Los economistas están preocupados por la industria inmobiliaria comercial, valorada en 20 billones de dólares, al igual que el CEO de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, quien advirtió en la reunión de accionistas de su empresa, que la crisis bancaria regional está teniendo un efecto negativo en los préstamos para bienes raíces comerciales.
¿Qué está sucediendo? «Siempre hay consecuencias inesperadas», dijo Dimon, utilizando el argot de Wall Street. «En este caso, las consecuencias probablemente afectarán al sector inmobiliario. Habrá ciertas ubicaciones, ciertas propiedades de oficinas, ciertos préstamos de construcción. Podría ser muy aislado; no afectará a todos los bancos».
Las valoraciones de propiedades de oficinas y comerciales han estado cayendo desde que la pandemia provocó una disminución en las tasas de ocupación y cambios en la forma en que las personas trabajan y compran. Los esfuerzos de la Reserva Federal para combatir la inflación mediante el aumento de las tasas de interés también han perjudicado a la industria dependiente del crédito.
Las recientes tensiones bancarias han empeorado significativamente la situación. Los préstamos a desarrolladores y administradores de bienes raíces comerciales provienen en su mayoría de bancos pequeños y medianos, donde la presión sobre la liquidez ha sido más severa. Según los economistas de Goldman Sachs, aproximadamente el 80% de todos los préstamos bancarios para propiedades comerciales provienen de bancos regionales.
«Ya estamos viendo un endurecimiento del crédito porque la forma más fácil para un banco de conservar capital es no hacer el próximo préstamo», dijo Dimon.
Los cambios regulatorios realizados en respuesta al colapso de Silicon Valley Bank y Signature Bank también llevarán probablemente a que los bancos pequeños restrinjan el acceso a su crédito, afirmó.
Según Dimon, a medida que el capital se estreche, las tasas podrían subir aún más. «Creo que todos deberían estar preparados para que las tasas suban a partir de aquí», dijo.
Según la herramienta CME FedWatch, casi el 85% de los inversores están considerando una pausa en el aumento de las tasas de interés en la próxima reunión de la Reserva Federal.
¿Qué más? Se avecina una crisis del límite de la deuda en Estados Unidos, los bancos regionales aún enfrentan su propia turbulencia y las predicciones de recesión son frecuentes. Sin embargo, Dimon, posiblemente el ejecutivo más poderoso de Estados Unidos, parecía bastante tranquilo al respecto el lunes.
Dimon, quien lidera el banco más grande del país, se mostró optimista con una camisa sin corbata mientras respondía preguntas de los inversores. Incluso entró al escenario al ritmo de la música de Rocky.
Además, Dimon, de 67 años, habló con franqueza sobre sus planes de sucesión. Si bien hay muchos candidatos internos calificados y competentes para ocupar su puesto, dijo que no tiene planes de renunciar en el corto plazo.
«Todavía amo lo que hago», dijo a los inversores el lunes. «Sé que no puedo hacer esto para siempre. Mi intensidad es la misma. Creo que cuando no tenga esa intensidad, debería irme». Con una dedicación inquebrantable, Dimon continúa navegando por el incierto panorama de la industria inmobiliaria comercial.
