‘Ellas hablan’: un proyecto que disfraza las violaciones de los derechos humanos en Cuba

¿Es posible hacer negocios en Cuba? No sin una verdadera libertad. Lo que proyectos como Ellas hablan pretende demostrar es que bajo el comunismo y el sistema totalitario cubano actual, sí pueden surgir empresas privadas y defender los derechos de las mujeres.

Los países sponsors de estos proyectos disfrazan así las violaciones de los derechos humanos cometidas cada día por la dictadura: la imposibilidad de emitir un criterio alguno contra el régimen, no poder manifestarse públicamente, la prohibición de emprender un negocio sin la intromisión del control del Estado y del Partido Comunista (PCC), el derecho de cada ciudadano a acceder a alimentos, condiciones de higiene y salud mínimas, de ganar un salario digno.

Estas verdades quedan en un segundo plano cuando aparece la bandera de la Agenda 2030 impulsada desde Europa. Lo primordial para ellos es «enseñar» a las mujeres cubanas a hacer negocios, estrategias de mercado y claro graduarlas en la escuelita feminista de los poderes de la izquierda. ¡Bailar en casa del trompo! Nuestras madres, abuelas, tías y hermanas, han sabido toda la vida cómo llevar el bocado a la mesa, incluso bajo dictadura. Ellas han sido las heroínas de nuestros hogares porque jamás se han dado por vencidas. Todo no es más que parte de la fórmula tantas veces repetida de usar el sufrimiento de los cubanos, para justificar los millones que exprimen desde el ala socialdemócrata del corrupto Parlamento Europeo.

Si se va a ser feminista de libro: defender que se reconozcan capacidades y derechos de las mujeres; no se pueden anular a las féminas incómodas, las eternas ausentes, las madres y esposas de los miles de presos políticos, las viudas de los torturados y asesinados, aquellas que sin miedo a las consecuencias han gritado desde las redes sociales el hambre y la falta de atención médica de sus hijos. El Embajador del Reino de los Países Bajos no reconoce a estas mujeres, simplemente no las ve. Por eso, junto a Negolution y Fábrica de Arte, se involucra en circos como Ellas hablan, plataforma para mujeres como Ailed de Guevara, dueña de Aire de Fiesta Cuba, organizadora de bodas y eventos exclusivos, no aptos para los cubanos de a pie. Por cierto, también conocida por la decoración de la suntuosa fiesta en la Guarida para la Diva americana Madonna. ¿En nombre de quien hablan Ellas?

Según la Unión Europea el “Programa Nacional para el adelanto de las Mujeres» (PAM) publicado en la Gaceta de Cuba el 8 de marzo de 2021 (GOC-2021-215-EX14) es otra prueba más de la «gran labor» pro-feminista del régimen. El llamado PAM está basado en la Constitución de la República de Cuba y en el Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, así como con
los compromisos internacionales contraídos sobre la igualdad de género (dígase Agenda 2030 etc). Sólo la fémina socialista será protegida o favorecida con este programa, porque claro «con la revolución todo, contra la revolución nada». Lo aprobado y financiado incluso por el Parlamento Europeo para supuestamente abogar por los derechos de la mujer, es en sí una discriminación manifiesta, una violación flagrante de los derechos humanos internacionales. Excluye a quienes disiden contra el sistema actual, anula a tantas otras cubanas que anhelan y luchan por la libertad de Cuba.

TERCERO: El “Programa Nacional para el adelanto de las Mujeres” promueve acciones dirigidas a lograr mayor integralidad y efectividad en la prevención y eliminación de manifestaciones de discriminación contra las mujeres, así como a fortalecer los mecanismos y la capacidad profesional de los funcionarios y servidores públicos para incorporar las cuestiones de género en la elaboración de políticas, programas y en la prestación de servicios.

Dicho programa es el «muestrario» ideal para mantener satisfechos a los parlamentarios europeos, sobre la idea de que «Impulsar políticas para el desarrollo de la igualdad es una prioridad para el gobierno de Cuba». A las prisiones de El Guatao no llegan estas políticas, menos aún se realizan acciones para eliminar la discriminación de las mujeres. Los funcionarios públicos, la Seguridad del Estado, los carceleros y policías, golpean y maltratan a las presas políticas, niegan a las madres el derecho de abrazar a sus hijos y de recibir a su familia, son encerradas en condiciones inhumanas por las que se enferman de gravedad.

Conozco a una mujer que luego de ser vejada por los más sanguinarios represores en Cuba, tras haber sido expulsada de su tierra por la dictadura, se ha plantado frente al Consulado de Cuba en Washington a tirarle en la cara al tirano las verdades que nunca ha querido escuchar. Keyllili de la Mora, Ella habla y sin miedo! Mambisas como esta no serán protagonistas de los proyectos pro-régimen del Parlamento Europeo, pero ya forman parte de nuestra historia; la que estamos escribiendo y la que está por contar.

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