Luego de casi 64 años de “Revolución” solamente en la oriental provincia de Granma hay alrededor de 35 mil familias que viven en casas con pisos de tierra.
De acuerdo con un reportaje en el diario oficialista Granma, a inicios del 2022 los registros mostraban una “elevada cantidad de 35.834 pisos de tierra”. Las autoridades del territorio tenían como meta erradicar esta precariedad en 4.439 casos, pero a poco menos de dos semanas para culminar el año solo se ha eliminado alrededor de un tercio.
De las 1.462 casas con pisos de tierra que se les puso baldosa, solo 352 fueron por la vía estatal y 1.110 se ejecutaron por esfuerzo propio.
Sobre el tema, Yesser Izaguirre Ojeda, director provincial de Vivienda en Granma, se justificó argumentando que “estamos enfrentando un año muy tenso en la producción de pisos”.
Además, hay poca disponibilidad de cemento (componente clave para fabricar pisos, y del cual solo se había recibido el 20 % de lo planificado), y las entidades del sector de materiales de la construcción en la provincia trabajan con un presupuesto que no supera el 50 % del financiamiento integral que inicialmente se previó para el año 2022.
Según cálculos del directivo, un “servicio de instalación de piso en una vivienda de unos 50 metros cuadrados (m2) podría estar en el orden de los 25.000 pesos cubanos (CUP)”.
La gran mayoría de los afectados no pueden pagar ese precio al Estado en una sola exhibición. “No es lo mismo que usted tenga que pagar 15.000 o 20.000 pesos inmediatamente después de que se le realice la acción constructiva relacionada con la erradicación de un piso de tierra, a que pueda hacerlo, de acuerdo con sus ingresos, en una determinada cantidad de cuotas”, agregó Izaguirre Ojeda.
Por tal motivo, se buscan opciones con los bancos estatales para un financiamiento de la acción constructiva y que se pueda pagar a plazos.
El director provincial de Vivienda recuerda que en años pasados se avanzaba más rápidamente. Por ejemplo, en cinco años se erradicaron 17.000 pisos de tierra, ya que el territorio granmense llegó a tener 53.000 pisos de tierra censados en 2015.
Más allá de vanagloriarse, las estadísticas muestran la enorme crisis económica que atraviesa el país donde solo en una provincia más de 35 mil familias viven en piso de tierra en pleno siglo XXI y luego de más de 60 años de promesas incumplidas.