El empresario cubano Manuel Milanés denunció como los comunistas construyeron un gigantesco mausoleo cual faraones caribeños para enterrar a los muertos de la familia real, mientras el pueblo cubano no tiene ni para comer. La evidencia proporcionada por la propia dictadura pone de manifiesto lo corrupto y ladrones que son.
La dinastía militar de los Castros no escatima en recursos para ceremonias funerarias extravagantes y exclusivas, trasladando en aviones y helicópteros privados a decenas de miembros de la alta cúpula hasta la cima de una loma en oriente donde está ubicado el mausoleo la II Frente Oriental Frank País.
Ahora, al lado de la tumba que espera al tirano Raúl Castro, se enterró a Luis Alberto Rodríguez López Callejas, quien fuera el todopoderoso presidente de Gaesa, y al militar Julio Casas Reguiero, ministro de la FAR y muerto hace casi 11 años.
El derroche se los farones militares, incluso después de muertos, se da mientras el pueblo cubano tiene que enterrar a sus muertos en un carretón de caballo, pues no hay carros fúnebres y tampoco ambulancia para una urgencia médica.
Para el luchar anticomunista la actualidad refleja el grado de desconexión entre la cúpula de la tiranía y el pueblo, lo cual es una buena noticia, pues así los comunistas están cavando su propia tumba. No está lejos el día en que el pueblo se rebele definitivamente y para eso hay que estar preparado para desde el exterior ayudar a que no se frustre la insurrección como pasó el 11 de julio.
En su análisis crítico, Milanés también aborda la apropiación de espacios naturales y la manipulación de la realidad en torno a algunos proyectos para el beneficio de la élite. A través de ejemplos concretos, denuncia la corrupción y el abuso del poder que han caracterizado al régimen castrista.
Con tres generaciones de miembros de la familia Castro y sus allegados en puestos de poder, Milanés deja en claro la existencia de una Dinastía feudal que se ha perpetuado mediante la cercanía con altos cargos militares.
