En el 2019, la estancia de Evo Morales como asilado político en la Argentina, estuvo marcada por la activa campaña electoral que llevó Morales en tierras australes desafiando la ley de inmigración, y el principio de no entrometimiento en los asuntos internos de otros países, que preconiza la administración de Alberto Fernández.
Bajo la consigna electoral: ”Vamos a volver pronto”, el defenestrado jefe de Estado boliviano soliviantó contra las autoridades electorales de La Paz, los 350 mil ciudadanos de ese país residentes en Argentina, según censo del 2010.
No en balde, desde tierras de San Martín, Evo Morales agradeció al kirchnerismo la ayuda prodigada por la Democracia del Siglo XXI que preconiza el Frente de Todos, en esa ocasión Morales dijo:”Agradecemos al gobierno argentino estar acá, como siempre en América Latina y en la Patria Grande derrotamos a los golpistas”, aseguró el líder del Movimiento al Socialismo.
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Evo Morales ataca Perú
La Democracia del Siglo XXI es la respuesta de las instituciones totalitarias que van organizándose de manera paralela a las instituciones libres, tras el descalabro del socialismo del Siglo XXI, es una especie de conjura neocomunista amparada en operaciones de subversión regional, parecidas a las operaciones del Plan Cóndor durante las dictaduras del Cono Sur.
No en balde, Evo Morales fue declarado persona non grata por el Congreso de Perú el 23 de noviembre del año 2021, debido a las constantes entradas ilegales a territorio peruano para lanzar su campaña por la Renasur, una suerte de eje ultrarreaccionario cocalero.
Ante la destitución de Pedro Castillo, adalid del plan para una democracia extraña, Morales declaró:”La crisis política que afecta al hermano pueblo peruano fue provocada por la conspiración de la derecha fujimorista”, aseguró el jefe del Mas, victimizandose una vez más ante los ojos de la opinión pública internacional.
La Democracia del Siglo XXI es una ola represiva de izquierda, que surge de instituciones y gobiernos con hoja de ruta injerencista
Sin excepción, todos los gobiernos de izquierdas en la región se autoproclaman observadores del principio de no entrometimiento en los asuntos internos de cada país, pero como hemos visto, Evo Morales es el adalid de una hoja de ruta injerencista y subversiva que trabaja de manera extraña a la par de las instituciones libres.
Morales, Amlo, Petro, Lula, Fernandez, Alicia Castro, en mayor o menor medida han apoyado con sus liderazgos y sus dólares las dictaduras de eje del mal que ocupa a Managua, La Habana, y Caracas.
Las instituciones extrañas que emanan de tales políticas injerencistas y subversivas, y que dan apoyo a los movimientos dentro del espectro de la izquierda, garantizan la impunidad de los ejecutores de esta ola represiva que asola la región, y mantienen el statu quo de la dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Los números atestiguan la dimensión del dolor humano que está provocando la Democracia del Siglo XXI en los pueblos donde apunta la injerencia, por ejemplo, el partido comunista cubano desterró a 353 mil ciudadanos hacia Estados Unidos, un records histórico, y mantiene 1057 presos políticos en las ergástulas comunistas, de ellos, 122 son jóvenes mujeres cubanas, y según cifras oficiales, 52 menores de edad.
Incluso, pareciera que en algún momento la administración Biden conecta con algunas iniciativas de esta Democracia del Siglo XXI, sustituta del socialismo del Siglo XXI, por lo menos en el caso de la Isla, donde muestra intenciones de trabajar con la dictadura cubana en algunos temas de interés bilateral, por los menos la USAID reporta ayuda solidaria al régimen de La Habana.
Sin embargo, La Cumbre de la Celac a celebrarse en Buenos Aires el 24 de enero del 2023, fue el detonante perfecto para que las sociedades democráticas de la región actualizarán sus valores de libertad y fe en la tradición Occidental.
Por ejemplo, El Foro Argentino por la Democracia en la Región (FADER) presentó una denuncia ante la justicia federal contra los dictadores, Miguel Diaz Canel Bermudez, Daniel Ortega y Nicolás Maduro, quienes fueron invitados a participar en esta cumbre a pesar de sus numerosos crímenes contra los derechos humanos, y las denuncias de desapariciones forzadas que hay en su contra.
La denuncia recayó en el Juzgado Federal Nro 7 a cargo de Sebastián Casanello, y de la Fiscalía Nro 11, a cargo de Germán Pollicita, bajo expediente 165/2023 de la ciudada de Buenos Aires, y sirvió para reactivar el mecanismo de defensa institucional basado en la división de poderes y el Estado de derecho.
Por su parte, Patricia Bullrich, presidenta del partido de oposición Pro, se inclinó por llevar el caso de Maduro directamente a las oficinas de la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA) en Buenos Aires, donde se le acusa al dictador de Venezuela de estar presuntamente vinculado con el cartel de Los Soles, cuestión que progresó.
Tal fue el caso, que los movimientos de Bullrich provocaron que Maduro declinó asistir a la Cumbre de la Celac por miedo a ser extraditado, Daniel Ortega prefirió quedar en su feudo de Managua, y Diaz Canel posiblemente sea declarado persona non grata en la Legislatura porteña.
Por el momento, la democracia del Siglo XXI ha sido desmontada en Argentina, para dar paso a la Democracia de la libertad.
