Importantes economistas concluyeron que la Reserva Federal de los Estados Unidos se enfrenta a desafíos significativos para reducir la inflación sin afectar seriamente la actividad económica y aumentar el desempleo, lo que podría hacer que no alcance su objetivo de inflación del 2% en los próximos años.
La investigación, que revisó más de 16 episodios de desinflación de los bancos centrales de EE. UU., Alemania, Canadá y el Reino Unido, descubrió que no hubo un caso en el que la desinflación inducida por el banco central no haya ocurrido sin una recesión.
Los autores incluyen al ex economista principal del Banco de Pagos Internacionales, Stephen Cecchetti, el economista jefe de J.P. Morgan, Michael Feroli, y el exgobernador de la Fed y colaborador de investigación a largo plazo con el expresidente de la Fed, Ben Bernanke, el profesor de la Escuela de Negocios de Columbia, Frederic Mishkin.
Aunque los resultados fueron rechazados por algunos funcionarios de la Fed, como Loretta Mester, la presidenta de la Fed de Cleveland, que argumentó que las recesiones asociadas con la desinflación pasada pueden haber sido el resultado de que los bancos centrales endurecieron la política más de lo necesario, los formuladores de políticas deben estar atentos a los efectos retardados de las acciones políticas a medida que reducen la inflación.
Con los datos más recientes que muestran un aumento inesperado en la inflación, la medida preferida de la Fed, el índice de precios de gastos de consumo personal, se plantea la pregunta de si la Fed está retrasada en su lucha contra la inflación.
Mientras tanto, algunas estimaciones sugieren que la tasa de desempleo, que actualmente está en un mínimo de más de cinco décadas del 3,4%, puede tener que acercarse al 7% para que la inflación caiga en una meta razonable.
