El influencer y empresario Manuel Milanés explico las maniobras del gobierno cubano para evitar pagar la deuda del Club de París.
Altos representantes de 14 naciones pertenecientes al Club de París, un foro internacional de acreedores, se reunieron con representantes del Gobierno cubano en La Habana en un esfuerzo por abordar la creciente crisis de impagos por la que atraviesa la Isla y encontrar una solución que permita a ambas partes establecer un nuevo plan de pagos que sea aceptable y viable.
El copresidente del Club de París, William Roos, presentó un proyecto a la administración de Miguel Díaz-Canel en busca de una solución colaborativa. Sin embargo, fuentes indican que este proyecto fue aparentemente rechazado por las autoridades cubanas. A pesar de este contratiempo, las negociaciones continúan en curso con el objetivo de lograr un acuerdo que resulte beneficioso tanto para Cuba como para los acreedores internacionales.
El Ministro de Inversión Extranjera y Cooperación de Cuba, Ricardo Cabrisas, justificó los impagos de su gobierno haciendo referencia al embargo comercial, las sanciones de Estados Unidos, la inclusión de Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo y los impactos de la pandemia. Cabrisas ratificó la determinación del gobierno comunista de cumplir con sus obligaciones en cuanto las condiciones económicas lo permitan.
La Isla caribeña, altamente dependiente de las importaciones y enfrentando dificultades para la producción local, se encuentra en riesgo de incumplir sus pagos por cuarto año consecutivo con el Club de París, grupo compuesto por 22 naciones. En un intento por abordar esta situación, en 2015 el Club de París condonó a Cuba 8.500 millones de dólares de la deuda total de 11.100 millones, la cual se había acumulado desde el impago en 1986. Como parte del acuerdo, Cuba se comprometió a realizar pagos anuales hasta el año 2033.
Sin embargo, la combinación de factores como la caída del turismo debido a la pandemia, la gestión económica cuestionada del gobierno y la fuga de capitales ha reducido en aproximadamente un 50 % la entrada de divisas al país. Esta disminución ha generado dificultades en el cumplimiento de las obligaciones financieras asumidas en el acuerdo de 2015 con el Club de París.
Las conversaciones actuales reflejan la urgencia de encontrar una solución viable para ambas partes, en medio de desafíos económicos y financieros persistentes. A medida que las negociaciones continúan, se espera que las partes trabajen en conjunto para superar los obstáculos y establecer un plan de pagos que pueda ser sostenible y efectivo en el largo plazo.
