RESULTADO DEL ATENTADO CONTRA DONALD TRUMP
El sábado 13 de julio del 2024, el expresidente Donald Trump se encontraba en un evento de campaña en el Estado de Pensilvania. A pocos minutos del comienzo de su intervención, se oyeron unos disparos mientras Trump llevaba su mano hacia la oreja y se agachaba.
Evidentemente el disparo fue para matarlo, porque la bala pasó a milímetros del cerebro. Si Trump no hubiera girado su cabeza en ese instante, hubiera muerto.
Por parte de la izquierda vimos como trataron de minimizar y confundir diciendo que solo se escucharon ruidos, explosiones, interrupción de la intervención, etc. Pero nadie habló de disparos. Luego, articularon un rumor de que podía haber sido una autoagresión, y es que hay que ser muy atrevido, para decir que semejante atrocidad pudo haber sido planeada, por las propias circunstancias en las que ocurrió el hecho. No imagino a Trump diciéndole al agresor: “¡Espera que yo gire la cabeza y rózame solo la oreja! Y luego ponte donde te puedan ver para que te disparen”. A veces me pregunto dónde está el sentido común de las personas de izquierda.
Muchos han llegado a decir: ¡Qué lástima que falló! Reconociendo públicamente que la izquierda frustrada, ante la incapacidad de permanecer en el poder, utiliza la fuerza y comete crímenes. No es la primera vez en Estados Unidos y en la historia, que quien se aferra al poder, teniendo la fuerza de su lado, la utiliza para permanecer en él. Por eso, el estado no es la solución, es el problema, y todo el que quiere permanecer en el poder hará uso de violencia. Porque es el Estado quien tiene el monopolio de la fuerza, porque tiene la policía, el servicio secreto, los órganos de inteligencia y los militares.
En el incidente lamentablemente murió una persona, un hombre llamado Corey Comperatore, exbombero y padre de familia. Y precisamente fue protegiendo a su familia que perdió la vida, porque al escuchar los disparos se colocó frente a ellos como un escudo humano, mientras uno de los proyectiles lo alcanzó provocándole la muerte.
Teniendo en cuenta la distancia a la que se encontraba el agresor y sabiendo que existen diferentes niveles de seguridad, basados precisamente en esta distancia hasta el objetivo a proteger, podemos aseverar que el edificio donde se encontraba el perpetrador, estaba fuera de los anillos de protección del servicio secreto. Porque sabemos que a los expresidentes no les asignan la misma cantidad de agentes que a los presidentes, y esto contribuyó a que el área protegida fuera de menor diámetro. En todo caso, le correspondía a la policía local u otras agencias revisar dicho lugar, aunque esto también debió preverse por parte del alto mando de la seguridad.
El ingrediente imprescindible para ser una persona exitosa es el manejo de la presión, porque la humanidad por naturaleza ejerce presión sobre los que tienen éxito.
La directora del servicio secreto impuso tiempo atrás, como parte de la Agenda 2030, que, por política de igualdad, ideología de género y esas cuestiones de la izquierda que no comparto, es obligatorio tener una cuota de mujeres preparadas para prestar este servicio, pasando por encima del mérito. ¿Resultado?
Pudimos ver como las dos mujeres que aparecen como parte del servicio secreto estaban totalmente disociadas de la realidad. Una que no sabía manipular el arma, y la otra arreglándose las gafas en medio del desastre.
Puedo decir que fue una estrategia bien pensada por parte de Donald Trump escoger a J.D. Vance como nuevo vicepresidente de su gabinete. Porque ya sabe que cuenta con el voto de la comunidad cubana, por lo tanto, aunque Marcos Rubio era un buen candidato, ya no le aportaba tanto valor para la campaña como Vance. Trump escogió a Vance por conveniencia, porque este joven capta todos los votos de los republicanos de clase media, de los indecisos y, además, anula la imagen de que el Presidente Trump no escucha, que es radical, que no les da paso a sus adversarios y que no acepta críticas. Pues Vance pasó de ser un crítico de Trump, a ser el elegido por él para esta candidatura.
En mi opinión, de un lado tenemos un presidente Biden que se ha mostrado débil, enfermo, incapaz, en un contexto político muy complicado donde necesita mantener su liderazgo y su fuerza. Tiene además un candidato retador que acaba de recibir un disparo en un atentado que pudo haber sido fatal, que refuerza su fórmula con un joven senador de Ohio que lo fortalece, le da energía y votos. Esta fórmula victoriosa y ganadora lo convierte indiscutiblemente en una leyenda política. ¡Ahora verdaderamente está difícil la competencia para el Partido Demócrata!
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA