En un gesto que une fe, lucha y compromiso, el influencer Manuel Milanés presentó a su comunidad un emotivo video donde su voz revela su profunda devoción hacia Virgen de la Caridad, la Patrona de Cuba.
Abriendo con la evocación a la «Inmaculada Madre de Dios», Milanés, empresario y filántropo, hizo un llamado a la Reina de los cielos y Madre de misericordia, resaltando la necesidad de refugio y guía en los tiempos complejos que vive Cuba. Su entrega es total, tanto a la divinidad como a su tierra natal.
“Inmaculada Madre de Dios, Reina de los cielos, Madre de misericordia, abogada y refugio de los pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y siempre en vuestras manos para que sea consagrado a Jesús”, escribe el destacado youtuber.
Inmaculada Madre de Dios, Reina de los cielos, Madre de misericordia, abogada y refugio de los pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y…
— Manuel Milanes (@mmpizonero) September 8, 2023
El anticomunista muestra un lado espiritual que busca ser reflejo y guía para aquellos que, como él, quieren ver a Cuba libre. El influencer presenta un corazón que, aunque pertenece a Jesús, está lleno de un ardor que lucha por la justicia y la libertad.
El acto simbólico de ofrecer su corazón, en presencia celestial, manifiesta la convicción de Milanés en que la unidad y el compromiso pueden llevar a Cuba hacia un futuro de prosperidad y libertad. Su reconocimiento a la Virgen, se extiende también a figuras como San José, sugiriendo una conexión entre la santidad, el sacrificio y la lucha contra la opresión.
Como filántropo y líder en su comunidad, Milanés se posiciona, una vez más, como un referente no solo político, sino espiritual. Invita a todos a sumergirse en su visión, uniendo fe y acción, para el bienestar de la nación cubana.
El mensaje final es claro: la lucha por la libertad, guiada por una fe inquebrantable, puede superar cualquier obstáculo. Manuel Milanés, con su fe y determinación, es un testimonio vivo de ello.