Algo muy común que pasa cuando queremos empezar a invertir, es que no sabemos por dónde empezar, pasamos la mayor parte del tiempo investigando y tratando de sentirnos listos, pero simplemente nunca llega ese momento.
Debido a eso mucha gente pasa gran parte de su vida intentándolo, pero sin poder dar el primer paso y solamente terminan frustrados. La verdad es que invertir es más sencillo de lo que te imaginas, y aquí te lo demostraré, solo son 5 pasos que debes de seguir para poder poner tus finanzas en orden y estar listo para empezar tu camino como inversionista.
1. Identifica cuánto y cuántas fuentes de ingreso tienes.
En este primer paso, debes de analizar cuánto ingreso tienes mensualmente y de dónde viene ese dinero, algunos ejemplos, además de tu salario, pueden ser:
– Bonos
– Comisiones
– Renta de algún bien inmueble
– Pago de utilidades
Prácticamente, cualquier tipo de ingreso que recibas durante el año lo debes de considerar, ya que esta es la primera partida para determinar cuánto podrás invertir mensualmente.
2. Analiza cuáles son tus gastos fijos y cuáles son los variables.
Podrás ganar mucho dinero, pero si tus gastos van en la misma proporción y también son altos, al final del día no te quedarás con mucho. ¡Así que no te saltes este paso! Analiza cuánto dinero gastas al mes antes de comenzar a invertir.
Aquí considera todo tipo de gastos, pero asegúrate de separarlos por fijos y variables.
Algunos gastos fijos pueden ser:
– Renta
– Hipoteca
– Colegiatura
– Seguro médico
– Limpieza
– Membresías
– Internet, etc.
Mientras que gastos variables pueden ser:
– Servicios
– Tarjeta de crédito
– Gasolina
– Alimentos, etc.
3. Define una meta real de ahorro mensual
Ahora, el siguiente paso consiste en que una vez que sepas cuánto dinero te queda después de restarle los gastos a tus ingresos, definas una meta de ahorro mensual que podrás destinar posteriormente a tus inversiones.
De hecho, este puede ser considerado como el primer paso, define una meta de ahorro ideal, esa cantidad que te gustaría poder ahorrar mensualmente, sin tomar en cuenta tus gastos todavía, una vez que hayas definido esa cantidad, ahora sí procede a registrar todos tus gastos.
Al final, el resultado te dirá si con base en tus ingresos y tus gastos puedes ahorrar dicha cantidad o no te alcanza, ahí es cuando ya modificarás tu cantidad de ahorro para que sea alcanzable y realista.
4. Define tus metas financieras.
Listo, con los tres puntos anteriores, ya vas un paso adelante en tu incursión como inversionista, ya tienes control sobre tus finanzas personales, ya sabes cuánto ganas, cuánto gastas, y cuánto ahorras. Ahora tienes que definir cuáles son tus metas financieras.
Tus metas financieras las podemos ver como tus objetivos de inversión, cuál es la cantidad de dinero que deseas alcanzar dentro de un periodo de tiempo determinado y para qué la quieres. Estas metas se conforman de 3 conceptos:
- Objetivo: describe con detalle tus objetivos financieros, qué es lo que quieres lograr. Ejemplo: enganchar un auto, una casa, irte de vacaciones, etc.
- Plazo: ¿en cuánto tiempo lo quieres conseguir? (en meses o años). Menor a 1 año es a corto plazo, de 1 – 5 años es a mediano plazo y mayor a 5 años se considera a largo plazo.
- Monto: ¿cuánto dinero necesitas? Cuál es esa cantidad que necesitas para cumplir con ese objetivo.
Al responder estas preguntas ya podrás definir una meta financiera, así que te recomiendo que las respondas para cada una de ellas, ya que todas son diferentes y se deben de analizar individualmente. No olvides que también es importante clasificarlas por plazo (cuáles son a corto, mediano o largo plazo).
5. Define tu perfil de inversionista.
Una vez que tengas tus metas financieras bien definidas, podrás definir tu perfil de inversionista. Este perfil puede ser diferente para cada una de tus metas financieras, así que tendrás que analizar una por una para definir cuál será tu perfil.
Tu perfil de inversionista te servirá para determinar cuáles instrumentos de inversión son los aptos para tus metas, si es una meta a corto plazo, muy probablemente no podrás correr el riesgo de perder tu dinero, por lo que deberás de invertir en instrumentos de bajo riesgo.
Tu perfil de inversionista puede ser: Conservador, Moderado o Agresivo.