La más reciente estafa perpetrada por Etecsa, el monopolio de las telecomunicaciones en Cuba, ha desatado una ola de indignación, pues cerca de 70 mil cubanos han visto bloqueados sus saldos en las tarjetas propias, tras un supuesto cambio en la plataforma tecnológica.
Según una publicación en el portal oficialista Cubadebate, numerosos afectados han expresado su frustración en redes sociales, denunciando que, al marcar el número de cuenta de su tarjeta con saldo, se les informa de un número incorrecto. “Miles de pesos quedan en el limbo, y a pesar de las reclamaciones realizadas, no se han recibido respuestas por parte de la empresa estatal”, indicó en las redes sociales cubano afectado por la estafa.
El problema, surgido a raíz de un «cambio en la plataforma tecnológica» que sustenta las bases de datos de las tarjetas propias, ha estado presente desde el pasado 4 de mayo, fecha en la cual Etecsa anunció la finalización de la modernización de su infraestructura informática. En ese entonces, se aclaró que las tarjetas habilitadas podrían seguir utilizándose con normalidad.
Aunque se vislumbra una solución, los usuarios afectados deben enfrentar un arduo proceso de reclamación para recuperar el control de sus tarjetas propias y, con ello, el dinero recargado en sus saldos. El Departamento de Comunicación Institucional de Etecsa ha instruido a los usuarios a reportar cualquier problema a través de los canales de atención establecidos, proporcionando sus datos para que los especialistas revisen cada caso y brinden una solución.
El servicio de Propia fue lanzado en el año 2002, en una época en la que la telefonía fija, particularmente los teléfonos públicos, era la principal vía de comunicación. Con esta modalidad, los usuarios podían realizar llamadas locales y de larga distancia marcando el número de su tarjeta, mientras el costo se descontaba de su saldo principal. Aunque el uso masivo de las tarjetas propias ha disminuido con la expansión de los teléfonos celulares, aún son de gran utilidad para ciertos segmentos de la población, como aquellos cumpliendo sanciones penitenciarias o prestando servicio militar obligatorio (SMA).
Precisamente en estos casos, en los que los afectados no pueden presentar personalmente sus quejas en las oficinas de Etecsa, un familiar puede hacerlo en su nombre, proporcionando los datos de la serie de la tarjeta o incluso llevando la tarjeta en cuestión para tramitar la reclamación.
El proceso de reclamación implica que las sucursales de Etecsa en el interior del país envíen la queja a un grupo de expertos en La Habana, quienes son los únicos autorizados para actualizar el registro en la nueva plataforma y, eventualmente, desbloquear el saldo.
Es probable que Etecsa se quede con miles de pesos pertenecientes a usuarios que ya no residen en el país o que no están dispuestos a enfrentar los engorrosos trámites burocráticos para recuperar el control de una tarjeta que posiblemente ya no utilizan.
