El presidente ruso Vladímir Putin prometió donar a Cuba 25 mil toneladas de trigo en los próximos meses, según reveló un reporte de la oficialista Prensa Latina. La noticia llega como regalo de Navidad desde Moscú para calmar el hambre en la Isla.
De acuerdo con la nota, los fondos para comprar el trigo y pagar la transportación hacia Cuba saldrán del Ministerio de Emergencias ruso, que ya aprobó una partida de 800 millones de rublos para el aliado caribeño que se encuentra a solo 90 millas de su principal enemigo, los Estados Unidos.
En ese sentido, el documento ministerial refleja que se asignarán 469 millones de rublos (unos 6.7 millones de dólares estadounidenses) del presupuesto estatal para la compra del trigo, mientras el resto irá al flete marítimo. El primer cargamento llegará antes de fin de año y se completarán con envío durante los “próximos meses.”
Durante la más reciente visita de Miguel Díaz-Canel a Rusia, el mandatario cubano se reunió con varios funcionarios del gobierno ruso, incluido Vladímir Putin; al cual ofreció su voto en los organismos internacionales a pesar de la condena mundial por la guerra desatada contra Ucrania.
Precisamente, ese ánimo expansionista del régimen ruso sobre el territorio ucraniano ha elevado los precios de los granos en el mercado internacional, ya que Kiev es uno de los principales productores del mundo.
Dentro de la eterna crisis económica que sufre Cuba, la escasez de harina de trigo y la incapacidad de producción, han provocado una fuerte caída en el consumo de panes, galletas, dulces y una hambruna generalizada. El régimen ha recurrido a la harina de yuca para sustituir al trigo en las producciones, volviendo al casabe que se producía en la etapa de los aborígenes.
Díaz-Canel calificó la relación con Rusia como “estratégica” y no pocos expertos dudan que La Habana pueda volver a servir como un centro activo de espionaje ruso hacia Estados Unidos, como lo fue durante la Guerra Fría, con la base militar de Lourdes —actual Universidad de Ciencias Informaticas (UCI)—, ubicada al suroeste de la capital cubana.
La presencia militar y de efectivos de inteligencia rusos en la Mayor de las Antillas, explicaría las concesiones materiales y facilidades en el pago de deuda que Cuba está consiguiendo de Moscú, para tener un respiro y ganar tiempo con una población cada vez más dispuesta a salir a protestar a la calle tal y como lo hizo el 11 de julio.
