultado para los cubanos. ¿Quién fue? ¿Tu vecino? No, tu vecino puede irle mejor que a ti, pero es tan víctima como tú.
Ahora, tú decides si te alineas con el partido y sigues siendo un chivato. En su momento llegará tu hora. Todos sabemos quiénes son los chivatos, y ahora más que nunca hace falta ese inventario que se hizo por municipio, para que todo el mundo sepa quiénes se prestan para esto. Que lo guarden, porque van a sufrir las consecuencias por ponerse del lado de la tiranía.
familia Castro y su mecanismo represivo del Partido Comunista de Cuba, un sistema violento y armado que lleva 65 años desgraciándonos la vida.
Así que ahora tú vas a escoger. Ellos, incluso, hacen plagio. Miren este post, y le agradezco a Ciber Cuba por permitirme utilizar una publicación de ellos. El CDR dice a los cederistas: «Mi móvil es mi fusil». ¿Recuerdan que cuando comenzamos este programa dijimos que el arma de reglamento del cubano dentro de Cuba era su teléfono? Pues ahora ellos plagian eso y dicen lo mismo. El teléfono ha sido una herramienta tan eficaz que tanto daño le ha hecho a la tiranía, porque las redes sociales y los medios de comunicación están llenos de videos de acciones represivas gracias al «arma de reglamento», el teléfono.
Ahora ellos pretenden reclutar a los que quedan a su favor, por conveniencia, miedo, apariencia o por falta de carácter, diciéndoles: «Mi móvil es mi fusil, úsalo contra los demás». Escoge tú. ¿Vas a usarlo para denunciar a la tiranía o como tu fusil para defenderla? Ahí está el dilema. Tú decides. Sabes para qué vas a usar tu teléfono. Aunque le cambien el nombre, el delito sigue siendo el mismo: oponerse a la tiranía. El culpable sigue siendo el mismo: la tiranía cubana. Y la solución sigue siendo la misma: oponerse a ella por todos los medios.
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA
