En un recorrido por los cayos de Florida es fácil evidenciar el enorme éxodo de balseros cubanos que arriesgan sus vidas en embarcaciones precarias para cruzar el mar y buscar un futuro mejor en EEUU.
Algunas de las razones más comunes incluyen la búsqueda de oportunidades económicas debido a la pobreza y la escasez de bienes y servicios en Cuba. Además, huyen de la falta de libertad y derechos civiles en la Isla, que durante los últimos 64 años ha estado bajo dominio de una dictadura comunista.
Desde el inicio del año fiscal 2023, el primero de octubre pasado, hasta la fecha, la USCG ha reportado la intercepción de 4.915 cubanos en mar o tierra. De no presentarse una disminución en la circulación, pronto serán superados los 6.182 capturados durante el periodo fiscal correspondiente al 2022.
Además de los elementos de la agencia de seguridad marítima, el estrecho de Florida también es vigilando por policías locales e integrantes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Ahora, con la nueva política de Joe Biden de cerrar la frontera sur de EEUU y arreciar los controles fronterizos, no es de extrañar que las cifras de balseros crezcan, pues no todos cuentan con un patrocinador.
El paquete de medidas de la administración Biden incluye la distribución de 30 mil visas mensuales entre cubanos, haitianos y nicaragüenses.
El requisito principal del nuevo programa migratorio es que el beneficiario del autorizo de viaje cuente con un patrocinador. Cuando el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) verifica que el patrocinador tiene solvencia económica, entonces se pasa a examinar otros requisitos en el beneficiario y finalmente otorga el permiso de viaje al migrante.
Los migrantes que entran en Estados Unidos después de haber sido entrevistados por un oficial de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en un punto de entrada, son puestos bajo una libertad condicional por un periodo de dos años. Durante ese tiempo, pueden solicitar de manera inmediata un permiso de trabajo para poder mantenerse económicamente.
Pero no todos tendrán esa posibilidad, además de que la cantidad es reducida, mientras tanto otros cubanos optan por la única salida que ven posible para cambiar sus vidas: lanzarse al mar. La travesía es peligrosa e ilegal. La mayoría ha enfrentado la deportación luego de que cruzan el Estrecho de la Florida.