Las marcas chinas de vehículos eléctricos (EV) se están convirtiendo en un contenedor serio en el mercado global. Con tecnología de rápido desarrollo y precios competitivos, están comenzando a competir con marcas occidentales y japonesas establecidas. Las marcas chinas de vehículos eléctricos combinan centros de investigación y diseño en Estados Unidos y Europa con fábricas en China.
Una de las marcas chinas de vehículos eléctricos más exitosas es BYD Auto, propiedad del fabricante de baterías BYD Co. Superaron a Tesla en ventas totales en 2022 con 1,9 millones de vehículos, la mitad de los cuales eran híbridos de gasolina y electricidad, mientras que la flota de Tesla es puramente eléctrica.
BYD Auto tiene asociaciones con cadenas de concesionarios en Gran Bretaña, Suecia, Alemania y los Países Bajos. La compañía dice que también ha entregado automóviles en Bélgica, Dinamarca y Austria. Tiene un acuerdo con la empresa de alquiler europea SIXT que, según BYD, generará ventas de hasta 100.000 vehículos en los próximos seis años.
Otros exportadores chinos de vehículos eléctricos ambiciosos incluyen a NIO, Zeekr de Geely Group y Ora, una unidad del fabricante de SUV Great Wall Motors. Algunos compiten por el precio, mientras que otros enfatizan el rendimiento y las características, ejerciendo presión sobre las marcas premium occidentales y japonesas.
Las marcas chinas de vehículos eléctricos están desarrollando vehículos eléctricos para competir sin subsidios, ya que Beijing transfiere la carga a la industria al exigirles que obtengan créditos para vender electricidad. Los precios comienzan desde 100.000 yuanes (14.500 dólares) para un SUV compacto con un alcance de 400 kilómetros (250 millas) con una sola carga. Las marcas chinas son una “competencia seria”, según David Leah, analista de GlobalData. Tienen «tecnología de batería más competitiva» y pueden «lograr mayores economías de escala».
Las marcas chinas de vehículos eléctricos tienen miedo de ingresar al mercado de los Estados Unidos debido a las tensiones políticas, que dificultan el lanzamiento de una empresa china, ya sea un vehículo eléctrico o de otro tipo. Sin embargo, BYD Auto ha estado en los EE. UU. durante una década, la venta de autobuses de tránsito a batería en una fábrica al noreste de Los Ángeles. Están “todavía en el proceso” de decidir si vender SUV y sedanes a los estadounidenses, dijo la compañía en una respuesta por escrito a las preguntas.
La sala de exhibición de BYD Auto en Yokohama, que abrió el 2 de febrero. 2, está rodeado de concesionarios de marcas establecidas como Toyota, Nissan, BMW, Volkswagen y Chevrolet. Los clientes japoneses han recibido a BYD Auto con los brazos abiertos, y la compañía planea tener 100 salas de exhibición para fines de 2025. Su sedán Dolphin y Seal llegarán al mercado japonés este año. La compañía dice que también ha exportado unos 4.000 ATTO 3 a Australia.
Osamu Furukawa, que dirige OZ Co., una empresa que convierte modelos clásicos a gasolina en eléctricos, dice que su vehículo favorito es un SUV a batería de BYD Auto. Pidió un ATTO 3 cuando salió a la venta el 1 de enero. 31, por sus características fáciles de usar y su atractivo precio de 4,4 millones de yenes (33.000 dólares), o aproximadamente una cuarta parte menos que un Tesla. “Es perfecto”, dijo Furukawa en su oficina en Yokohama, al suroeste de Tokio.
Las marcas chinas de vehículos eléctricos son cada vez más populares debido a sus precios competitivos, tecnología avanzada y características de alta calidad. Con la ambición de expandirse aún más en el mercado global, no pasará mucho tiempo hasta que las marcas chinas de vehículos eléctricos sean nombres familiares en todo el mundo.
