Un fatal accidente ocurrió este pasado martes en Santiago de Cuba cuando el joven Fabián Batista Hidalgo, de 19 años, falleció mientras volaba en parapente. Las investigaciones preliminares indican que la vela se plegó y el viento lo estrelló contra la ladera de una montaña.
De acuerdo con el periodista santiaguero, Erasmo Roldán Hernández, “los peritos del Ministerio del Interior afirman que todo parece indicar que la vela que lo sustentaba se plegó, giró violentamente y lo estrelló contra la falda de la prominente elevación, de donde se realizan los despegues.”
Tras el trágico suceso, el cuerpo del piloto, nacido en Palma Soriano, fue recuperado por una brigada de rescate y salvamento.
De inmediato, las redes sociales se han llenado de comentarios sobre el accidente. Personas que lo conocieron expresan su pésame y otros aficionados a la aviación intentan explicarse que pudo haber salido mal.
Algunos pilotos afirman que quizás el accionar indebido de los frenos del aparato en el momento del despegue, pudiera ser la causa del caótico desempeño del aparato que finalmente se estrelló contra la montaña.
El hecho revela que en el mundo de la aviación los dos momentos más complicados son el despegue y el aterrizaje, independientemente de la experiencia de los pilotos.
“A nombre de los miembros de la Federación de Aviación Ultraligera de Cuba enviamos nuestras más sentidas condolencias a los familiares y amigos del joven Fabián Batista Hidalgo, quien sufrió un trágico accidente a la hora de despegue causándole la muerte. Vuelan alto joven hermano, descansa en paz y llegue a tu familia de sangre y del aire las más sentidas condolencias. Guía desde arriba con buenas y sanas térmicas”, publicó el Yordan Carmenates, miembro del Club de la Aviación Civil de Cuba.
El parapente es un deporte nacido a finales del siglo XX por la inventiva de montañeros que querían bajar volando mediante un paracaídas desde las cimas que habían ascendido.
El dispositivo es esencialmente planeador porque no consta de motor. Fue supuesto así para que pudiera ser transportado en el maletero de un coche. El peso de todo el equipo suele rondar los 10-20 kg, aunque hay equipos para montaña que llegan a pesar hasta menos de 5 kg.