La Aduana General de la República (AGR) incrementa la persecución de viajeros con implantación del programa Aircop, aunque oficialmente plantea que el objetivo es “combatir la delincuencia y la entrada de mercancías no autorizadas a la Isla”.
El programa Aircop es una colaboración entre la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, INTERPOL y la Organización Mundial de Aduanas. Su objetivo es establecer grupos operativos interinstitucionales en aeropuertos internacionales para mejorar su capacidad de detectar e interceptar drogas ilegales, bienes ilícitos y pasajeros de alto riesgo.
Nelson Cordovés Reyes, jefe de la Aduana General de la República (AGR) aseguró durante una conferencia de prensa a los medios oficialistas, que el programa Aircop se ampliará a otros aeropuertos de la Isla, como el Aeropuerto Internacional Juan Gualberto Gómez de Varadero, en Matanzas.
La experiencia inicial en el Aeropuerto Internacional José Martí, ha facilitado la detección de elementos susceptibles —como productos de higiene, medicamentos y alimentos— en los equipajes de los viajeros, reduciendo la estancia media en la terminal aeroportuaria a 35 minutos, aseguró el oficial de la AGR.
El uso del programa Aircop en el proceso de control aduanero, junto con el aumento de los recursos técnicos de detección, ha sido un factor significativo en estos resultados, haciendo más eficiente y eficaz el proceso en la identificación de mercancías ilegales en el equipaje de los viajeros.
Desde que en el verano de 2021, cuando el régimen cubano facilitara la importación de alimentos y medicinas para apaciguar las protestas masivas en la Isla ocasionadas por la crítica situación económica; el volumen del equipaje de los viajeros se elevó considerablemente hasta el punto, en el que muchos pasajeros que aterrizan en la capital con una docena de maletas cargadas de mercancías.
Los beneficios fiscales para la importación libre de impuestos para algunas categorías son utilizados mayoritariamente por cubanos no residentes —más conocidos como “mulas”—, que viajan principalmente desde los Estados Unidos, luego de recopilar entre los residentes cientos de libras para los familiares de la Isla.
Según las cifras de la aduana, en promedio las “mulas” traen de cuatro a cinco piezas de equipaje por pasajero. Esto les permite aprovechar las exenciones disponibles para ciertos bienes, como productos de higiene, medicamentos y alimentos, que están permitidos y no sujetos a tasas aduaneras.
