El 9 de marzo la sesión en Wall Street abrió con una noticia impactante: el banco Silicon Valley Bank anunciaba una desesperada ampliación de capital para cuadrar sus cuentas. Aunque este banco es relativamente desconocido fuera del ecosistema Startup, es vital para este tipo de empresas.
Silicon Valley Bank ya llevaba meses realizando movimientos para cubrirse de los tiempos que vienen. Resulta que las Startups son empresas muy innovadoras, pero poco rentables, por lo que dependen de la deuda para subsistir. Si suben los tipos de interés, la deuda se encarece, por lo que el riesgo de quiebra es mayor.
Es por esto que SVB llevaba ya meses tomando medidas como la venta de 2.500M$ en acciones para cuadrar su balance etc, pero ayer tomó una medida desesperada, y se desplomó en bolsa.
Además, cuando esta noticia se supo, muchos propietarios de fondos de inversión en Startups como Peter Thiel (fundador de PayPal y Palantir), obligaron a sus empresas en cartera a retirar sus depósitos de SVB, lo que agravó la situación, haciendo caer más de un 60% al banco.
El rojo se extendió rápidamente al resto de empresas del sector, ya que muchos inversores extrapolaron lo sucedido en SVB y decidieron vender para protegerse. El sector financiero siempre pende de un hilo y está muy correlacionado con cualquier noticia mínimamente sensible.
¿El resultado? Primero los bancos americanos cayeron mucho y los europeos hicieron lo propio a la jornada siguiente. Pero, si no tienen que ver nada con las Startups, ¿es una oportunidad para invertir? ¿Es una oportunidad invertir ahora en el sector financiero?
De acuerdo con varios analistas, el sector de la banca tiene una (merecida) mala fama de que hoy puede ir todo bien y mañana está todo en llamas. Ver como, no solo Silicon Valley Bank, sino bancos como Credit Suisse tener problemas, es algo que no inspira mucha confianza a los inversores, explican varios analistas.
Aunque por definición los bancos se beneficien de tipos de interés altos, pues pueden prestar ese dinero a un interés mayor, en la práctica todo es diferente. Si hay una recesión fuerte, pocas personas solicitarán préstamos, por lo que por muy altos que estén los intereses, no habrá clientes.
Los bancos son empresas demasiado dependientes, no solo de su management y de su negocio, sino también del panorama macro y comportamientos de la competencia.