Después de un año bastante movido en el que cambiaron de CEO y comenzaron a recuperarse de la pandemia, los ingresos de Disney llegaron con señales mezcladas. Vamos por partes: las ventas subieron un 7.8% para llegar a los $23,500 millones de dólares, impulsados principalmente por un crecimiento del 21% en el área de parques que consiguió $8,740 millones de dólares. Pero su piedrita en el zapato sigue siendo ESPN, cuyos ingresos cayeron un 16% para quedar en $1,260 millones.
Bob Iger volvió de su retiro para enderezar el barco que su aprendiz, Bob Chapek, desvió. El objetivo del director es reducir $5,500 millones de dólares en costos. ¿Cómo lo hará? $3,000 millones saldrán del presupuesto para películas y televisión, así como de áreas no relacionadas al contenido, y el despido de 7,000 empleados. A su vez, reestructurará Disney en tres partes: entretenimiento —series y pelis—, ESPN —deportes— y parques —cruceros y merch—.
Una de las principales razones detrás del regreso de Iger fue el mal desempeño de Disney+ en la guerra del streaming. El ejecutivo detectó que el problema fue que priorizaron el crecimiento de suscriptores por encima de la rentabilidad, por lo que para los meses que siguen el enfoque será distinto. En este último trimestre perdieron casi 2.4 millones de suscriptores, aunque esto se debió principalmente a que perdieron los derechos de transmisión de cricket en la India.