El mercado inmobiliario de Estados Unidos ha sido una película de terror durante la última media década.
Primero, la oferta limitada y las bajas tasas de interés crearon un mercado de vendedores para toda la vida, que culminó en una locura absoluta en 2021.
Luego, las tasas de interés se dispararon, lo que llevó a un estado de purgatorio en el que nadie compra casas porque son demasiado caras, nadie las vende porque quiere que sean más caras y los constructores tienen menos confianza para construir casas nuevas. Y ahora, otro giro en la trama.
Las tasas de interés promedio cayeron al 6,09 % esta semana, frente al 6,95 % de noviembre, y el mercado (más o menos) está comenzando a calentarse, según The New York Times.
Las ventas de viviendas nuevas aumentaron un 2,3% entre noviembre y diciembre de 2022. Pero las ventas de viviendas existentes cayeron un 1,5%, marcando la undécima caída mensual consecutiva. Una economista de Zillow le dijo al NYT que, si bien espera que las continuas caídas de las tasas de interés atraigan a más compradores, es probable que los precios de las viviendas experimenten una disminución mínima.
Los expertos sugieren que una tasa de interés del 5,5 % sería un rango de Ricitos de oro, cómodo para vendedores y compradores.
Entonces, ¿es eso un final feliz? Potencialmente. Excepto que los temores de recesión pueden estropearlo. Una mala economía probablemente mantendría el mercado de la vivienda en el limbo, por lo que la industria de bienes raíces desea desesperadamente el «aterrizaje suave» económico que está intentando la Fed.
En cuanto a los inquilinos: después de grandes aumentos a nivel nacional, varios mercados importantes están experimentando ligeras disminuciones en los alquileres mensuales.
