Desde hace décadas, China despliega una política de conquista de las naciones del tercer mundo para competirle a Estados Unidos y ser la primera potencia global económica y militarmente.
Sin embargo, en todo ese periodo de expansión no ha tirado un solo disparo, su estrategia se centra en préstamos impagables para los deudores, toma de infraestructuras claves y peticiones de apoyo diplomático en organismos internacionales por parte de esas naciones como una forma de cobrar el dinero y bases de espionaje para sacar ventaja sobre EEUU.
En los últimos años, el país asiático ha prestado más dinero a los países en desarrollo, especialmente en África, que el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y todos los demás gobiernos del mundo juntos. De acuerdo con el periodista Emmanuel Rincón, en 2018, China ofreció a África 60.000 millones de dólares en financiamiento.
La peligrosa influencia de China en las naciones del tercer mundo y los organismos multilaterales
La influencia de China se ha multiplicado en los últimos años, el país asiático ha prestado más dinero a los países en desarrollo —una gran mayoría ubicados en África— que el Banco… pic.twitter.com/XFUvoqwjQz
— Emmanuel Rincón (@EmmaRincon) June 9, 2023
Expertos afirman que el 60% de los préstamos chinos se conceden con menos garantías, pero con tasas de interés más altas y plazos de vencimiento más cortos, lo cual hace imposible que los deudores paguen. En América Latina, los países con gobiernos populistas también han pedido préstamos a manos llenas a los chinos y luego han tenido que pagar cediendo el control de obras de infraestructuras nacionales. Se estima que la deuda del mundo con China ya supera los 5 billones de dólares, lo que equivale al 6% del PIB mundial.
En el caso de Cuba, China es su segundo socio comercial. Según datos oficiales publicados por la cadena china CGTN, en 2020 China exportó 483 millones de dólares a Cuba. Los principales productos exportados hacia la Isla fueron legumbres secas, motores de combustión, pantallas de vídeo y estructuras de hierro. Los equipos electrodomésticos que a la fuerza fueron vendidos a los cubanos por Fidel Castro a partir de la llamada «revolución energética» como refrigeradores, televisores, hornillas eléctricas, también forman parte de la deuda con china. Durante los últimos 25 años, el comercio internacional entre China y Cuba ha aumentado a una tasa media anual de alrededor del 4.89%.
Como es usual en la mayoría de las relaciones comerciales bilaterales de Cuba, hay una balanza negativa, pues desde la Isla hay pocos productos que venderle a China. Luego, lo único que queda para ofrecer es la soberanía nacional en forma de cesión de territorios para, por ejemplo, crear una base de espionaje. La ubicación geográfica de Cuba es perfecta para que se intercepten comunicaciones del ejército estadounidense y se monitoree todo el tráfico marítimo en el sudeste de EEUU, tal y como reveló un reciente artículo en el diario The Wall Street Journal (WSJ).
Las fuentes de inteligencia estadounidenses revelaron al WSJ que el interés de China se detectó hace varias semanas y que las negociaciones entre los chinos y la cúpula castrista están en curso.
Este desarrollo ha generado alarma en la Administración de Joe Biden, ya que China es su principal rival sistémico y una instalación china con capacidades avanzadas representaría una amenaza sin precedentes.
La idea de una base china en Cuba evoca los momentos donde la URSS tenía la base de espionaje Lourdes, en las afueras de La Habana, muy cerca de lo que en la actualidad es la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) que sigue funcionando como una base de espionaje al menos para monitorear las conversaciones de los cubanos en las redes sociales.
La penetración soviética en los tiempos de la Guerra Fría tuvo su punto de máxima tensión en la Crisis de los Misiles en 1962, cuando los rusos instalaron ojivas nucleares apuntando hacia EEUU.
Más de 50 años después, Cuba vuelve a desafiar a EEUU, vendiéndose al mejor postor (China) para permitir una base de espionaje radio electrónico con toda la tecnología que han desarrollado los asiáticos.
