Nayib Bukele, el Presidente convertido en Dictador.
Los cubanos deberíamos, por naturaleza, desarrollar un sistema de alerta de dictadores, y a eso es lo que apunta el presidente Bukele.
Bukele, con su última intervención en El Salvador, no ha hecho otra cosa que darnos la razón a nosotros y a otros tantos que han alertado de las señales de totalitarismo, de dictadura, de intervención y de violación de la libertad individual. La primera vez que hablamos del tema, enfrentamos cuestionamientos que decían: ¿Cómo vas a decir eso, si lo que necesitamos en Cuba es un Bukele con mano fuerte, un presidente joven y súper popular? Y muchos hasta se salieron del canal por causa de mi opinión respecto a Bukele.
Y me siento en la obligación de hablar de este tema porque nuestra lucha es contra el comunismo donde quiera que esté. Pero también porque veo que la oposición cubana está llena de Bukeles, que creen que lo pueden hacer mejor que los que están hoy en el poder en Cuba. No creen que el problema está en el sistema, sino en la ejecución del socialismo. No creen que el problema está en el socialismo o en el totalitarismo, sino en que lo están haciendo mal porque son ladrones. Es verdad que son ladrones y es verdad que lo están haciendo mal. Pero la realidad es que no hay forma de hacer bien el socialismo. Entonces, por eso tenemos que hablar del presidente Bukele.
Y es que a otros dictadores también comenzaron aplaudiéndoles. A Trujillo le llamaron: «El benefactor, el padre, el excelentísimo, el mejor de todos los mejores». A Franco de manera similar. Y ni Trujillo ni Franco fueron de izquierda, eran dictadores, pero no de izquierda. Y podíamos ver hasta en sus outfits que se creían los dueños del poder absoluto. Y es que el poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe absolutamente.
Otro detalle fue la aparición de Bukele en Cadena Nacional. Todos los canales de El Salvador tuvieron que dejar de transmitir su programación y mostrar la transmisión de Bukele. O sea, cuando habla el presidente Bukele no puedes ver otra cosa en televisión. ¿De qué propiedad privada estamos hablando en El Salvador cuando el presidente decide lo que tú tienes que ver y a través de qué medio?
Está bien que tenga un alto por ciento de popularidad. Pero, el que no votó por él no está obligado a verlo en televisión. ¿Por qué tienes que ver al presidente? ¿Porque él lo decide? ¿Porque él entiende que en ese momento hay que verlo a él? Cuando habla el presidente, se acabó la propiedad privada, le toca a él. Nada más parecido a lo que hacía Fidel Castro en Cuba. Si crees que esto está bien, es porque te queda comunismo, te queda socialismo en el cerebro todavía.
Otro dato sospechoso es que China le donó una biblioteca a Bukele sin intereses. China, que está utilizando el dinero no para los chinos, sino para seguir creando infraestructuras en el mundo y dispersar su ideología comunista.
Reconocemos que ha tenido buenos resultados en materia de seguridad, es un presidente joven y atractivo que habla inglés perfectamente, empresario próspero, una joya, último modelo del 2030, pero es un dictador, que desde el teléfono manda al congreso porque el presidente de la asamblea es de su partido. Su partido es mayoría y no necesitan a la oposición.
Y vemos a un Presidente Bukele construyendo una leyenda, haciendo en televisión nacional lo que debería hacer en privado. Puso a un ministro a hacer el papel de meteorólogo, todo para centrar la atención en él mismo. Porque quiere que la gente crea que todo lo que se hace bien en El Salvador es gracias al presidente. Y eso es lo que hacía Fidel, y por eso la gente creía que, si Fidel sabía algo, entonces ya estaba resuelto. Y esto mismo es lo que hacía Chávez con Aló Presidente, lo mismo que las reflexiones de Fidel, el podcast de Díaz-Canel, por supuesto, Díaz-Canel sin ningún resultado. El presidente Bukele, con mucha más preparación, con otra mentalidad, con propiedad privada en El Salvador, pues los resultados seguramente serán diferentes, pero queda demostrado que hoy Bukele es el nuevo Raúl Castro, porque tiene todos los poderes.
es por un bien colectivo. Pero eso es violación de propiedad privada, a la que ellos llaman propiedad individual en el socialismo. Y Bukele, haciendo ver que es emergencia nacional se aprovecha para tomar todo tipo de facultades. No solo eso, también queda como el salvador Bukele que libró al pueblo del dengue.
Ya todos sabemos la figura que se construye con estas acciones y repito, hay personas en la oposición cubana lavándose, cepillándose los dientes, preparándose para presentarse ante una posible Cuba Libre a vender acciones como esta. Sería un estado fuerte que pueda hacer estas cosas, violando las libertades individuales, gastando presupuesto del estado, violando también la propiedad individual. Porque por un bien colectivo estás obligado a abrir la puerta. ¿Y el que tiene hijos alérgicos y no quiere que fumiguen su casa? No importa, usted tiene que hacer lo que el Presidente diga.
Por la forma en la que se comunican los ministros con el Presidente Bukele vemos los mismos rasgos que tenían las conversaciones de los ministros cubanos con Fidel, “Como usted dijo, gracias a usted, su mente brillante nos ha alumbrado” Eso es culto a la personalidad. ¿Cuándo tú has visto en un país desarrollado a un ministro dando cuentas? Si el presidente le tiene que decir al ministro lo que hay que hacer, ¿para qué quiere un ministro?
Y con el tiempo veremos lo mismo que en Cuba. Porque la naturaleza del Estado es corrupta. En el libre mercado no hay corrupción. La corrupción existe cuando hay concesión, cuando hay contrato, cuando hay gasto público, cuando hay derecho de uso. Ahí es que hay corrupción. La corrupción es cuando el estado tiene el poder económico. Porque entonces quien está en el estado es un funcionario que quiere billete, quiere tanto dinero como el que tiene poder económico y se lo quita a cambio de favores políticos, concesiones, autorizaciones, legalizaciones o licencias. Eso es corrupción.
Y la intervención más preocupante de Bukele fue la que hizo respecto a la crisis de los precios de los alimentos y cito: “Pero también hemos identificado abusos. Y si bien algunos de estos abusos solo pueden recaer en multas o sanciones administrativas, yo quiero recordarles a los señores importadores, mayoristas, distribuidores y comercializadores de alimentos que están haciendo estos abusos con la confianza de que no hay sanción penal por abusar de la gente. Pero yo les quiero recordar a todos ellos que saben que están también fichados por evasión fiscal, por sobornos, por pasar alimentos en contrabando, por meter alimentos en puntos no fronterizos sino en puntos ciegos, por sobornar agentes de aduanas, por declaraciones falsas. Esas sí son penales.” Es decir, el presidente de la república tiene conocimiento de que hay evasión fiscal, de que hay adulteración de procedimientos comerciales, de que se pasan productos por lugares no permitidos, de que hay evasión de aranceles, tiene conocimiento y sabe de empresarios que están fichados y no los pone a disposición de los tribunales. Entonces, usa esa información para chantajear. Es un chantaje cínico, vulgar, a los empresarios de El Salvador, sea quien sea. Yo no tengo negocio en El Salvador, pero él está diciendo ahí: ustedes están ganando mucho y ustedes están fichados y están ganando mucho porque una multa no es suficiente, pero ustedes están fichados con cosas que son penales. ¿Y por qué no están presos si han violado la ley? ¿Por qué no están presos? Ah, para guardar el expediente para cuando le haga falta. Eso es lo que hace un comunista, eso es lo que hace un dictador: te deja correr hasta que le haga falta y te lo cambia por un favor político. ¿Quién nos dice a nosotros que eso no se ha hecho con empresarios? ¿Les ha dicho: tienes que votar por mí si no te saco todo esto?
El presidente tiene poder absoluto. Lo que pasa es que estaba tan ocupado con las pandillas que no podía atender otros delitos. ¿No hay justicia, ni fiscales, ni jueces, ni abogados, ni auditores, no hay colectores de impuestos, no hay nada? Parece que cuando el Presidente se gira hacia algo, todos tienen que girarse con él. Y el presidente, que tiene el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial bajo su mando, está diciendo ahora que va a controlar al empresariado porque él entiende que es justo. Y vimos sus palabras, gestos, posturas, todas de dictadores. Porque él cree que sabe cuál es el precio justo, sin tener en cuenta el mercado, el consumidor, la oferta y la demanda. Él, Nayib Bukele, va a decidir lo que es justo o no en cada empresa. Esto es control de precios.
¿Ese es el presidente que tú quieres? ¿Tú, cubano, que quieres libertad para Cuba? ¿Tú quieres un Bukele para Cuba? ¿Tú lo quieres? Yo no. Este es peor que Díaz-Canel, se viste mejor, habla mejor, habla inglés, se reúne con Milei, lo recibe Trump, va a las Naciones Unidas, el mundo lo aclama como el salvador de la seguridad en El Salvador. No, este es peor que Díaz-Canel. Porque este vendría siendo el Raúl Castro de Cuba en el Salvador. Y así se va a querer quedar, chantajeando empresarios porque tiene su ficha. ¿Y por qué no procede con la ficha? ¿Por qué no mete preso a quien ha cometido delitos? Ah, porque cuando le haga falta le va a sacar la ficha. ¿Te imaginas a Bukele con 30 años de poder?
Puro comunismo. ¿Y por qué el presidente Bukele habla como hablaba Chávez, Fidel, Raúl y Maduro? ¿Por qué habla así con esa prepotencia, con esa fuerza? Amenazando a los empresarios con quitárselo todo si no obedecen. Porque tiene el monopolio de la violencia, porque tiene la policía, porque tiene el ejército, porque tiene las balas, porque tiene los cañones. Porque el poder radica en la punta del cañón. El que tiene las armas tiene el poder.
Ya sabemos todas las consecuencias de eso, de la prole, las masas gritando y aplaudiendo a su caudillo mientras gritan: “Sí, quítaselo, repártelo entre nosotros que somos pobres”. Son unos ladrones insensibles, que todo se los roban. Y ya sabemos las consecuencias: el hambre, la miseria, el desabastecimiento, la inflación. Todo eso le espera a El Salvador después de esta comparecencia.
Sigan creyendo en mariposas de colores, sigan leyendo novelas de Corín Tellado. Son bonitas, a veces te hacen llorar. Duermes tranquilo, creyendo que hay un mundo así. Esta es la dura realidad: el presidente Nayib Bukele puede hacer, decir, decidir y ejecutar lo que quiera en El Salvador. Porque tiene las armas y todos los poderes se concentran en su persona. Llegó hasta ahí por las urnas, pero ahora no lo podrán sacar.
MANUEL MILANES Consejo Para la Guerra Anticomunista CPGA