En Santiago de Cuba, Varadero y Amancio Rodríguez en Las Tunas, en todo el país funciona una oligarquía corrupta que maneja la economía como pequeños feudos. Todos dicen ser comunistas, pero en realidad utilizan sus redes de influencia para aplastar a los honestos y mantenerse en el poder. Esa es la conclusión que saca el empresario Manuel Milanés al realizar sendas llamadas telefónicas a funcionarios del régimen castrista que deciden qué negocios pueden abrir y cuáles no.
“Lo que pedía Fidel hace 60 años”, recuerda Milanés, haciendo alusión a los discursos donde se promovía la austeridad y el desinterés material. La idea de que no se exhibieran diferencias materiales entre los cubanos ha sido olvidada. Hoy, el desafío en la isla parece ser mostrar quién ostenta más lujos. Mientras el pueblo vive con restricciones, los hijos de los comandantes generales compiten en ostentación. Ya no se conforman con lo básico; ahora buscan marcas de lujo como Audi y Mercedes.
En Santiago de Cuba, Milanés destaca a Luisito, un personaje que ha acumulado riquezas a través de la «chivatería», es decir, de la delación y la colaboración con el régimen. En un país donde el trabajo duro rara vez es recompensado como se merece, la corrupción y los contactos con el régimen parecen ser la llave del éxito.
La corrupción no se limita a una ciudad. En Varadero, se evidencia el favoritismo: el único kiosco que se mantiene en pie pertenece a un familiar de una figura política relevante. Y en Santiago de Cuba, la misma policía parece desconocer a quienes amasan fortunas.
El anticomunista Milanés critica la corrupción inherente a un sistema donde el Estado tiene un poder desmedido. «Donde hay un estado grande, hay corrupción grande», afirma. En cambio, argumenta que la propiedad privada y el libre mercado minimizan la corrupción, ya que nadie tiene incentivos para robarse a sí mismo.
El también creador del Consejo para la Guerra Anticomunista (CPGA), invita a su audiencia a explorar más sobre esta temática en su video. «Con internet, debemos hacer estos resúmenes y demostrar que en menos de una hora lugares como Varadero, Amancio Rodríguez y Santiago de Cuba están expuestos», concluye.
