El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba ha emitido un comunicado oficial revelando la detección de una red de tráfico de personas operando desde Rusia, con el objetivo de reclutar ciudadanos cubanos para participar en el conflicto bélico entre el Kremlin y Ucrania.
La revelación, hecha a través del sitio web de la cancillería cubana, deja entrever que el Ministerio del Interior y por defecto el gobierno dictatorial de Miguel Díaz-Canel se hizo el de la «vista gorda» o actuó de manera lenta para neutralizar y desarticular esta red.
La declaración se produce, luego de la denuncia del influencer Manuel Milanés en su canal de YouTube; donde desenmascaró, con pruebas aportadas por Alain El Paparazzi Cubano, como jóvenes cubanos eran reclutados por agentes rusos para combatir en el conflicto de Ucrania.
Los cubanos afirman haber sido entrenados y destinados al combate en lugar de las labores de reconstrucción prometidas.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, se ha pronunciado al respecto a través de su perfil oficial de Twitter, publicando con la ironía que nadie que cree, que Cuba se enfrenta a «operaciones de trata de personas con fines de reclutamiento militar». No obstante, el comunicado parece exonerar al gobierno de Miguel Díaz-Canel y a los órganos de Seguridad del Estado de cualquier responsabilidad, sugiriendo desconocimiento de estas actividades.
Cabe destacar la incongruencia en esta situación, ya que el régimen que ha gobernado Cuba desde 1959 ejerce un control estricto sobre todos los aspectos de la vida en la Isla, incluyendo los asuntos económicos, políticos y sociales. Resulta difícil de pensar que una operación de tráfico internacional de personas de esta magnitud pueda llevarse a cabo sin el conocimiento de las máximas autoridades cubanas.
Además, este incidente podría poner en peligro los históricos vínculos entre La Habana y Moscú. Las estrechas relaciones entre ambos países podrían verse afectadas si se descubre que ciudadanos cubanos están siendo reclutados para unirse al ejército ruso en el conflicto en Ucrania. Esta situación plantea interrogantes sobre cómo esta operación pasó desapercibida durante tanto tiempo y si el régimen cubano tenía conocimiento de dicha actividad.
El gobierno cubano y la comunidad internacional están atentos a los desarrollos futuros relacionados con esta red de tráfico de personas. Las implicaciones políticas y diplomáticas podrían ser significativas, especialmente considerando la importancia que el presidente ruso Vladímir Putin ha dado a la guerra en Ucrania desde principios de 2022. Con las autoridades cubanas tratando de desligarse de la responsabilidad, la atención se centra en la investigación en curso y en las posibles repercusiones en las relaciones internacionales.